La competencia no me llenó, sentí que lo importante no era la alfombra roja
Cuerpo & Alma
Con nosotros Raúl López Barrera, también conocido como “El Pelado”, quien en 2011, a sus 77 años, fue Campeón Mundial de Decatlón y Salto con Garrocha en California
Fue increíble lo que me pasó mientras entrevistaba a Raúl. La entrevista empezó con un enfoque y sobre la marcha viró completamente. Lo que parecía interesante, que un ser humano avanzado en años triunfara como atleta de elite, resultó ser que no era un tema que el entrevistado estuviera interesado en hablar, ya que a sus 75 años (en 2009) hizo un cambio profundo de vida y la competición pasó a tener otro significado para él.
Por todo lo dicho, lo vuelvo a presentar: Con nosotros Raúl López Barrera, un ser humano que por su inquebrantable voluntad venció varias adicciones. Pasional, amante de la vida, portador de una felicidad serena que supo conquistar, el Pelado hizo caso omiso al calendario y se animó al salto más grande de su vida, sin garrocha ni bastones, pero sí con mucho coraje. Un salto cuántico que lo llevó a ver la vida desde otra perspectiva, sin apegos, sin encasillarse ni encasillar. Así es este hombre, digno merecedor del documental que lleva su nombre…
Dolores: ¿Cómo fue tu vida deportiva antes del título logrado a los 77 años?
Raúl López Barrera: Mi vida tuvo una temprana vocación por la actividad física. Cuando estaba estudiando para maestro carpintero competí en Atletismo y me gané una beca para estudiar Educación Física en Montevideo.
Luego me casé con mi primera mujer y empezó el entrenamiento de alto nivel que me duró hasta los 28 años, edad en la que empecé a trabajar como preparador físico de la selección de básquetbol uruguayo y preparador físico de la selección uruguaya de rugby.
Después vino un período de vida en que estuve muy perdido, fui preso de varias adicciones de las cuales pude salir como quien sale del derrumbe, arrastrándome…Cuando empecé a recuperarme encontré que había estado creciendo de manera diferenciada con mi mujer, y empecé una relación nueva y muy desafiante por la gran diferencia de edad que teníamos, con la que sigo hasta el día de hoy y con la que tengo una hija de 10 años. Se llama Susana Chiarle y es 40 años menor que yo; es mi compañera de ruta. Reorganicé mi vida, empezando por mi cuerpo, porque estaba gordo, fumaba, tomaba alcohol y alguna que otra adicción también. Empecé a competir de nuevo, ir a los campeonatos mundiales, al principio para divertirme y después me di cuenta que podría rendir; no paré hasta que finalmente subí al podio en Finlandia, en 2009… y la competencia no me llenó, sentí que lo importante no era la alfombra roja y que te conozcan por la calle.
D: ¿La competencia en Finlandia fue un punto de inflexión en tu vida?
RLB: Sí, me di cuenta que lo importante era el otro lado del espejo de la actividad física, cómo poder ayudar a la gente a vivir mejor, con un enfoque holístico. La actividad física como una experiencia facilitadora. Ahí fue que empezamos, junto con mi esposa, con el eneagrama. Hicimos todos los niveles. Hemos gastado la poca plata que teníamos en los cursos, en los estudios, en los libros, pero estamos muy contentos de haberlo hecho. Y hemos hecho un salto cuántico, miramos la vida con mucha calma, muy serenos, sin ansiedades.
D: ¿Y el cambio de vida implicaba no competir más?
RLB: No, después competí en Sacramento, California, con el otro lado del espejo mucho mejor; corría el año 2011… Feliz y contento, sin lastimarme, salí doble Campeón Mundial de Decatlón y Salto con Garrocha.
GRAN Sueño a Los 77 oficial documentario
D: ¿Cuándo y cómo surgió la idea de hacer Raúl, el documental?
RLB: En 2009 un director gringo, John Case, vino y me dijo: “Yo quiero hacer una película contigo” a lo que le contesté: “¿Cómo que querés hacer una película conmigo? ¡Estás enfermo!” Me dijo que el motivo por el cual quería hacerla era que no podía creer que con mi edad yo quisiera llegar al podio. Y yo agregué: “Es que la próxima voy a ser campeón mundial”. La película se filmó durante todo un año.
D: Ampliame la idea de tu cambio en la manera de ver la vida…
RLB: Entendí que lo más importante es cómo vivís el aquí y el ahora, y que las emociones las podés elegir; me he liberado de las emociones heredadas de mi familia, de las creencias, de los paradigmas políticos. Me fui dando cuenta de las cosas que me tenía que desprender, de las cosas que yo creía que eran mías, me tuve que desprender de mi mujer y así de todo, sobre todo de la seguridad que me daban cosas que no son representativas o que son referentes para convenios que hace la gente.
D: ¿Cómo te definirías?
RLB: Es que no me definiría, te va a sonar rarísimo, yo soy un ser que va buscando ser autorreferente y a veces cree que lo va logrando, y en la medida en que lo logra le gustaría que otros sintieran lo mismo. Al ser autorreferente tu elegís lo que querés hacer, no hablás más de “tengo que” sino “elijo que”, en la medida de lo posible.
Yo soy un un hombre al que pusieron Raúl, lo demás son roles que juego: educador, que es el que más me gusta; entrenador, que en el fondo es adiestrador para lograr alto rendimiento cueste lo que cueste… En mi vida lastimé a muchas personas, quería alto rendimiento y deseaba que al adversario le fuera mal, que se lastimara; además, dentro de la cancha yo era autoritario, exigente y creo que me portaba muy mal con los jugadores, tenían que hacer lo que decía, si no para afuera. Eso sí, en la charla posterior lo que hacía era hablarle como soy yo, entablando una amistad.
Al día de hoy, como docente, lo único que hago es expandir lo que soy, no me importa enseñar lo que sé, por eso no trabajo con alto rendimiento; es decir, enseño con otra metodología.
D: Uy, ¡cambiaste mucho! Si alguien te pide que lo entrenes para alto rendimiento, a sabiendas de tu historial como deportista…¿Qué le dirías?
RLB: (Risas) Que vaya con otro…Y se lo recomiendo.
D: ¿Pero si la persona te dice que su sueño es entrenar contigo?
RLB: Le digo que tome un entrenador para el alto rendimiento y en su etapa de pre temporada, cuando ya no esté obsesionado por el resultado y sí por el proceso, que venga y vamos a la playa, a estar en contacto con todos los elementos naturales: la arena, el fuego del sol, el aire… Vamos a conversar para encontrar su lugar y quizás, si el deporte es de equipo, va a tener un alto rendimiento, y si no es de equipo seguramente empezará a mejorar igual. Cuando lleguen las competencias va a poder mirar desde arriba, se va a poder conectar con su mejor performance. Inclusive hay atletas que lo hacen, por ejemplo, la saltadora de garrocha record del mundo, la rusa Yelena Isinbáyeva, que la mirás y parece que rezara, hace todo un recorrido mental sobre su performance, y después recién se lanza a hacer lo que su mente le está marcando.Al anticipar es que podés saber cuándo vas a llegar, te da una visión amplísima y lo hacés en forma serena, con calma.
D: ¿Cambiarías algo de lo vivido?
RLB: No cambiaría nada porque creo que todos los errores que cometí me enseñaron a crecer tardíamente. Tendría que haberlo aprendido antes, pero por algo no sucedió…
D: ¿Te quedan amigos vivos?
RLB: Pocos.Y me es muy difícil hablar con ellos, no me entienden. ¿Viste cuando ves una película muchas veces y ya sabés cómo empieza y cómo termina? Bueno, eso mismo me pasa cuando me reúno con algún amigo. Me siento más a gusto hablando con gente joven.
D: ¿Tenés algún miedo?
RLB: Cuando era joven le tenía miedo a la muerte, después sobrevino el miedo a vivir y en este momento no le tengo miedo a nada. Me di cuenta que el miedo desaparece cuando lo enfrentás, es una actitud defensiva frente a lo que no conocemos, sin darnos cuenta que en lo que no conocemos quizás esté lo mejor…
Contacto:
Raúl López Barrera
raysu@netgate.com.uy
Raúl López Barrera y Susana Chiarle
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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