La belleza de la imperfección
Vestir: una pasión
Pocas marcas identifican tanto a nuestro país como Manos del Uruguay. Una tarde de otoño fue el marco ideal para conversar sobre la filosofía y el concepto detrás de cada prenda hecha en esta cooperativa de artesanas que tan bien nos representa
María Gracia Pérez y Cecilia Lalanne son algunas de las caras detrás de Manos del Uruguay. Desde hace aproximadamente 15 años, María Gracia se encarga del departamento comercial, y hace 12 que Cecilia está en el área de diseño. Trabajan en equipo con las artesanas e intercambian ideas y opiniones con el fin de que los tejidos lleguen en tiempo y forma a los percheros de los seis locales de Manos en todo el país.
Este año “Manos”, como llaman en confianza a la cooperativa, está festejando sus 46 años de vida. Ya desde hace muchos años Manos del Uruguay, como el mate y el asado, forma parte de la idiosincrasia uruguaya. “Es una organización grande pero es una empresa muy chica, sobre todo en la parte económica… Todo se hace a pedal.”, comenta Cecilia. Y… Esto también forma parte de la realidad uruguaya.
Dolores: ¿Cómo surgió Manos del Uruguay?
María Gracia: Olga Artagaveytia, actual socia adherente de Manos, junto a cuatro amigas: Sara Beisso, Dora Muñoz, María del Carmen Bocking y Queenie Ch. de Vivo, quienes vivían en cuatro puntos diferentes de Uruguay, empezaron a ver que las mujeres que vivían en el campo no tenían mucha opción laboral. Trabajaban como empleadas en algún campo o se quedaban cuidando a sus hijos. Entonces ellas cinco tomaron fuerza, y juntas empezaron a instrumentar todo para que las mujeres rurales pudieran desarrollarse laboralmente.
Cecilia: Por el ’68 en las estancias se regalaba a las señoras de los peones la lana negra o de descarte y ellas se ponían a hacer jergas pero no tenían a quien vendérselas. Las fundadoras de Manos comenzaron a llevar estas jergas a la Rural del Prado y a Punta del Este. Al ver que había mucha demanda, empezaron a organizar grupos de trabajo. Así empezó Manos…
MG: Fue entonces que empezaron a incluir diseño propio. Justo comenzaban los años ’70, pleno auge artesanal.
D: ¿Cuál es el espíritu de Manos?
MG: Que los productos son hechos a mano. Es algo que te llega a vos, hecho por una persona que le puso cariño. Además está la belleza de la imperfección, que nos encanta, porque en esa imperfecta belleza de lo hecho a mano nada es igual a lo otro.
C: Los productos de Manos están hechos con lana de oveja uruguaya. Llevan esa lana a Fraile Muerto, las artesanas la tiñen con las manos, y finalmente termina en Sarandí Grande donde otra señora teje con ella. Esta historia, que es algo de todos los días para nosotros, es más interesante que la historia de una prenda que sale en masa.
D: Además de lo artesanal, ¿qué otro diferencial ofrece la marca?
MG: Cada prenda viene con toda la información en la etiqueta: sabés quién la hizo y dónde, y para mí ese detalle es el mayor diferencial.
C: El cambio de rol de la lana de antes a hoy. En estos tiempos es considerada una fibra de lujo, sustentable, reciclable, biodegradable, entre otras. Se está valorizando a otro nivel. Además, ha mejorado la calidad de la lana, antes picaba porque tenía fibras más gruesas, ahora se va afinando cada vez más, entonces se logra que no pique y que sea más liviana.
D: ¿Qué es lo que quieren lograr en el consumidor?
MG: Nosotros queremos un consumidor mas consciente a la hora de la compra, que sepa distinguir entre lana y acrílico, que mire la etiqueta. De la misma manera que hay que saber con qué te estás alimentando, hay que saber qué te estás comprando, porque todo es parte del mismo concepto de un mundo más natural.
C: A nosotros, los uruguayos, todavía nos falta tener determinadas necesidades básicas satisfechas y dar el siguiente paso, lograr ser un poco más sofisticados como consumidores. El lujo está en poder elegir. En Estados Unidos el consumidor sabe diferenciar la lana del cashmere, y a veces hasta lo gratifica más comprar una prenda o un hilado de cashmere que una marca de súper lujo. Es decir, me parece que hay toda una parte del mundo que va en otro sentido, donde el lujo está en poder gastar más en cosas que hacen bien a uno mismo.
D: En el exterior, ¿a dónde exportan?
MG: Marcas como Ralph Lauren, Club Mónaco del grupo de Ralph Lauren, Marc Jacobs, Stella Mccartney, entre otros, nos han ayudado a perfeccionar la cadena productiva. El producto artesanal hoy es de primerísima calidad.
D: Creen que el concepto de lo artesanal está subvalorado?
C: Sí, y no debería ser así. Lo artesanal tiene mucho valor, es rescatar una tradición y plasmarla en un objeto. Hoy en día la mayor parte de la artesanía sale de la India, de Bangladesh o de China, porque en el resto del mundo es caro y lleva mucho tiempo.
D: Al momento de diseñar, ¿tienen en cuenta las tendencias internacionales?
MG: Sí, claro. Pero hemos aprendido que además de ver mucho, tenemos un consumidor Manos al que le gusta determinados colores, determinados buzos.
C: Claro, es como que uno mira tendencias y dice “esto tiene que ver con Manos”. Apuntamos no a lo básico, sino a lo que te enamora, a lo que te conecta con lo emocional, y no tanto a lo que te resuelve para ir a trabajar, por ejemplo.
D: ¿Qué resaltarían del consumidor Manos?
MG: Es un consumidor que prioriza el color y que la prenda sea artesanal, con detalles y diseño diferentes.
D: ¿En qué rango de edad se encuentra el consumidor tipo?
MG: Tiene más de 40 años.
D: ¿Qué lugar tienen los niños en la marca?
MG: Los productos de niños tienen un espacio importante en el local. ¡Este año hay unos sacos divinos! La verdad es que en niños y en decoración hemos tenido un crecimiento importante. Creo que lo de darle más importancia al sector niños se intensificó por las edades en que se encuentran nuestros hijos (risas).
D: Concientización y niños van de la mano, porque son como esponjas, ¿los incluyen en algún proyecto?
C: Queremos educar al uruguayo en el tema de la lana, que valore y entienda el producto. Y eso hay que inculcarlo en el niño, que hoy tiene otra concientización.
MG: Hacemos un taller en el Museo de Arte Precolombino. Van las escuelas, nosotros damos la lana y les enseñamos a hacer cosas básicas con el telar.
D: ¿Cuántas cooperativas de artesanas hay en nuestro país?
MG: Hay 17 localidades y 13 cooperativas.
D: ¿Qué papel cumplen las artesanas de Manos?
MG: Todo el perfil de Manos está teñido por ellas. Están muy presentes en todas las etapas de la producción. Ellas son Manos.
D: ¿Les parece que el oficio de la tejedora va a continuar en el tiempo?
MG: Es un gran desafío que tiene Manos, porque antes la abuela sabía tejer, su hija también y sucede que la nieta no quiere continuar la tradición. Hoy los jóvenes no quieren ser artesanos; está pasando que las chicas jóvenes prefieren ser cajeras antes que artesanas. Pienso que tendría que haber algo más macro, a nivel estatal, impulsando y dignificando el trabajo de artesano. Manos también tiene que poner su granito, empezando a dignificar ese trabajo.
C: El trabajo artesanal, como trabajo, no está muy contemplado ni bien visto; en cambio como hobby o como emprendimiento personal está resurgiendo.
D: Además de la parte textil, ¿qué otros productos ofrece Manos?
MG: Vendemos mates, cerámicas, crochet; todo eso lo hacen artesanos en forma independiente.
C: También vendemos prendas de diseñadores o talleres independientes, como son Quiroga Quiroga, Ana Livni. Tratamos de poner lo mejor del diseño uruguayo de lana, y de esta forma seguimos promoviendo la artesanía uruguaya.
D: ¿Cuántos locales tienen en Uruguay?
MG: En Montevideo tenemos cuatro; en Punta del Este uno, y en Colonia vendemos en la Tienda Malvón.
D: Alguna anécdota…
C: Nos pasó con los hilados que vendemos en el exterior. La gente que teje tiene una conexión súper emotiva con la historia de la lana que usa, con las ovejas que dan esa lana, etcétera. Gente que compró una madeja en Estados Unidos viene a Uruguay y quiere conocernos, quiere ver las cooperativas. Buscan una amistad con la marca, pasan a amarnos.
D: Proyectos…
C: Queremos hacer tejidos lavables, pero en lavarropas.
MG: Las abuelas son las que más compran lo de niños, porque no les importa lavar a mano, en cambio a las mamas sí (risas).
D: ¿Qué mensaje le dejarían a los consumidores uruguayos?
C: La gente tiene que saber qué es lo que compra y que tiene opciones; que mire la etiqueta y se enamore de la prenda.
MG: Y cuando te enamorás, no podés esperar y la comprás (risas). Hay que concientizar al consumidor, que comprar barato no es la única opción. Queremos lograr que el uruguayo se sienta orgulloso de comprar algo hecho en Uruguay. Las prendas tienen historia, historia uruguaya, entonces busquemos prendas así…
Contacto:
Facebook: Manos del Uruguay
Twitter: @manosdeluruguay
Instagram: @manosdeluruguay
www.manos.com.uy
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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