Socióloga, investigadora nata, feminista e interesada en la problemática de las mujeres en general, Teresa Herrera nos acerca a un tema real y que poco se deja ver en nuestra sociedad: el abuso sexual infantil. Es autora del libro Abuso sexual infantil y comunicación (Ed. Santillana, 2004).

Integra, junto con su organización de investigación, la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual.

También incursionó en la televisión con un programa de sexo de Gastón Boero y, según sus palabras: “En 2003 fue la primera vez que se habló en tele sobre el abuso sexual infantil.”

Dolores: Abuso sexual infantil, ¿cómo se está manejando, en términos genéricos?

Teresa Herrera: Es un tema que recién en todas partes del mundo se está empezando a manejar bien. La revictimización que se hace de los niños en esta situación es terrible, lo hace revivir la situación todo el tiempo. Lo que sucede es que no se cree en la palabra de los niños y los jueces los interrogan varias veces; además no tienen la más mínima capacitación para preguntar sobre esos temas. En el  99,99% de los casos el niño dice cosas que no tiene cómo saberlas si no las vivió. Lo que pasa es que la palabra del niño nunca tuvo valor, y además es terrible y difícil de aceptar: “Papá abusa de mi”.

D: Tengo entendido que en Argentina existe la Ley Rozansky…

TH: Sí, es una ley que se aplica en Argentina y dice que al niño abusado el técnico lo puede interrogar y grabar con una cámara de Gesell, una sola vez. De esta manera se evita la revictimización del niño.

Con el juez Rozansky  vamos a hacer un evento sobre el Síndrome de Alienación Parental, porque no existe no creer en la palabra del niño, soy de la idea que cuando el niño habla hay que creerle… Después hay tiempo para analizar el caso en profundidad. El niño fantasioso, en estos temas, es un caso en un millón.

D: Pareciera que a veces los padres no quieren o no pueden ver las cosas…

TH: Exactamente, mejor no saber, mejor no escuchar. Siempre digo: “Entre que un niño esté dos minutos más siendo abusado o que alguien sea acusado injustamente, en el extremo, me quedo con que ese alguien sea acusado injustamente”. Es decir, un niño nunca puede ser abusado, ¡ni siquiera un minuto! Nosotros partimos de la premisa que hay que creer en la palabra de los niños.

D: ¿Qué papel juega la educación sexual?

TH: Sacamos una ley para que se de educación sexual en las escuelas a partir de 6º año. Es muy importante que quede claro que en la medida en que un niño sea educado sexualmente, tiene muchos menos probabilidad de ser abusado, porque lo que pasa con el abuso es que el niño no entiende lo que pasa. Si el niño no tiene una formación sexual y es tocado en sus partes íntimas o se le pide que practique sexo oral, no sabe si está bien o si está mal. Desde chiquito un niño debe aprender que sus genitales son suyos y que nadie se los debe tocar. Por supuesto que los abusadores son tremendamente seductores y en el 90 % de los casos son los padres biológicos, el padre de familia en su gran mayoría. Siempre digo que los padrastros tienen mala prensa.

D: ¿Por qué abusan más los padres que  las madres?

TH: Si nos ponemos a hilar fino ya Aristóteles decía que el varón era el dueño de la vida y la muerte de su esposa, sus hijos y sus esclavos… Y es así, el tema del patriarcado es ancestral. El abuso infantil es una exacerbación del patriarcado, el hijo visto como una cosa: “Mi hijo es de mi propiedad y yo hago con él lo que quiera.”

D: ¿En qué casos el abuso es patológico?

TH: Hay mucha discusión entre los psicólogos, hay quienes dicen que hay una patología y otros que hay un sentido de dominación más que otra cosa. La pedofilia es sin duda una patología, pero nosotros hablamos de pedofilia cuando hay niños muy chicos involucrados.

En algunos lugares de Bolivia, Argentina, Venezuela, Perú, Guyana, es culturalmente aceptado que el padre inicie a la hija sexualmente y eso es parte del patriarcado. Y ni hablar de los países islámicos donde los padres hacen casar a su hija de 12 o 13 años… Eso es abuso; como dice la campaña de Unicef: “Un menor es un menor así tenga 17 años, 364 días, 23 horas y 59 segundos.”

D: Características del abusador…

TH: Tremendamente seductor, muy agradable, ejerce el poder en lo privado y en lo público es encantador. Le dice al abusado que es una expresión de cariño entre ellos, que es un secreto que no se puede decir. Son gente compleja, normalmente son dominantes y muchas veces también abusan de sus mujeres.

En la infancia del abusador pudo haber abuso y puede repetir la conducta, por eso es tan importante el tratamiento de los chicos abusados.

D: ¿Cómo se manifiesta un niño abusado?

TH: Es un niño triste, si lo intentás tocar se asusta, a veces cierra los ojos. Los docentes con experiencia lo notan claramente. Además maneja conceptos de cosas o situaciones que no son adecuadas para su edad en términos de sexualidad. Lo que pasa es que a veces se calla la boca…

En el caso de los chiquitos, en general no hay penetración, salvo que la persona esté muy loca; por eso es tan difícil tratar el tema, buscar elementos, y muchas veces es la palabra del niño contra la del adulto, porque no siempre hay rastros físicos visibles.

El adolescente siempre se va a sentir vulnerado, no es que le guste, pero sí puede pasar que haya tal dependencia que no pueda discernir que esa situación está mal. El abuso es una relación desigual, es una relación de poder, no es una relación consentida de cualquier tipo, eso es lo que configura la situación de abuso.

D: ¿El niño abusado tiene posibilidad de salir adelante, de llevar una vida “normal”?

TH: Sí, pero debe estar muy bien atendido. Hay casos que sepultan el tema y sale a la luz 30 años después; muchos de ellos no llegan a tener una vida sexual plena. Yo creo que el abusador no cambia nunca, en cambio la víctima sí puede cambiar.

Pasa mucho que cuando una mujer fue abusada de niña después sea víctima de violencia doméstica, no conoce otra forma de vínculo, y lo mismo sucede que cuando un niño varón fue abusado es posible que él también abuse de grande; no quiere decir que esto sea matemático, pero el riesgo de repetición es alto.

D: Imagino que cuanto más estrecha sea la relación entre abusador y abusado, peor debe ser…

TH: Sí, es terrible, porque además se suponía que esa persona te iba a cuidar, le tenías  confianza. Al niño le genera un nivel de confusión que es tremendo: “¿Es válido o no es válido?”; “¡Yo soy el culpable de esto!”. Cuando el abusador es uno de los dos padres y la pareja se termina separando, la víctima se siente culpable de haber hablado y de la separación.

D: Algún caso que ilustre lo importante que es la concientización…

TH: Me acuerdo de un niño de 11 años que miró nuestro programa con su mamá y que le dijo: “Eso que dicen ahí, a mi me lo hace Fulanito.” Y resultó ser el cuñado de la mujer, que además era oficial de la Fuerza Área. La madre del niño llamó a la Línea Azul (línea telefónica para denuncias de maltrato) e hicieron todo el seguimiento del caso; ese hombre terminó preso. Después la madre nos vino a ver, a darnos las gracias, y eso comprueba la necesidad de concientizar a la población, porque la criatura cuando vio el programa hizo el click.

D: ¿Cómo se maneja la Justicia uruguaya con esta temática tan compleja?

TH: Creo que mal, si bien está más avanzada. La Ley de Violencia Doméstica es a partir de 2002, el Código del Niño es de 2004 y depende mucho del juez, si lo aplica o no lo aplica. Si bien el abuso es un tema que es bastante complejo, yo creo que a Uruguay le falta mucha capacitación.

D: ¿Dónde se manejan mejor con el tema del abuso?

TH: Tanto Canadá como los países escandinavos son modelos en este tema. Por el contrario Francia no lo maneja muy bien, así como tampoco Estados Unidos, aunque hay estados y estados; los norteamericanos están haciendo castración química, dan medicación a los abusadores que les inhibe el deseo. Alemania acaba de hacer un registro de los violentos y los escrachan públicamente. En América Latina falta mucho.

En Argentina, como dije anteriormente, está la Ley Rozansky que es muy buena, pero a veces sólo las leyes no alcanzan. Una cosa es un cambio en la legislación y otra es un cambio en la cultura de la gente, que es un proceso mucho más lento; hay gente que te dice: “¡Cómo vas a alejar a un hijo de un padre!”, y bueno, es que si lo viola hay que hacerlo…

D: Algo más que quieras decir…

TH: Lo más importante es que es de esto se sale. Otros puntos a destacar es que hay que hablar estos temas, tiene que haber sanción social, y de alguna manera la mujer tiene que ser solidaria con las otras mujeres; los niños tienen que tener una educación sexual, uno debe aprovechar situaciones, circunstancias, para conversar de esos temas; las maestras deben estar preparadas y hay que escuchar a los niños.

Hay varios sitios donde la gente pude buscar información o solicitar ayuda:
www.violenciadomestica.org.uy
www.unicef.org/uruguay/
arcoirisuruguay.blogspot.com
0800 4141 (Atención a situaciones de violencia doméstica)

Contacto:
Teresa Herrera
teresa.herrera@aire.org.uy
www.teresaherrera.org
www.aire.org.uy

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