“Lo mío es más una actividad artística que decorar”
Deco & Diseño
Una charla con la argentina María Tórtora, el alma detrás de Casa Chaucha
Por Dolores de Arteaga
Casas espontáneas. Casas vividas. Casas con una impronta tan personal que transmiten el espíritu de cada una de las personas que en ella habitan. Un sillón que una amiga no usa más. Una mesa abandonada en la calle. Un adorno de un remate. Todo sirve para una Casa Chaucha. Todo es un decir, porque casi nada comprado entra dentro de este concepto que honra con todas sus letras a la palabra “reciclar”.
La diseñadora de interiores María Tórtora creó Casa Chaucha en 2009, un sitio web que ella define como “un paseo”. Presenta casas decoradas por sus dueños a través de fotografías y relatos. “Las visitamos y las fotografiamos tal cual están. No producimos ni agregamos o movemos cosas. Hasta el momento llevo visitados más de 150 hogares”, agrega María. Un verdadero disfrute para los sentidos. Porque las casas chauchas van más allá de lo meramente decorativo. Todas y cada una son como un muestrario de las personalidades humanas.
Dolores: De niña, ¿cómo era tu casa?
María Tórtora: Muy linda. Mi madre se ocupaba mucho, cambiaba muebles, compraba cosas. Cuando tuve mi habitación para mi sola, a los 14 años, ya que tengo dos hermanas, la pinté yo misma y puse un poster de los Guns & Roses. Tengo una foto de mi cuarto a los 20, ¡era un cachivache total! Tenía un novio que me regalaba rosas rojas, yo las secaba y las ponía en mi habitación. Cuando a los 21 me fui a vivir sola, por fin pude tener mi casa entera decorada por mí. De los 21 a los 34 años debo haber vivido en diez casas diferentes. Ahora, con 34, hace bastante que estoy en la misma casa y creo que me voy a quedar un rato más (risas).
D: Más allá de la decoración, ¿qué disfrutás haciendo?
MT: Me gusta mirar pelis y series todos los días. También me gusta mucho estar en mi casa y organizar asados con mis amigas. Juego al fútbol, tengo mi equipo desde hace tres años. Ando en bici como medio de transporte. Respeto mucho la naturaleza.
D: Contame como empezaste con la idea de Casa Chaucha…
MT: Mientras estudiaba diseño de interiores me di cuenta que no quería ser decoradora. Si bien terminé mis estudios, me di cuenta que me estaba pasando algo con la despersonalización de los hogares. Descubrí que lo que más me gustaba era la personalidad de una casa; me gustaba más ser observadora que hacedora. Me llevó tiempo bajar la idea de lo que quería. Pensé en trabajar en una revista de decoración, pero la verdad es que las revistas típicas no me inspiraban demasiado. Ahí fue que me di cuenta que quería hacer una revista que fuera así, así y así…De esa manera empecé a bajar las líneas de Casa Chaucha. Terminé haciendo un sitio web, porque por un tema de presupuesto no pude hacer la revista. Como yo hice todo sola, me salió cero peso. Así fue que en tres meses estaba publicando la primera casa.
D: Concepto Casa Chaucha.
MT: No tenía ningún tipo de pretensión con el proyecto, era solo saber si yo lo podía llegar a hacer. Y con el nombre lo mismo, me metí en una página de palabras y anoté las que me gustaban. La palara “chaucha” me parecía simpática. También empecé a encontrar asociaciones para emparentar esa palabra. Enseguida le encontré una relación con Buenos Aires: la chaucha es una verdura que siempre está en la verdulería. Sin embargo, no se encuentran tantas recetas con ella. Los restoranes de Palermo no tienen ensaladas de chaucha, ni tampoco platos gourmet que las incorpore. Es algo que está pero no tiene prensa. ¡La verdad que pegó un montón el nombre!
D: ¿Qué hay detrás del nombre Casa Chaucha?
MT: Un recorrido que hago por casas de gente que voy conociendo. Casas que son originales y que tienen soluciones. Casas donde te das cuenta que hay inspiración, en cada rincón hay una historia. No solo muestro la casa, previo a ello paso cerca de cuatro horas con sus dueños, en una situación muy íntima. Todo lo que charlamos lo vuelco a una ficha para que la gente que vea el recorrido por la casa sepa quiénes son esas personas. Respuestas a preguntas como: ¿Hace cuánto que están en la casa?; ¿Quién decide la deco?; ¿Qué cosas les gusta a uno y a otro no?, entre otras. Cuento la historia de la gente en relación a la casa, o sea el tiempo que está en su casa; cómo lo pasa; qué come; a qué huele la casa; que música escucha; etcétera. Va más allá de lo que uno capta visualmente. Transmito todo un clima. La idea es que siempre estén los dueños; por ahí nos tomamos un café, nos distendemos y charlamos mientras saco las fotos. Nunca me pasó salir de una casa y decir: “Qué embole.”
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“La idea es que tu casa te sirva como lienzo de creatividad”
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D: Las casas son todas decoradas por sus propios dueños.
MT: Totalmente. Gente que decora por su cuenta, sin ningún tipo de reglas, y que lo hace porque disfruta y tiene una relación con la casa en la cual vive. Como que uno se va conociendo y va modificando la casa de acuerdo a su dinámica.
D: ¿Trabajás con alguien?
MT: En realidad soy solo yo y contrato a alguien cuando necesito. Si bien luego de empezar con el emprendimiento hice un curso de fotografía, a veces no doy abasto y le pido ayuda a algunas fotógrafas. A veces me da ganas de contratar a un jefe que me guíe (risas), que me tenga más presionada. Es difícil generar cosas siempre, y la continuidad. Los primeros tres años de este emprendimiento los hice trabajando como diseñadora web de 9 a 19 horas, y de noche me dedicaba solo a Casa Chaucha. Sacaba fotos durante el fin de semana. Recién ahora logré trabajar solo de esto. Se fue dando de a poquito. Hoy tengo marcas muy buenas, cerca de 25 sponsors.
D: ¿De dónde son las casas?
MT: Hasta ahora lo que hice más son casas de capital y de provincia de Buenos Aires, zona norte del Gran Buenos Aires. También hice giras por Rosario, Córdoba y Montevideo.
D: ¿Cómo es tu criterio de selección? No debe ser fácil…
MT: Si bien no sigo un estilo marcado, trato de no poner cinco casas seguidas donde vivan solo mujeres, por ejemplo. Busco una variedad: una mujer sola, otra casada con hijos, gente con animales, gente con pareja, etcétera. Me mandan fotos y elijo, pongo lo que me gusta. En la página hay un formulario para llenar y después se archiva automáticamente.
D: Me podrías definir “la” casa chaucha?
MT: La mía. Mi casa prácticamente no tiene nada comprado. Levanto cosas de la calle, y la gente sabe que yo recibo todo lo que me den. Eso es lo que me gusta a mí, la mezcla, nada tiene que ver con nada. Una lámpara que mi amiga dejó en la calle y yo me la traje. Los sillones que tengo en este momento no son los que tenía hace cuatro meses. Mi casa muta permanentemente y la armonía se la doy con el clima. Si quiero inspiración no entro a una página de decoración, sino que la busco en otro lado. Lo mío es más una actividad artística que decorar. La idea es que tu casa te sirva como lienzo de creatividad. Lo que busco es cómo usar un objeto cualquiera, porque un objeto es solo un objeto en sí. Es como una composición. Es un concepto más volcado a la intención que al objeto mismo.
Hace un tiempo vi una película muy vieja que se llama Tres Mujeres (Ingmar Bergman, 1952), y toda la escenografía y los exteriores eran amarillos sin llegar al ridículo, tenía un clima que me encantó. Ese fue un disparador, junté todo lo amarillo que había en mi casa y lo llevé a mi habitación. Siento que veo algo mucho más allá de los muebles o los colores de las paredes. Cuando visito una casa no se me ocurre pensar: “Esto lo hubiera puesto en otro lado.”Para mí es una conexión, sucede o no.
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“Mi casa prácticamente no tiene nada comprado. Levanto cosas de la calle, y la gente sabe que yo recibo todo lo que me den”
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D: El hit de tu casa…
MT: Las plantas, tengo muchas.
D: Algo de decoración que te guste mucho.
MT: Las lámparas.
D: ¿Dónde comprarías un objeto de decoración?
MT: Nunca compré algo en un lugar de decoración. Me gusta encontrar cosas que no tuvieron curaduría. Nunca me compré nada en un local de Palermo, por ejemplo. Me gusta descubrir yo misma, tal vez a veces encuentre algo en alguna feria de antigüedades.
D: Perfil de los dueños de una casa chaucha…
MT: Yo voy sin saber cómo son los dueños. Pero de alguna forma u otra tienen alguna relación con lo creativo, por más que no trabajen en algo relacionado; por ejemplo: un abogado que pinte.
D: Algo interesante que siempre se de en una visita a una casa chaucha…
MT: Está bueno el intercambio. Es una buena experiencia mirar tu casa con los ojos del otro. Quizás yo haga foco en cosas distintas a las que ellos hagan.
D: ¿Cada cuánto actualizás la página?
MT: Trato de hacerlo una vez por semana. Desde que empecé entra mucha gente, un promedio de 4.000 personas por día. Entra mucha gente de Brasil. ¡Cada vez que publico algo es impresionante!
D: Indudablemente era un nicho sin cubrir…
MT: Sí, es evidente por los resultados. Fue todo intuición, no soy para nada marketinera.
D: Tengo entendido que fue tal el éxito del sitio, que sacaste un libro…
MT: Lo del libro hace tiempo que tenía ganas de hacerlo, y cuando empecé a tomarme el proyecto en serio me contacté con editoriales. Finalmente decidí hacerlo por financiamiento colectivo. Fue un éxito total, una locura. Se vende en un montón de librerías de Buenos Aires, entre ellas El Ateneo. Es libro, libro.
D: Sueños…
MT: Me encantaría poder comprar un terreno y construir mi casa yo misma, poder tener perros y vivir una vida más en relación con la naturaleza. Con respecto a Casa Chaucha, me gustaría poder recorrer el país, visitar las diferentes provincias en mi camioneta chaucha con mi perro, armar como una casa rodante, sacar fotos y conocer gente…
Contacto:
María Tórtora
mails: hola@casachaucha.com.ar
mail.casachaucha@gmail.com
www.casachaucha.com.ar
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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