Películas de ayer y de hoy/Blue Jasmine
Por amor al arte
Blue Jasmine, considerada por algunos la cuarta obra maestra de Woody Allen
La vi hace unas semanas en el cine y la hora y media que dura la película se me pasó como un suspiro. Me atrapó como interpretó la locura Cate Blanchett, además de hacer muy bien su papel de mujer de clase alta venida a menos. Y como siempre en las películas de Woody Allen, una linda fotografía. Para los que todavía no la vieron, sigue estando en cartel.
La crítica, como comenté anteriormente, la hace María José Borges, que tiene una vasta experiencia en este rubro. A continuación…
Ser o parecer
Por Ma. José Borges
La habilidad de Woody Allen para retratar la clase alta -sus preocupaciones, su estilo de vida, sus miedos- es histórica y admirable. Y su última película, “Blue Jasmine”, no es excepción. En ella la sofisticada Cate Blanchett (además de reafirmar la admiración de tantas mujeres que queremos ser como ella) interpreta a una veterana que supo ser de la más alta aristocracia, estando casada con un marido cuyos negocios turbios desconocía o prefería no ver. De la noche a la mañana a causa del descubrimiento de esas irregularidades se ve obligada a enfrentar la vida por sus propios medios, lidiando al mismo tiempo con su soledad emocional y económica, con sus recuerdos y su conciencia. La salvación la buscará en el hogar de su hermana, una casa humilde de San Francisco, con una familia a la que siempre consideró vulgar.
La llegada de la hermana refinada a una casa de costumbres populares parece un cierto homenaje a “Un tranvía llamado deseo” (película de 1951 basada en la obra de teatro de Tennessee Williams), pero desde esa base Allen construye una historia más atractiva y completa que aquella protagonizada por Vivien Leigh y Marlon Brando.
La actuación de Blanchett es un punto altísimo del film, quien sin perder su clásica elegancia logra interpretar la neurosis de Woody Allen de gran manera, algo que seguro le valdrá una nominación al Oscar. Y aquí un dato para fashionistas: la producción tuvo un presupuesto limitado de US$ 35.000 para el vestuario (que es poco para Hollywood y menos para un elenco entero) pero se lo otorgaron casi enteramente a Cate para que ella comprara su propio vestuario acorde al personaje. Junto a la vestuarista negociaron aquellas prendas a las que no llegaban con el precio, peleando por una chaqueta Chanel, un bolso Birkin (prestado), un vestido Carolina Herrera o zapatos Roger Vivier, que dieran prueba del estatus de Jasmine y le quedaran como trofeos de guerra una vez que toda la riqueza se había ido de sus manos. Cuenta la vestuarista que el nombre de la actriz y la historia del director funcionaron como contraseñas para abrir varias puertas.
El viejo Woody volvió así a lo mejor de su cine, construyendo una combinación entre drama y comedia que deja al espectador cargado de intensidad, luego de un viaje al cerebro de la alta alcurnia neoyorkina.
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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