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“Cuando entro al súper trato de ganarle al marketing,a la góndola más colorida”

Cuerpo & Alma
“Cuando entro al súper trato de ganarle al marketing,a la góndola más colorida”

Una charla de lo más variopinta con la nutricionista Agustina Barriola

marzo 17, 2014

 

Entrevista-Agustina-Barriola-foto-1

 

Por Dolores de Arteaga

De las características que más me gustan de Agustina Barriola como nutricionista, es su singularidad en la forma de encarar su carrera de Nutrición, con flexibilidad de pensamiento y una gran capacidad de adecuación a los cambios. Es una profesional que se mantiene permanentemente actualizada, y va adaptando las teorías nuevas a cada paciente, según sus particularidades físicas, psicológicas y del alma. Ella va más allá de un mero ‘plan nutricional’: “Entro mucho en la vida personal de mis pacientes, trato de manejarles la agenda: ‘¿Qué tuviste la semana pasada?’; ‘¿Qué tenés la semana que viene?’; ‘¿Por qué te desordenaste tanto?’. Trabajo mucho las preguntas que quiero que se hagan de por vida.” Es que la idea de ella es dejar herramientas que acompañen al paciente para siempre. Es de la teoría que uno no debe contar con un  nutricionista como si fuese un bastón, como suele suceder, lamentablemente, con la gran mayoría de los mortales adictos a la comida.

Agustina tiene 40 años y es mamá de Gaspar y Lorenzo, de 7 y 10 años respectivamente, y Pedro de 10 meses. Tras cuatro años de trabajo como nutricionista infantil en el Hospital Británico, hoy Agustina está abocada solo a las consultas personalizadas con adultos.

Dolores: ¿Qué papel juega la alimentación dentro de los hábitos del ser humano?

Agustina Barriola: Desde que somos niños tiene que estar la higiene del sueño, la personal y la alimentaria. Dentro de todos los hábitos del ser humano, la alimentación juega un rol importantísimo.

La alimentación entra en mi agenda, ya que considero el proveer la heladera de frutas y verduras como parte de las rutinas de la semana. Como nutricionista insisto mucho en el orden y la organización en la agenda familiar, en priorizar ciertos alimentos que tienen que estar para prevenir millones de enfermedades. Las frutas y las verduras tienen que estar siempre, nos dan vitaminas, minerales y fibras; hoy hay muchos estudios que lo avalan.

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  «Cuando una persona empieza dieta soy muy exigente, especialmente en la primera semana, es lo que yo llamo ‘limpieza de cajón’”

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D: ¿Qué es lo primero que hacés con el paciente?

AB: Cuando una persona empieza dieta soy muy exigente, especialmente en la primera semana, es lo que yo llamo “limpieza de cajón”. Es decir, hay que sacar toda la porquería que guardé durante un tiempo y pongo solo lo necesario. Por eso lo primero que saco son los carbohidratos, que crean adicción, para después reincorporarlos de a poco.

D: ¿Se desordena fácil «el cajón”?

AB: Sí, por eso hay que atacar la fuerza de voluntad, hacer un examen de conciencia el domingo y saber a qué vas a apuntar en la semana, porque no siempre es una limpieza del cajón total lo que hay que hacer, sino decir: “Esta semana voy a tener como objetivo tomar más agua.”; “Esta semana voy a sacar lo dulce, no las harinas.”

El objetivo semanal es en lo que uno tiene que trabajar, no sirve irse a los extremos. A veces uno tiene compromisos y no puede estar diciendo que no come porque está a dieta; en esos casos comés un poquito y listo. No me gusta que mis pacientes digan: “Estoy a dieta», así como tampoco que vayan a una reunión y saquen un tupper o una manzana del bolso (aunque soy pro manzana). Cuando un paciente no come en un evento social y le pregunto qué había de comer, se acuerda absolutamente de todo, porque se censuró totalmente.

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  «Cuando un paciente no come en un evento social y le pregunto qué había de comer, se acuerda absolutamente de todo, porque se censuró totalmente”

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D: ¿Por qué creés que la gente cuando hace un régimen alimenticio termina fallando en el mantenimiento?

AB: Para mí es porque la educación tiene que ser desde temprana edad, eso ya está estudiado. Es en la Primaria cuando yo educo en base a una alimentación saludable, por ejemplo: entre horas el niño tiene que comer fruta. Es decir, si tiene hambre, fruta; si tiene sed, agua; y que las meriendas sean simples. Yo tengo el recuerdo de que las meriendas eran poco cosa cuando éramos chicos; hoy en día las meriendas son brutales, y uno piensa: “Pobrecito, va a llevar fruta.” Además han aparecido muchos productos, la industria quiere ganar, quiere vender.

D: Da la impresión de que todo gira en torno a la comida.

AB: Fijate cómo funciona la mente humana: yo les digo a mis hijos y a mi marido para ir al cine porque quiero comer pop (risas). Tengo pacientes que van al estadio a comer chorizo y ni ven el partido. Yo creo que mientras no sea un exceso, eso es malcriar la mente y está bueno que así sea.

D: ¿Cómo encarás los planes alimenticios?

AB: ¿Viste que se dice que la alegría va por barrios? Bueno, yo voy por barrios, trato de rotar los alimentos. No podemos exigirnos comer todos los alimentos diariamente, por eso voy rotando. Priorizo que las frutas y los vegetales sean de la estación en la que estamos y que los pescados y las carnes sean del lugar donde vivimos.

D: ¿Cómo aconsejás manejar las vacaciones?

AB: La rutina en vacaciones es bueno romperla, porque apunto mucho a malcriar al cerebro y disfrutar más de la familia, de las salidas con amigos. Les digo a mis pacientes que se tiren en las reposeras y hagan como conmigo, en el consultorio, un examen de conciencia cada dos o tres días: “¿Tomé agua?”; “¿Movilicé el intestino?”; “¿Qué comí esta semana?” El examen de conciencia es bueno practicarlo durante todo el año, al menos una vez a la semana.

D: ¿Qué más hay que trabajar durante todo el año, además de organizar la agenda y hacer el examen de conciencia?

AB: La fuerza de voluntad, que es algo que se adquiere. Yo soy de la teoría que no se puede todo, si vengo de evento en evento, ya en el cuarto día tengo que practicar la fuerza de voluntad. ¡Hay que decir basta! Hay pacientes que me dejan enseñanzas y que me dicen cosas que me hacen mucha gracia, como uno que me dijo una vez: “Yo no gasto calorías con gente que no es tan allegada.” El mensaje fue el siguiente: un evento por compromiso no es lo mismo que un choque de copas entre amigos.

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  «Hay pacientes que me dejan enseñanzas y que me dicen cosas que me hacen mucha gracia, como por ejemplo: “Yo no gasto calorías con gente que no es tan allegada”

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D: ¿Qué importancia le das a lo digestivo?

AB: Hago mucho hincapié en lo digestivo. Con los adultos voy directamente al bienestar digestivo y alimentario. Soy muy de hablar de la parte gástrica, de la parte gastrointestinal, no tengo pudor en hablar del tránsito intestinal, es parte de… Las gente que no moviliza el intestino es porque no se hace el momento, porque hay intolerancias que tal vez no hayan sido descubiertas, por la mala alimentación y punto.

D: En un mundo foodie, gourmet, ¿qué tipo de comida recomendás?

AB: Soy de la idea de cocinar simple, de ir a nuestros antepasados, de ir a esas recetas viejas y reinventarlas. Mi bienestar físico y mental han comprobado que cuanto más simple como, mejor me siento. Soy madre, voy a buscar a mis hijos al colegio, hago las compras y la comida, y de noche comemos en familia…O sea que no estoy como para preparar un plato gourmet (risas).

D: ¿Cómo manejás las adicciones por ciertos alimentos?

AB: Depende mucho de cada persona y el momento que esté viviendo. ¿Qué pasa? Al yo avalar en determinados pacientes comer chocolate, por ejemplo, cuando llega al control me dice que no lo comió. Eso sucede por habérselo permitido mentalmente; la censura, a nivel mental, mata. Personalmente, cuando entro al súper trato de ganarle al marketing, a la góndola más colorida, y trato de tener bien claro en mi cabeza lo que fui a comprar: vegetales, frutas, huevos, carnes.

 Cuanto yo más aplace ciertas adicciones, cuanto más lejos tenga determinados alimentos, menos ganas locas de comerlos voy a tener. A veces el paciente despierta la adicción comiendo algo muy sano como una pascualina, por la harina de la masa. Entonces hay que seguir con el corte radical y le digo al paciente que se aguante un poco más y que ingiera dulce a través de la fruta. De esta forma, se va alejando de esa necesidad de azúcar; al tiempo las ganas se van, a cada uno le lleva un tiempo distinto, de tres días a tres semanas.

D: De tus pacientes, ¿Cuántos vuelven a la situación anterior?

AB: Al 100% como estaban antes, ninguno. Nunca más vuelven al caos, y lo más gratificante es que siguen con la conducta de controlar los vicios.

D: Entonces, ¿reeducar es primordial?

AB: Claro, persevera y triunfarás. Igualmente reeducar es difícil, y más cuando no tenés el apoyo de la familia.

D: ¿Proyectos?

AB: En realidad tengo un proyecto armado que tiene que ver con la parte educativa en colegios. Me gusta tratar de lograr cambios de hábitos.

D: ¿Qué mensajes te gustaría dar a los seguidores de La Citadina?

AB: No nos compliquemos, organicemos nuestra agenda con variedad semanal o quincenal, y volvamos a lo básico. ¡¡No nos enloquezcamos!! Prueben cómo funciona su organismo en base a lo que consumen. No se guíen por lo que le hizo bien al otro.

Contacto:

Nutricionista Agustina Barriola
Cel. 094 571 344
Mail barriola.nutricion@gmail.com

 

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Acerca del autor

Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!

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