Pinceladas de lana
Vestir: una pasión
Lucía Belén Navarro, fernandina, nos aproxima al fieltro, tan en boga en estos días que corren
Por Dolores de Arteaga
Se llama Lucía Belén Navarro y desde hace un año que está experimentando con el fieltro. Le falta la tesis para recibirse de Diseñadora Textil en el Centro de Diseño Industrial. “Mezclo distintos materiales, como telas que se fusionan con el fieltro”, me comenta Lucía, entusiasmada con los resultados que obtiene de la técnica llamada fieltrar, la cual no deja de sorprenderla a diario. Fenómena se llama su marca, ya que su desafío es generar un nuevo fenómeno textil: “Me gusta crear tesoros textiles. De la fusión de la lana con una tela estampada se puede crear una textura que es única. Busco una estética diferente que no la vas a encontrar en otro lado.”
Ella nació en Maldonado hace 26 años, ciudad que tuvo que abandonar para empezar sus estudios universitarios en Montevideo. Como en la mayoría de los casos que de grandes se enfocan hacia el diseño, de niña le fascinaba hacerle vestidos a sus barbies: “Iba a la casa de una vecina que era modista y siempre tenía una bolsa de retazos.” Siempre le gustó dibujar y cuando descubrió que había una carrera que se basaba en el dibujo, luego de un test vocacional, salió directo al Centro de Diseño. Paralelamente a la carrera, cursó talleres de vestuario teatral y estuvo trabajando en el diseño de varias obras: “Hacer vestuarios te abre caminos en la parte creativa y eso te enriquece, te abre la cabeza. Los diseñadores textiles somos como comodines, podemos hacer muchas cosas distintas.” Además, Lucía Belén es admiradora del diseñador argentino Martín Churba, de quien rescata la forma en que mezcla los textiles y el tramado que logra: “Está siempre creando telas, estampados. Es súper inspirador y un gran referente para mí.”
A Lucía Belén se la puede encontrar en el stand No. 197 de la Feria Artesanal de Punta del Este: “Hasta marzo estamos todos los días, durante el año solo los fines de semana largos. También pueden venir a mi atelier.”
Dolores: Fieltrar, ¿qué valor tiene para ti?
Lucía Belén Navarro: Es un proceso que me gusta y me relaja mucho. Lo que más disfruto es la versatilidad que tiene el fieltro, poder lograr lo que vos querés: le das la forma, definís los colores, mezclás el vellón y trabajás como si fuera un pincel. Es un material noble y lo tenemos en el Uruguay; la lana tiene propiedades increíbles y no solo te protege del frío sino que es hidrófila e hidrófoba, no hace transpirar la piel. Además, las prendas de lana duran.
D: El fieltro hoy…
LBN: Está en boga. Pero no solo en vestimenta, sino también en productos para el hogar, por ejemplo, cosas de decoración como almohadones. Yo estoy abocada a la indumentaria.
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“Me gustaría plasmar a cada rato todo lo que veo, cada cosa que veo me genera una nueva idea”
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D: ¿Cuánto tiempo te lleva hacer una prenda?
LBN: Varios días. El fieltrado lleva su tiempo y sobre todo si está fusionado con otra tela. Son varios pasos: diseñar cuál va a ser la textura, hacer el amasado y la moldería, cortar la prenda, coserla, y finalmente hacer las terminaciones. Cada pieza es única, hago un diseño de cada textura.
D: ¿Dónde buscás inspiración?
LBN: En la naturaleza, los paisajes; en la textura de un árbol, el musgo, el fuego, el aire y el agua. Recuerdo los fines de semana en el campo con mis abuelos, y eso tiene que ver con que mi inspiración siempre esté vinculada con la naturaleza. Me gustaría plasmar a cada rato todo lo que veo, cada cosa que observo me genera una nueva idea.
Tengo muy incorporado el tema del agua. Hace un tiempo fui a una muestra de varios artistas y me focalicé en cómo se pinta el agua, para simbolizar el agua en una pintura tenés que mostrar los reflejos; me encantó cómo las pinceladas generaban la textura del agua. Apliqué ese concepto en muchas prendas, como la capa Lago, la capa Marina y la chalina Litoral.
D: ¿Seguís las tendencias internacionales?
LBM: Me encantan los belgas. Ann Demeulemeester, que en realidad no tiene mucho que ver con lo que yo hago pero esta buenísimo. También Martin Margiela. Muy buena toda la investigación que hacen; me encantaría pasar la vida investigando y viendo cosas nuevas…
D: Sos curiosa, siempre vas por más.
LBN: Sí, me encanta investigar. Por ejemplo, buscar los colores que corresponden al amanecer, atardecer y anochecer, para luego armar las colecciones. Cuando hice la chaqueta Atardecer, agarré el vellón del fieltro ya teñido en colores naranjas, verdes, amarillos, azules y negros, y los fui poniendo sobre la superficie para armar la textura, lo que llamo dar pinceladas. La idea es que los colores quedaran bien entonados sobre la prenda.
D: ¿Hacés colecciones?
LBN: Ahora estoy haciendo una colección cápsula inspirada en Purmamarca (Jujuy, Argentina). Allí está el cerro de los siete colores, que tiene una gama de verdes grisáceos, como apagados, terrosos. Cuando volví de ahí enseguida me salió como una paleta para trabajarla. Fue como una inspiración, porque luego cursé un taller teórico sobre el color en Medio Montevideo, el cual me amplió el rango de lo que son los colores.
Las colecciones cápsula son chicas, quizás son cinco conjuntos. Es lo que por ahora puedo hacer, pero a pequeña escala. Por el momento hago baby steps (de a poquito). Mi idea a futuro es generar una vidriera en la barra o en Punta del Este, y al principio seguir trabajado desde mi casa.
D: ¿Al momento de comprar ropa sos exigente?
LBN: Cada vez más. Siempre miro las terminaciones cuando me compro algo. Sin duda estoy a favor de la moda lenta, me gusta comprar menos y mejor.
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“Hay que volver a la industria y a la creación uruguaya”
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D: Lo artesanal está en las antípodas de producir en serie. ¿Compiten con ese tipo de mercado?
LBN: No se compite. Lo hacés desde un lugar distinto. Competís desde la calidad. No es el “uso y tiro”, sino que te estoy vendiendo calidad, un producto diferente. Justamente, cuando el año pasado vino una marca extranjera barata al Uruguay, me puse a pensar que hay que hacer cosas de calidad, sastrería, buscar nichos de mercado que le den valor a la prenda, a la estética. Es como una búsqueda que está buena y que quiere diferenciarse. Un ejercicio para hacer en el año es detenernos a pensar quien está detrás de cada producto. Yo tengo la esperanza de que la gente aprenda, es un poco como cambiar a la gente. Así como la gente se hace vegetariana por opción, entonces consumí diferente.
D: ¿Considerás que la moda lenta es tendencia en el mundo?
LBN: Sí, pero es complicado para nosotros porque tiene un valor muy alto. Estamos en la lucha, yo apoyo esa causa, hay que volver a la industria y a la creación uruguaya.
Contacto:
Lucía Belén Navarro
Cel 098 902 127
Mail: fenomenostextiles@gmail.com
Lucía Belén, hilando en su rueca…
Seda hilada
Proceso chaqueta Musgo
Chaqueta Sueño
Chaqueta Pastizal
Chaqueta Pantanos
Túnica blanca
Chalina Litoral
Chalina Reflejos
Chaleco Ceniza
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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