“El tema de hoy es aprender el difícil oficio de dejar pasar, el dejar fluir las cosas… Especialmente en las vacaciones. No entrar en batallas perdidas de antemano y aceptar que dejar pasar ciertas cosas, no significa una catástrofe, ni estamos desandando el camino andado.

Es una de esas leyes no escritas: Si en vacaciones uno pretende seguir con los mismos principios que rigen en el hogar durante al año, y si, además, uno le agrega que no está en su propia casa, es como entrar al campo de batalla con un escarbadiente.

Las vacaciones tienen mucha carga. Están los padres y madres que trabajan todo el día y que le deben tiempo a sus hijos y a su pareja… Pero también quieren divertirse y ver amigos. Están los asados, la familia de uno y de otro. No salir de casa sin poner el filtro solar. Que si nos cortamos solos y nos vamos a Brasil o a Rocha. Que si nos quedamos en lo de nuestros padres o nos alquilamos algo solos. Las ganas de leer los 20 libros que quisimos leer durante el año y claro está, no nos olvidemos que este es nuestro tiempo para descansar…Y todo eso, generalmente en 15 días, con suerte.

Las vacaciones son para muchos como una olla a presión y por un lado, inevitablemente, hay que aprender a descomprimir. Están quienes manejan mejor y otros peor el hecho que no existen rutinas ni para los adultos ni para los niños, y eso viene con sus ventajas y con sus desventajas.

¿Qué recetas para sacarnos presión y vivir mejor tanto las vacaciones como los fines de semana? Ya les adelanté en mi columna anterior que no suelo darlas. Sí algunas herramientas y cada uno las usará como mejor estas se adapten a su situación familiar. Pero hoy, en vez de una herramienta,  los dejo con dos preguntas para reflexionar.

¿Qué cosas puedo dejar pasar en estas vacaciones?

¿Me trago algún berrinche o actitud de mis hijos aceptando que hace rato que tendrían que están durmiendo y están pasados de rosca?

¿No me estreso por los tres chupetines que se comen por día ni porque no quieren comer verduras nunca? Son sólo ejemplos… Ustedes le pondrán hechos reales que les pasen en su vida diaria.

2- ¿Qué puedo hacer menos para SER más?

Qué cosas puedo dejar de hacer para tener más tiempo para SER mejor quien quiero ser… Un padre o una madre que disfruta de su rol, alguien que tiene todo el tiempo para escuchar… Porque no es cuestión de hacer más (el promedio de personas que conozco ya está muy sobreexigido), sino de hacer menos para SER mas.

Son dos preguntas muy profundas y nada fáciles de contestar. Casi que conllevan a hacer un plan de acción con cada una de ellas. Y la verdad, es que para las vacaciones vienen muy bien… Pero también se pueden aplicar para el resto del año.

¡Hasta la próxima!”

Contactos:
María Belén Settembri
*Coach Co-Activa (Coaching Training Institute) especializada en personas en transición
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Ilustración: Lucía Franco