“‘Nadie se iluminó ni ayer ni mañana, sino aquí y ahora, como dice Ole Nydahl”
Cuerpo & Alma
Entrevista con un gran abanico de preguntas a Francisco Fulco, miembro del Centro Budista del Camino del Diamante Montevideo.
Budista Francisco Fulco
Siddharta, de Hermann Hesse, fue su primer y muy movilizante contacto con el Budismo. Pero quedó en eso…Francisco Fulco sólo tenía 16 años.
Como si algún hilo invisible conectara a aquellos que están destinados a encontrarse en la vida, a sus 25 años se reencontró con un amigo que había estudiado budismo: “Era como un erudito y todo lo que yo le preguntaba me lo sabía contestar, todo tenía sentido…”. A partir de ahí fue un camino de ida, sin retorno.
Hace siete años que Francisco trabaja por el Centro Budista Camino del Diamante de Montevideo, de budismo tibetano, que es parte de una red internacional de 650 centros de meditación, fundados por Lama Ole Nydahl. El centro está cumpliendo 15 años en el Uruguay.
Dolores: ¿Qué es el Budismo?
Francisco Fulco: El budismo es un método que nos ayuda a reconocer la verdadera naturaleza de la mente, no es una religión ni psicología. Nos permite identificarnos con nuestro propio potencial, que no logramos manifestar debido a tantas emociones perturbadoras. A medida que la práctica se mantiene, estas emociones que funcionan como velos comienzan a disolverse y así logramos elegir con qué queremos identificarnos. Logrando estados mentales cada vez más confiables, el objetivo es reconocer la naturaleza de la mente, y de esta manera alcanzar una felicidad absoluta más allá de lo que nos condiciona.
Entendemos que el ser humano es en esencia puro y perfecto y que no puede desplegar todas sus cualidades debido a algo que llamamos ignorancia básica, que es el creer en un Yo separado del resto del mundo. Esto hace que interpretemos el mundo de una manera dualista, pensando, diciendo y haciendo las cosas siempre con apego y aversión, fuente de emociones perturbadoras.
D: ¿Quién era Buda?
FF: Buda era un ser humano como nosotros y representa todas las cualidades de nuestra mente. Hoy en día podemos encontrar personas como él. Fue un príncipe que nació en una familia rica donde no le faltaba nada. Su padre quería que él gobernara, le dió su legado y poder, y trató de mantenerlo en el palacio, como en una burbuja. Pero cuando conoció el mundo real sintió una gran necesidad de encontrar la solución a los problemas que aquejaban a la gente, como la enfermedad, la vejez y la muerte.
Así empezó su camino espiritual, a los 29 años, meditando varios años en bosques en condiciones extremas; pronto abandonó este camino porque se estaba debilitando mucho. Entonces se dio cuenta que ninguno de los dos extremos, ni tenerlo todo como refugio ni el abandono absoluto, eran los caminos adecuados y que en el punto medio estaba la respuesta. En ese momento decidió meditar y no se levantó hasta que se iluminó. Luego vinieron sus primeras enseñanzas sobre karma, que significa causa y efecto. También dio enseñanzas para desarrollar compasión y sabiduría, así como métodos de identificación.
Buda es un sobrenombre que le pusieron las primeras personas que lo vieron, y significa totalmente despierto.
D: ¿A qué te referís con el karma, la ley de causa y efecto?
FF: Karma significa acción y reacción, causa y efecto. No significa retribución divina o que hay alguien en algún lugar desconocido decidiendo que pasará con nuestras vidas. Entender el karma nos da la posibilidad de entender que nosotros mismos somos los responsables de cómo estamos experimentando el mundo, de las condiciones en que vivimos y cuales son nuestras principales tendencias. Lo bueno de esto es que nos permite entender que somos los capitanes de nuestro propio barco y que lo podemos dirigir hacia donde queramos. Todo lo que aún no pasó es cambiable y si utilizamos los métodos budistas nos podemos volver más conscientes de nuestros pensamientos, palabras y acciones. A medida que uno se dispone a entender y aceptar el concepto causa y efecto, sentarse a meditar o aplicar estos métodos en la vida diaria tiene un verdadero poder.
Cuando en nuestras vidas suceden situaciones adversas solemos tomarlas de manera personal, y de esta manera experimentamos situaciones negativas culpando a los demás, olvidándonos que fuimos nosotros mismos quienes plantamos el cactus en el que hoy estamos sentados. Entendiendo esto podemos manejar la vida a nuestro gusto y, sumado a la meditación, nos vuelve personas más conscientes, ayudándonos a tomar decisiones más inteligentes.
D: Más de una vez escuché que el budismo es una práctica egoísta…
FF: Yo también escuché lo mismo. Creo que ese pensamiento viene porque en el budismo uno comienza a disolver el apego; mucha gente identifica el amor con el apego, cuando éste último no es nada beneficioso. El verdadero amor hace que ayudes al otro a volverse libre e independiente. También creo que los budistas se vuelven cada vez menos dramáticos y más efectivos a la hora de beneficiar a otra persona, generando cambios a largo plazo.
D: ¿En qué consisten los centros Camino del Diamante?
FF: Son centros gratuitos que están basados en la amistad y el idealismo. Están realmente disponibles para cualquier persona que quiera aprender y entender la meditación, que tiene el karma o quiera conocer las enseñanzas y las pueda practicar con la menor cantidad de obstáculos posibles, desarrollando libertad e independencia. La idea es que la información y el espacio estén siempre disponibles, y que las personas salgan al mundo logrando mantener una visión mas amplia, con más perspectiva y más conciencia.
En Uruguay tenemos un centro en Andes 1475 (Apto. 301) y un centro de retiros en Lavalleja. Hay gente de todas las edades, desde los 16 hasta los 60 u 80 años.
D: Contame un poco sobre la práctica de la meditación…
FF: Y… Es un método. En realidad la meditación es un estado natural en el ser humano, pero es difícil de mantener debido a todas las emociones perturbadoras con las que estamos acostumbrados a ver el mundo. La meditación te transforma de una manera completa a nivel del habla, el cuerpo y la mente.
Meditación significa permanecer sin esfuerzo en lo que es. La idea es lograr concentrarnos, aprender a vivir el aquí y el ahora mientras nos identificamos con nuestro propio potencial. La mente está habituada a funcionar como un ojo (los ojos todo lo ven, pero no pueden verse a sí mismos a no ser que uno coloque un espejo enfrente). La mente todo lo experimenta, pero no está acostumbrada a verse a sí misma; por eso utilizamos estos métodos donde podemos “poner un espejo de nuestra mente”, de nuestro verdadero potencial, y así lograr identificarnos cada vez más con lo que ya está ahí pero que no logramos ver.
D: ¡Qué desafío intelectual implica!, ¿no?
FF: Por eso digo que es muy difícil sin un método y sin una práctica.
D: Hoy me hablabas de las emociones perturbadoras…
FF: Dejar pasar las emociones no quiere decir reprimirlas, sino irlas transformando. Al uno ser consciente que las emociones surgen, juegan y luego se disuelven en la mente, uno aprende a elegir si quiere “surfear esa ola” o no.
D: Un aprendizaje largo y no tan fácil…
FF: Sin embargo, en poco tiempo, una persona ya hace cambios reales. La iluminación depende de cada uno, es una gran caminata. Si alguien quiere volar hacia el desarrollo, entonces necesita un maestro; en nuestro caso es Lama Ole Nydahl. También depende mucho de las impresiones que tenga uno en su subconsciente. Con la necesidad de enriquecerse para poder beneficiar al otro uno empieza a colocar muchas impresiones positivas en su mente y de esa manera el despertar, la iluminación, es más fácil…Es más fácil despertar de un sueño lindo que de una pesadilla, ¿no?
D: Desde su lugar, ¿cómo conciben al ser humano?
FF: Como un estado mental con posibilidades únicas para desarrollarse. No somos un cuerpo, tenemos un cuerpo y en esencia nuestra mente tiene las mismas cualidades que el espacio.
D: ¿Le tenés miedo a la muerte?
FF: Antes de ser budista creo que sí, pero ahora no. Con la meditación empezás a descubrir que la mente, al igual que el espacio, nunca nació ni nunca va a morir. Esto hace que uno empiece a perder el miedo a la muerte, a identificarse con su cuerpo; pasás a entender que no sos un cuerpo, sino que tenés un cuerpo, y que éste pasa a ser una herramienta que la vas a utilizar para beneficio de los demás.
De hecho nosotros tenemos una práctica que se llama Phowa, cuyo objetivo es aprender sobre cómo morir conscientemente, y a transferir la conciencia en el momento de la muerte a un estado de gozo más alto.
D: ¿Podés ser budista y no creer en la reencarnación? Impresiona un poco la idea de reencarnarse en otra persona…
FF: (risas) No es necesario creer en la reencarnación para ser budista; si no te cierra podés tirarla por la ventana y a otra cosa. Pero seguro que la información budista acerca de la reencarnación es muy útil para aprender a vivir el aquí y el ahora. Y nuestros maestros son experiencia viva de ese proceso.
D: ¡Qué paz que tenés! ¿Alguna vez te alterás?
FF: He aprendido a elegir bastante con lo que que quiero identificarme. Son muchas las veces que logro aceptar que no tengo tiempo para dramas.
D: ¿Los budistas llevan una vida normal?
FF: Sí claro, nosotros tenemos parejas, casa, carreras; hacemos vidas totalmente normales. En el Centro aprovechamos todas las situaciones diarias para seguir desarrollándonos.
D: Budismo y psicología, ¿cómo se llevan?
FF: La psicología te permite ser una persona útil en la sociedad y te da herramientas para tratar de ser más feliz. El budismo comienza cuando termina la psicología, pero por supuesto que una persona en terapia psicológica puede practicar los métodos; se trabaja con valores atemporales.
D: ¿Una persona puede ser católica y practicar el budismo?
FF: En mi opinión el darse cuenta que uno es el capitán de su propio barco te puede cambiar algunas ideas sobre un Dios. Conozco católicos que comienzan a practicar estos métodos.
D: ¿Cómo ve el budismo la figura femenina?
FF: La figura femenina es muy importante para nosotros, es el espacio donde se genera la vida, nos protege cuando nacemos, nos alimenta y mantiene vivos. Hay religiones basadas en la violencia que no ven a la mujer con la posición real que tiene y es algo en lo que es bueno estar alerta. Hay muchas figuras y vínculos con la mente femenina en el budismo. Lamas mujeres las hay, la esposa de Ole Hannah fue un pilar fundamental para el desarrollo del budismo en Occidente.
La mujer es sabiduría y el hombre actividad, ambos se complementan. Sin la mujer el hombre es básicamente nada, y poder utilizar nuestro entendimiento y fuerza física para protegerlas es importante.
D: ¿La culpa cómo la manejan?
FF: La culpa es una emoción innecesaria que se puede disolver rápidamente. Puede funcionar como un velo en tu mente, cuando en realidad es algo completamente ilusorio, no existe.
De hecho, para nosotros como budistas no hay algo que esté bien o mal, simplemente cambiamos la palabra mal y bien por hábil y torpe. La palabra mal ya tiene una connotación de culpa y se podría reemplazar por la palabra responsabilidad.
D: ¿Que libros recomendarías sobre budismo?
FF: Las cosas como son y Cuando el pájaro de hierro vuele, ambos de Lama Ole Nydahl.
D: Para cerrar la entrevista…
FF: No se trata de volverse buenas personas sino de darse cuenta que ya somos y ya tenemos todo el potencial, sólo hay que sacarse los lentes negros con los que estamos acostumbrados a ver el mundo y ponerse los lentes de muchos colores o los que uno elija.
Como dice Lama Ole Nydhal: “Nadie se iluminó ni ayer ni mañana, sino aquí y ahora.”
Contacto:
Francisco Fulco
Yi 1458 Apto. 301
franciscofulco@gmail.com
caminodeldiamante.org.uy
Centro Camino del Diamante Montevideo
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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