Entre lo primitivo y lo posmoderno
Por amor al arte
Wayra, de Fuerza Bruta, está desplegando sus atributos en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires
Quería sorprenderme. Una persona, de esas en las que confío en sus recomendaciones, me había hablado mucho de esta obra.
Fuerza Bruta comenzó a fines de 2003 como una reinvención de De La Guarda, una agrupación teatral que sacudió los cimientos del teatro tradicional tanto en Argentina como en el mundo entero a principios de los ’90. Fabio D’Aquila y Diqui James, ambos argentinos, son los fundadores de esta genial creación, quien conquista continentes con sus intensas giras, pasando por Brasil, Santiago de Chile, Londres, Moscú, Nueva York, Grecia, Bélgica, Holanda y Tokyo, entre otros.
Desde que uno, como espectador, ingresa en la antesala del Centro Cultural Recoleta a la ansiosa espera de esta nueva versión de Fuerza Bruta, Wayra, ya se respira un ambiente de intensa energía. Música ensordecedora, luces bajas y una barra, simulan un espacio social nocturno. Un auto pende del techo. Uno percibe que algo fuera de lo común va a acontecer en apenas unos minutos.
Cuando se abren las puertas del espacio donde va a tener lugar la obra, entro a algo parecido a un galpón, que nada tiene que ver con las plateas de los teatros tradicionales; sería la contracara de un espacio convencional. Miro a mi alrededor y siento algo así como un cuerpo a cuerpo con las quinientas personas que habitan ese gran espacio. Las sillas brillan por su ausencia. Lo primero que se me viene a la cabeza es: “¿Cómo voy a hacer para ver la obra, parada, durante una hora y media?”
Comienza. Un oficinista entra a escena caminando sobre una plataforma móvil, como si fuera una cinta para correr. No entiendo nada, quizás no haya que entender, sino soltar y dejar que los sentidos hagan lo suyo. Oscuridad, luces, aire de humo y viento. Música electrónica y música tribal intercalada. Ruidos atronadores. El ejecutivo corre cada vez más rápido. Su cara pasa por distintos estados anímicos. Hasta que un disparo en su pecho, dejando una gran mancha roja en su inmaculada camisa blanca, me deja sin palabras. No me lo esperaba. Así empieza la obra. Es sólo el comienzo.
A partir de ese fuerte arranque, ingreso en una especie de viaje visual, auditivo y táctil, absolutamente irreal, casi onírico, donde los artistas hacen suyo todo el espacio. Nada es previsible. De a momentos miro a mis costados y para atrás, algo me tienta a hacerlo. Quiero ver las expresiones de los demás. Me doy cuenta que cada uno lo vive de forma diferente, como todo en la vida.
Aspectos primitivos conviven con elementos de última generación. Música que parece salida de tribus primitivas y música electrónica. Todo te lleva al movimiento casi inconsciente del cuerpo, más allá de tu voluntad.
Percibo que no hay barreras ni límites sociales, culturales, así como tampoco de religiones ni edades. Niños, adultos y gente mayor se entremezclan como si no hubiera diferencias entre ellos. Ahí somos todos iguales. Eso genera Fuerza Bruta, un espectáculo tan único como inolvidable. Para todos. Acá no hay barreras.
FUNCIONES:
Jueves 8 de mayo de 2014 a las 21 hs.
Viernes 9 de mayo de 2014 a las 20.30 y 23.30 hs.
Sábado 10 de mayo de 2014 a las 19 y 22 hs.
Domingo 11 de mayo de 2014 a las 17 y 19.30 hs.
Jueves 15 de mayo de 2014 a las 21 hs.
Viernes 16 de mayo de 2014 al as 20.30 y 23.30 hs.
Sábado 17 de mayo de 2014 a las 19 y 22 hs.
Domingo 18 de mayo de 2014 a las 17 y 19.30 hs.
Jueves 22 de mayo de 2014 a las 21 hs.
Viernes 23 de mayo de 2014 a las 20.30 y 23.30 hs.
Sábado 24 de mayo de 2014 a las 19 y 22 hs.
Domingo 25 de mayo de 2014 a las 17 y 19.30 hs.
Contacto:
Web: http://www.fuerzabruta.com/
Centro Cultural Recoleta:
Junín 1930, Buenos Aires
(005411) 4803-1040
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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