“¡Mamá, me lo transformaste de verdad!”
Deco & Diseño
Me encantó compartir un café con Majo Spitalnik, la persona que lleva adelante Tedybujo, un emprendimiento que hace realidad el sueño de todo niño: transformar sus dibujos en peluches de verdad.
Todo surgió hace unos meses, casi por casualidad, como pasa con la mayoría de los maravillosos proyectos que se concretan y toman cada vez más fuerza.
Majo Spitalnik es la creadora de Tedybujo, aunque la inspiración la tuvo su pequeña hija de 6 años un día que le dijo: “Dibujé a mi osito Pingpó…me lo podés hacer en tela?¨
Dolores: ¿Qué hiciste cuando tu hija te pidió que le confeccionaras un osito como Pingpó?
Majo Spitalnik: Me dije: “Esta no sabe de lo que habla… Porque soy un desastre cosiendo!» Busqué a alguien que supiera coser muy bien y al final encontré una chica que convirtió al osito Pingpó en peluche. ¡Quedó tal cual el dibujo! Mi gorda estaba como perro con dos colas (risas). ¡La carita cuando se lo dimos fue increíble! Me dijo: “Mamá, me lo transformaste de verdad!!!” En realidad todo vino de capricho, la idea empezaba y terminaba en hacerle un oso a mi hija lo más parecido a su dibujo.
D: La idea terminaba ahí, pero siguió…
MS: Me acordé que en Estados Unidos había visto hace seis años atrás un proyecto de una madre que empezó cosiendo la ropita de las muñecas de su hija y terminó creando una marca que transformaba los dibujos de los niños en peluches. Empecé a investigar en el mercado de acá, si había alguien que hiciera o hubiese hecho algo así, ¡y no había!
D: Y finalmente surgió Tedybujo.
MS: ¡Sí! Hablé con mi marido del tema y de pronto la lamparita se prendió y dijimos: “Esto lo tiene que ver más gente, no puede morir acá”. Un día me desperté en la mitad de la noche y me dije: “Tedybujo, así se va a llamar”. Me contacté con la chica que cosió el osito de mi hija y le dije: “Ok, esto funciona, es muy lindo y vamos a sacarle frutos”. Decidimos que iba a tener un formato digital: lanzamos la campañita en Facebook, empezamos a ganar fans y de golpe se empezó a viralizar solo. No es un negocio que justifique tener una tienda, porque los muñecos no se repiten.
D: ¿Qué es lo que te gustaría resaltar de Tedybujo?
MS: Que nos gusta ir hasta el más mínimo detalle, porque eso marca la diferencia. Cuanto más parecido al dibujo inicial, mejor, porque sino pierde toda la magia. Además somos muy exigentes con la costura.
D: Contame de algunos peluches que hayan hecho y de sus detalles…
MS: Un mini león de River al que le hicimos las patitas con alambre porque el niño se las había hecho muy finitas en su dibujo; esto tiene que ser muy fiel y además tiene que tener las dimensiones exactas. Hubo una madre que nos mandó un dibujo de un superhéroe que tenía una manga roja y la otra estaba sin pintar, y el muñeco quedó tal cual; si el niño lo dejó sin pintar, lo dejamos así. Hay que estar en todo. Pero no sólo nos basamos en dibujos, ya que hace poco hicimos uno en base a una foto y eso amplió un poco más el público. Es horrible decirlo, pero de repente te fallece un ser querido o una mascota, lo querés tener tangible, y te lo hacemos posible.
D: ¿Cuánto demoran en hacer el peluche o el muñeco, una vez que el dibujo o la foto ya está en manos de ustedes?
MS: Demoramos un par de días en hacer el muñeco, según la complejidad del dibujo, la disponibilidad de las telas y los materiales en el mercado. Si estamos muy tapados de trabajo, por lo general sale en una semana.
D: ¿Mirando al futuro?
MS: Tenemos grandes proyectos. Está todo en pañales por suerte, hay mucho por hacer.
D: Para terminar, ¿qué te gustaría agregar?
MS: Todo lo que sea para niños nos da una alegría inmensa. Poder captar lo que les gusta a los niños es la esencia. Lo que logramos en Tedybujo es mucho más que un peluche, tiene un peso sentimental importante; es un peluche único, nadie en el mundo lo va a tener igual. Esa es la magia de Tedybujo: ser único e irrepetible.
Contacto:
Majo Spitalnik
099 224 656
tedybujo@gmail.com
www.tedybujo.com
Con Majo Spitalnik, durante la entrevista.
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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