Películas de ayer y de hoy / La chispa de la vida
Por amor al arte
María José Borges nos acerca a un film del director español Alex de la Iglesia, el segundo del mismo estrenado en Uruguay en los últimos meses
Película:
La chispa de la vida
(Alex de la Iglesia, 2011)
Tu vida en vivo y en directo
Por Ma. José Borges
Es una película de 2011 que por esas particularidades de la industria cinematográfica llegó recién a los cines nacionales. La chispa de la vida es creación del ácido director español Alex de la Iglesia, realizador de filmes como Crimen Ferpecto (y no es un error de tipeo), Muertos de risa o Los crímenes de Oxford. Ha pasado de las historias más probables a las más surreales. Un ejemplo de estas últimas es la estrenada hace unos meses en Uruguay, Las Brujas de Zugarramurdi, una película fantasiosa sobre la batalla de los sexos.
En el contexto de la crisis española, La chispa de la vida cuenta la historia de un publicista que se encuentra en seguro de paro y que cae en una insólita situación buscando trabajo. Sufre un accidente alrededor del cual gira toda la película, que está guiada por la gran actuación de José Mota y una Salma Hayek que da bien con el rol pero no se destaca por su interpretación.
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“Una mirada aguda y certera sobre los tiempos mediáticos actuales”
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Es una película fuerte, que mantiene al espectador en tensión durante su hora y media de duración. Esa intensidad se descomprime con los sucesivos chistes de humor negro que caracterizan al director, arrancando la risa del espectador en los momentos menos indicados. El mundo de la publicidad, la ética, el manejo de la información y los medios de comunicación, son algunos de los temas que aborda este filme con una mirada aguda y certera sobre los tiempos mediáticos actuales. El trasfondo es una muy buena reflexión sobre el concepto moderno de show: ese en el que la vida privada de personas anónimas ha pasado a ser mucho más atractiva que una obra de teatro, ópera, cine o música.
Muchas veces se ubica a una película dentro del género “comedia dramática” y esa definición es bastante contradictoria. Pero en este caso, dado las particularidades del director español, es una etiqueta que calza a la perfección. La mixtura entre humor y dramatismo es quizá la marca registrada de Alex de la Iglesia.
En medio de una trama imaginativa que apela a la reflexión por el extremo, el director baja algunas líneas sobre la actualidad de la crisis española, pero son certeras y tienen la medida justa. En definitiva, una película que golpea al medio del estómago de este siglo que acaba de comenzar.
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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