“Me interesa cómo dialogan la psicología y el Rolfing en el ser humano”
Cuerpo & Alma
Un mano a mano con José García Olaso, quien aplica el método Rolfing en Uruguay
Un accidente de auto, a sus 18 años, fue lo que definió la vocación de José García Olaso, quien se recuperó de una secuela en una rodilla ya en las primeras sesiones del método Rolfing. Según cuenta, vivió una transformación no sólo en lo físico, sino también en lo psíquico y emocional. A partir de ahí supo a lo que se quería dedicar…
Dolores: ¿Cómo y cuándo surge el método Rolfing?
José García Olaso: La creadora de la técnica fue una mujer, Ida Rolf, bioquímica norteamericana que trabajaba en la investigación del colágeno por el año 1920. Por problemas de salud quedó confinada a una silla de ruedas alrededor de sus 30 años. Los médicos le dijeron que no tenía más chance de volver a caminar, y ella empezó a probar la manipulación del tejido conjuntivo, tratando de trabajar con sus propias piernas. Le fue muy bien. Por medio del ensayo y el error recuperó la facultad de caminar, y caminó hasta el día que murió, a los 78 años. Ida Rolf descubrió que el tejido conjuntivo y el cuerpo eran muy plásticos en general, es decir que cambiaban rápidamente su organización mediante la aplicación de presión.
Luego de ver los resultados en ella misma, empezó a trabajar con gente conocida, aplicando algo que seguramente todavía era muy incipiente. Así empezó desarrollando su trabajo a principios del ’60, y le fue muy bien. Logró difundir ampliamente el método durante esa década, en California, con el movimiento cultural y humanista que se dio en esa época. También se difundió mucho en los medios.
De a poco el Rolfing se empezó a hacer cada vez más conocido y fue tomando un carácter más formal, porque si bien Ida Rolf lo tenía incorporado, no estaba en términos como para transmitirlo. A partir de allí, en la escuela madre del Rolfing que está en Boulder, Colorado, se siguen desarrollando nuevos métodos, conocimientos y formas de trabajar.
D: ¿En qué consiste básicamente el método Rolfing?
JGO: Básicamente es un método terapéutico holístico, muy efectivo, que busca a través de la manipulación del tejido conjuntivo y de la reeducación del movimiento, una reorganización del cuerpo lo más cercano posible a una línea vertical. Ida Rolf basó su trabajo en la idea que la organización más eficiente para interactuar con la gravedad del cuerpo humano, es estar organizado alrededor de una línea. Cuanto más alineado está el cuerpo, mejor interactúa con la gravedad y menos se aplasta o comprime. Es una de sus premisas fundamentales: organizar el cuerpo en torno a una línea, como para hacer más eficiente la interacción con la gravedad. Y estaba convencida que si no había una intervención específica, la gravedad iba venciendo esa batalla.
D: Es decir que la estructura corporal se va modificando con el paso de los años…
JGO: Exacto, se modifica. La estructura corporal está viva, y como organismo vivo se está permanentemente ajustando a necesidades del entorno. Una de las creencias más populares es que la estructura corporal no se modifica a lo largo de la vida.
D: ¿Cómo trabajás con los pacientes?
JGO: Trabajamos con la estructura miofascial , sobre los tejidos blandos, lo que llamamos tejido conjuntivo y músculos, que también abarca la estructura ósea. El método Rolfing interviene directamente sobre la estructura corporal y la disposición en el espacio que tienen las distintas partes del cuerpo entre sí, por ejemplo la relación de los hombros con el pecho, los hombros con la cabeza…
D: ¿Cuáles son las consultas más frecuentes?
JGO: En general consultan por molestias que pueden ser de espalda, columna (lumbares, escoliosis), cadera, pelvis, rodilla, articulaciones en general, temas respiratorios, malas posturas, jaquecas. Es muy variado el tipo de síntomas por los cuales consultan. También hay gente que busca un mayor bienestar, una mejor calidad de vida. El Rolfing te permite trabajar cómo los pacientes se ven a sí mismos, cómo se sienten, porque van adquiriendo una mayor comprensión a nivel del cuerpo. El abordaje es asintomático, no trabajo con un síntoma en particular.
D: ¿En qué dolencias se ven mejores resultados?
JGO: En general he tenido muy buenos resultados. Contracturas ni hablar; dolores de columna también; dolores de articulaciones; migrañas; jaquecas; entre otras.
D: Aunque cada caso es diferente, ¿cuántas son las sesiones básicas recomendadas?
JGO: Básicamente una serie de diez sesiones, una vez a la semana o quincenalmente. Lo que ayuda es que sean en forma continua y que la persona mantenga el interés de seguir trabajando. El cambio es progresivo, el cuerpo va asimilando los cambios.
D: Una sesión tipo…
JGO: Después de la fase inicial donde hago una lectura corporal, se trabaja en la camilla, que es donde transcurre la mayor parte de la sesión. Son 45 a 50 minutos donde trabajo fundamentalmente de dos maneras: una, con la manipulación del tejido conjuntivo, donde trabajo sobre los tejidos blandos (tendones, ligamentos, músculos). Intento reposicionar o moldear el tejido, reorganizándolo de una forma distinta y reeducando el movimiento. Me interesa que la persona sea más consciente de su cuerpo y que cambie la forma en que lo usa y cómo lo mueve diariamente. Otra, es un trabajo más sutil, que la persona se familiarice más con la sesión corporal, que sea consciente de las distintas zonas del cuerpo, sus áreas y tejidos, que tenga un mayor conocimiento desde adentro.
Todo esto ayuda a que la persona cambie la forma en que se mueve, se sostenga, y que se de un cambio más duradero, más significativo.
D: ¿Los cambios se aprecian desde la primera sesión?
JGO: Eso es personal, hay personas que notan los cambios al levantarse de la camilla, así como hay otras que lo notan en otro momento, les lleva más tiempo. Las personas que ya tienen un trabajo corporal con el yoga, el tai chi, la danza, ya conocen su cuerpo y eso ayuda a que perciban los cambios mucho más rápido.
D: ¿A partir de qué edad atendés?
JGO: Una buena edad es a partir de los 10 o 12 años. La etapa de la adolescencia es muy buena trabajarla.
D: ¿Qué estudiaste para poder trabajar con este método?
JGO: Me formé como Rolfista entre 1998 y 2000. También soy psicólogo, recibido en 2008. Empecé a estudiar Rolfing en Brasil y lo terminé en Colorado, Estados Unidos. Hasta el día de hoy hay sedes de Rolfing por distintos lados, pero la sede por excelencia sigue siendo Estados Unidos. En Alemania y Brasil sigue creciendo bastante. Uruguay todavía no tiene sede.
D: ¿Cuáles son los requerimientos para poder estudiar este método?
JGO: Eso ha ido cambiando con los años. Lo último que supe es que están pidiendo más de 25 años de edad, una carrera profesional terminada y una competencia notoria en la profesión que ejercés. No tenés por qué haber estudiado Medicina, porque la propia formación de Rolfing incluye las materias básicas que se necesitan para entender de lo que se está hablando, y de esta forma aprender y aplicar la técnica.
D: Al ser no sólo rolfista sino psicólogo, debes de conjugar las dos profesiones naturalmente…
JGO: Me interesa cómo dialogan la Psicología y el Rolfing en el ser humano, si bien en Occidente se separan tanto…En Oriente no es así.
En particular con la técnica de Rolfing se utiliza el cuerpo como la puerta de entrada a ese todo que es el ser humano, entonces vemos la parte física y qué significados tiene lo que vemos. Por ejemplo: qué quiere decir estar con el pecho cerrado; por qué llegó a determinado estado; por qué tiene una determinada postura corporal, entre otros. El cuerpo tiene la posibilidad de expandirse, de relacionarse de otra manera. Lleva años aprender a leer el cuerpo, e indudablemente la Psicología ayuda.
D: El método Rolfing no es muy conocido en nuestro país.
JGO: Imaginate, me recibí en el 2000 y la gente no conocía el método. Hoy por hoy me parece que ha sido dramático el cambio; vienen referidos por amigos, por médicos, etcétera.
Contacto:
José García Olaso
jgarciaolaso@gmail.com
099 125 325
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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