Marcas de vida
Cuerpo & Alma
Dalila Milicua analiza las marcas de la vida en los rostros
Traductora e intérprete de cinco idiomas, además de licenciada en Relaciones Internacionales, Dalila Milicua pasa sus días entre las traducciones y su otra gran pasión: la morfopsicología. Con mirada punzante y con un gran sentido de la percepción, ningún rostro le pasa desapercibido. Desde hace más de 20 años se dedica a estudiar las marcas que la vida deja en los rostros de las personas.
Dolores: ¿Qué es la morfopsicología?
Dalila Milicua: La morfopsicología es una ciencia que nació en Francia en 1937 y que estudia las marcas que las emociones van dejando en la morfología de las caras. Se estudia el rostro haciendo una línea vertical: dividimos el rostro en lado izquierdo y derecho. Normalmente una persona joven tiene que tener el lado derecho más alto que el izquierdo, porque el lado derecho es el que rige el presente y el futuro, y el izquierdo es el pasado.
D: ¿Cómo fue tu acercamiento a la morfopsicología?
DM: Viví nueve años en Suiza y allí tuve mi primer contacto con esta ciencia, donde tomé clases con el Dr. Gardan, egresado de La Sorbonne. En Uruguay no existe como carrera.
D: ¿Cuándo y cómo aplicás la morfopsicología?
DM: La morfopsicología la aplico todos los días, me sirve para entender a los pacientes. Por ejemplo, si tengo una entrevista con alguien que tiene ciertos rasgos de rigidez, de ser intolerante o de tener sufrimiento, hay ciertas cosas que yo no toco y trato de ser suave. Si la persona se me opone aflojo, porque ya se que esa persona es rígida y no vale la pena que quede ofendida. Yo creo que es algo muy práctico, sobre todo con los adolescentes cuando no saben para dónde agarrar, no saben qué carrera elegir, observás rasgos en la cara que dicen claramente que no sirven para cierta profesión o cierto trabajo y eso se los hago saber.
D: Según la morfopsicología todo está marcado en la cara…
DM: Todo está en la cara, se distingue fácilmente el que es rígido, intolerante, frío, insensible, golpeador… Digamos lo contrario, yo estoy segura que hay ciertas personas, ya sean hombres o mujeres, que no pegan porque tienen una carita tierna, blanda. He visto violaciones en la cara; a pesar que esa persona haya crecido el dolor queda plasmado en la cara. Hay gente que tiene boca de insultar, son bocas grandes y con la mandíbula prominente, como de simio. ¿Viste esos cráneos que son planos atrás? Son esa clase de personas que no pueden elaborar experiencia sobre lo que les pasa a ellos y a los demás, siempre se están equivocando, hay que ayudarlos a percibir.
Hace unos días atendí un chico de 26 años que yo no podía creer, con el lado derecho completamente caído, entonces le dije: “¿Qué te pasa?”, y me contestó:“¿Por qué?”, a lo cual le respondí: “Porque no tenés planes, proyectos…”. Y el chico me contestó:“¿Y usted cómo sabe?” Y no es que tenga la bola de cristal, yo estudié para esto…
D: Tengo entendido que también analizás caras a través de fotos…
DM: Siempre prefiero personalmente, pero si me traen fotos de alguien el rostro tiene que estar bien iluminado, de frente y de perfil.
D: Tratás niños. Contame tu experiencia con ellos…
DM: Me gusta tratarlos y ayudarlos porque los niños son todo. Con bebés no trabajo, yo me animo después de los 6, 7 años. No te puedo decir cómo va a ser el niño, sino solamente si está sufriendo.
Uno puede prevenir cosas con sus hijos. Cuando la cara se queda como un triángulo invertido, alargada y angostada hacia abajo, que es el piso instintivo, el contacto con la tierra, quiere decir que el chico está angustiado y hay que ocuparse rápidamente; lo mismo si uno llega a ver blanco por debajo de la pupila, también significa que está angustiado.
Hay padres que cuando les digo lo que veo en sus hijos, me dicen: “Eso debe ser así por lo que ven en la tele”. Y eso no es así porque la tele no marca el rostro, en su casa sí pasa algo. Hoy en día se ven muchos niños tristes que aparentemente no estarían privados de nada. Hay muchos padres ausentes, más preocupados por el tener que el ser…
D: ¿En Uruguay hay gente formada en morfopsicología?
DM: Hay gente que yo formé. Soy socia activa en la facultad de morfopsicología en París y continuamente me escribo con su gente.
D: ¿Qué ves en mi?
DM: Bueno…Percepciones extrasensoriales, eso te das cuenta porque tenés la frente como una antena. Sos un poco intolerante porque tenés una mandíbula muy marcada. Debés haber sido guerrera de niña, difícil, una niña con carácter. Tenés buena autoestima, te tenés fe y sabes lo que querés, sos determinada. Cuando empezás algo te comprometés a terminarlo. También noto un poco de retracción, entraste un poco tus ojos y la frente está cubriéndote, antes eras más abierta, hablabas todo, pero se ve que sucedieron cosas que no te gustaron y ahora sos más cerrada; pero está bien, porque te estás protegiendo, es una defensa, tuviste que aprender a la fuerza. Además tenés marcado dolor viejo, desde niña o desde jovencita. Por suerte tenés la espiga de Saturno (comúnmente conocido como pico de viuda), le llamamos el ancla a tierra: podés imaginar y soñar cosas, pero sabés cuándo es que hay que volver a tierra. Tenés el cráneo redondito que aprende con las experiencias ajenas, si a alguien le pasa algo tu ponés las barbas a remojar…
D: ¿Qué te gustaría decir para “enmoñar” el tema?
DM: Yo considero que la morfopsicología debería ser utilizada por los médicos para ayudarse en los diagnósticos, por los maestros para no tratar a todos los niños de la misma manera y por los profesores de liceales para saber cuál es el que les va a dar problema desde el momento en que se anota en el liceo. Además, me gustaría que se usara para la orientación vocacional.
Contacto:
Dalila Milicua
2710 29 75
dalilamilicua@gmail.com
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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