Cuna del encaje
Cuerpo & Alma
La belga Nicole Demeyere nos acerca a la intimidad de Brujas y a uno de sus orgullos: el encaje
Por Dolores de Arteaga
“Vos en Brujas te morís”, me comentó mi amiga Florencia por el año ’92, recién llegada de su viaje por Europa. Tuvieron que transcurrir 21 años para que esa frase se volviera realidad…
Onírica. Romántica. Envuelta en leyendas que aportan hechizo y misterio a su belleza natural. Así es Brujas, ciudad belga cuya población más antigua data de entre los siglos I al VIII. Caminando por sus calles empedradas, en todo momento me sentí dentro de un cuento de hadas. Me envolvió una atmósfera tan mágica, tan irreal… Me faltaba pellizcarme para comprobar que estaba viviendo en el siglo XXI. El agua de sus canales reflejaba las casas que los bordeaban. Los cisnes parecían darse cuenta de lo privilegiados que eran de encajar a la perfección en tan idílico paisaje. Sus puentes. Sus torres. Sus murallas. La delicadeza y el cuidado en cada uno de sus mínimos detalles. Todo cual una pintura flamenca u holandesa del siglo XVII.
En los alrededores del famoso Grote Markt (Plaza Mayor) hay múltiples comercios con sus fachadas y carteles mimetizados con la ciudad; chocolaterías; cervecerías donde se disfruta el popular plato moules et frites (mejillones y papas fritas), y tiendas de encaje y puntilla. Mis ansias por llegar a la raíz del por qué merecido mote de “Cuna del Encaje”, como se conoce a Brujas, me llevaron al Museo del Encaje.
Llegué sobre las cinco de la tarde y estaba cerrando. Las señoras que crean el encaje estaban guardando su material. Les supliqué que me hicieran una demostración y amablemente me concedieron el favor. Sorprendida quedé cuando vi con qué rapidez movían las agujas y los hilos. ¡Qué mano que tenían esas mujeres de pieles tan blancas, cachetes rojizos, rondando los 80, y que hablaban en flamenco!; cual abuelitas de cuentos.
Entre ellas estaba Nicole Demeyere, quien me interiorizó sobre el estilo de vida en Brujas y también sobre el arte del encaje…
Dolores: Contame algo de ti Nicole…
Nicole Demeyere: Tengo 59 años, nací en Brujas y tengo una hija que trabaja en el extranjero. Fui maestra durante 37 años hasta el año pasado, enseñando idiomas en secundaria en el centro de Brujas. Ahora estoy enfocando mi tiempo en realizar trabajos de encaje, ya que es un hobby muy interesante, mientras uno puede seguir aprendiendo y ver el progreso que logra. Hablo neerlandés, francés, inglés y alemán, tres de ellos son lenguas maternas belgas.
D: ¿Has visitado América del Sur?
ND: No.
D: ¿Cómo es la gente de Brujas?
ND: Bastante introvertida aunque cordial. Y se enfoca en la familia.
D: ¿Te gusta vivir en Bujas?
ND: Sí, aunque no vivo en el centro sino en uno de los suburbios. Soy una de las afortunadas que aún está rodeada por naturaleza.
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“En Kantcentrum se encuentra el encaje original, que es hecho a mano. Desafortunadamente, no muchas tiendas en Brujas continúan vendiendo el encaje original”
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D: ¿Cómo es crecer en Brujas?
ND: Los niños tienen muchas posibilidades, ya que todo queda cerca. La biblioteca, la sala de conciertos, los museos, etcétera, están cerca, entonces hay mucho para hacer. Al terminar secundaria muchos estudiantes se van de Brujas para estudiar en otra ciudad más grande, como Gante, Lovaina, Amberes o Bruselas.
D: ¿Es segura?
ND: Sí, es segura pero frío en invierno (risas).
D: Si tuvieras que describir Brujas a un extranjero…
ND: Es una ciudad medieval pintoresca, con un horizonte de tres torres de catedrales, todas con un estilo diferente. Alrededor de la ciudad hay canales como en Venecia, por lo que nos llaman la “Venecia del Norte”. Hay calles pequeñas, las cuales llevan a la plaza principal con un campanario, con muchas tiendas de souvenirs y vendedores de chocolate.
D: El lugar que más te gusta…
ND: La parte antigua y no tan turística, por ejemplo Walplein y Begijnhof, que tienen muchas flores en primavera y en Pascuas.
D: Brujas es famosa en el mundo por…
ND: Sus canales; su chocolate artesanal; sus museos y pintores medievales, como Vlaamse Primitieven; su ubicación; su hermoso encaje.
D: Para los turistas debe ser difícil dar con un lugar de encaje original. ¿Dónde venden el mejor?
ND: En Kantcentrum, de donde es el original y que es hecho a mano. Desafortunadamente, no muchas tiendas en Brujas continúan vendiendo el encaje original; en la tienda Apostolientje (*) también se puede encontrar. Es difícil decir cuántas tiendas de encaje hay en Brujas, pero son muchas, al menos más de 50.
D: El Kantcentrum es donde tiene lugar el Museo y la Escuela de encaje. ¿Cuándo y cómo surge?
ND: El Kantcentrum se origina en la escuela de encaje de las Hermanas Apostolinas. Las monjas fundaron el Kantcentrum vzw (organización sin fines de lucro) en 1970 para darle nuevos impulsos a la enseñanza del encaje. Desde 2014 el Kantcentrum pertenece a la ciudad de Brujas, y dicta cursos de encaje, dirige su propia editorial para libros y patrones de encaje, organiza talleres y organiza capacitaciones para maestros. Desde 1978 está sacando su propia revista de encaje en cuatro idiomas. El Kantcentrum ha evolucionado para convertirse en un centro de excelencia para el encaje en el más amplio sentido, y tiene reputación mundial.
D: ¿Cuál es el objetivo principal del Museo del Encaje?
ND: Mostrarle a los turistas la historia del encaje de forma interactiva. Las exposiciones incluyen las técnicas y movimientos básicos, los tipos de encaje y sus orígenes geográficos, su industria antes y en la actualidad, así como la enseñanza del encaje. Se hace honor a su artesanía y a su estética. Hay exposiciones multimedia e interactivas. Además de la visita al museo, por la tarde hay demostraciones de cómo se hace el encaje de bolillos, incluido en el precio del ticket.
D: ¿Creés que el encaje de Brujas es el mejor del mundo?
ND: No estoy segura, ya que está el encaje ruso, el encaje de Venecia, pero igualmente es uno de lo encajes más famosos del mundo. Entre los siglos XVI y XVII, cuánto más rico eras, más fino encaje usabas, y especialmente el encaje de Brujas, ya que es uno de los más finos.
D: ¿Cuál es su origen?
ND: El encaje nació en el S. XVI. En Brujas había varias grandes escuelas de encaje, como la Foereschool y la escuela de encaje de las Hermanas Apostolinas. Si bien la enseñanza del encaje comenzó como una necesidad para la gente pobre, para ganar algo de dinero, especialmente para las mujeres y los niños, era considerado un trabajo duro. Con los siglos evolucionó, convirtiéndose en un hobby. Hoy día el encaje y su historia son particularmente importantes para el turismo de la ciudad. Pasó de ser un trabajo, a ser un arte y parte de la cultura belga.
D: Entonces al día de hoy es considerado un arte.
ND: Sí, completamente. Para hacer encaje moderno hay que conocer diferentes tipos de técnicas, pero también requiere de mucha precisión y entrenamiento. Es difícil, todo se basa en aprender nuevas técnicas, entrenarse y tener paciencia. ¡Incluso si uno se equivoca! Nunca se puede hacer encaje rápidamente. La mayoría de los encajes vendidos en tiendas no son auténticos, sino industrializados.
D: Un consejo para reconocer si un encaje es hecho a mano o a máquina…
ND: Por su precio, los materiales y la manera de unir diferentes piezas. En el encaje hecho a mano siempre hay errores, incluso si no los puedes ver. Puedes cometer tres errores y eso ya es perfecto.
D: Asistís a la escuela que funciona dentro del Kantcentrum. ¿Qué es lo que más disfrutás de la tarea?
ND: El trazado del hilo. Cómo el hilo se sigue a sí mismo y hace una obra de arte. Hacer encaje es más lindo que el resultado.
D: ¿Cuánto lleva hacer una pieza de encaje?
ND: Depende del tamaño y las técnicas usadas. Los principiantes pueden hacer las más simples, y pueden llegar a demorar entre dos a tres horas.
D: ¿Es una práctica más de gente mayor que de jóvenes?
ND: En realidad la practican tanto niños, como jóvenes y adultos. A partir de los 6 años pueden empezar a hacerlo. El objetivo estos días es atraer cada vez más jóvenes para que aprendan las técnicas y continúen las costumbres, y de esa forma que no desaparezca el encaje hecho a mano.
D: ¿Creés que el encaje morirá en los próximos años?
ND: No, no creo.
Contacto:
Kantcentrum vzw
Balstraat 16,
8000 Brugge, België
E-mail info@kantcentrum.eu
www.kantcentrum.eu
(*) Apostolientje
Balstraat, 11
www.apostelientje.be
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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