Por Dolores de Arteaga

Cansada de lo chino. Juguetes. Adornos. Muebles. Máscaras hidratantes. Caramelos. Todo. Absolutamente todo, viene de China. Estamos perdiendo el valor de lo “viejo”. Así como también el valor de lo reciclado. El rescatar. El volver a usar. El volver a ver ese mueble con otro color, con otro toque. También a no olvidarnos lo lindo que es lo hecho a mano, con sus historias de vida detrás.

Poco a poco, el mercado chino envolvió no solo a nuestro mercado uruguayo, sino al mundial. Y, al mismo tiempo, es cada vez más difícil encontrar muebles y adornos antiguos en Montevideo. No sé cómo estará el interior… Algunas casas de remates, hasta ahora “la salvación”,  incursionaron también en la importación de muebles de China.

Por todo esto, seleccioné tres lugares bien diferentes donde encontrar pequeños tesoros. Lo lindo es que no todo sea “lindo” dentro de las casas de antigüedades, valga la redundancia. El desafío es poder hacer grandes hallazgos dentro de ellas. Y que nos vayamos bien contentos gastando poco. O, al menos, no tanto, por algo que tiene un valor mucho más allá del precio.

 

 

Mid-Century-Modern

 

 

En una esquina entre las calles 25 de Mayo y Colón, a unas pocas cuadras del Mercado del Puerto, Eduardo da Costa tiene MCM Mid-Century-Modern. Me recibió totalmente descontracturado en su local, detrás de su mesa libro americana años ’60.

Aunque montevideano, vivió más años en Estados Unidos que en su propio país, desde los 21 hasta los 54. Me cuenta: “Me fui porque no me gustaba estudiar y mi mamá tenía un hermano con una empresa de camiones. Me fui a trabajar con él. Después de los camiones, fui broker de construcción, manejé reciclado de concreto, después explotación de piedra, siempre todo relacionado a la construcción pesada. También tuve un restorán diez años.

El tiempo pasó, mucha agua también corrió bajo el puente, y el almanaque marcó febrero de 2015. Fecha en que Eduardo inauguró su casa de muebles modernos de mitad de siglo en pleno corazón de la Ciudad Vieja, donde podemos encontrar muebles americanos, daneses, italianos, alemanes, uruguayos y argentinos hechos en los ‘60. “Sé la diferencia entre lo bueno y lo malo, lo bien hecho y lo mal hecho. Encontrar algún mueble es como encontrar un tesoro. El sillón más caro que tengo lo encontré en Emaús, en La Teja, a $ 300.”, comenta Eduardo con cara de bandido.

No conoce mucha gente en Uruguay. Abrió y empezó a caer gente del barrio. La gran mayoría de sus clientes son extranjeros. Su sueño a corto plazo es que sus clientes valoren la calidad de sus muebles. “Lo que más me gusta de este negocio es la libertad que tengo. Entro y salgo. Compro y restauro. Me encanta andar en moto, para mí es una terapia (tiene una Harley Chopper año ‘83). También me gusta mucho pescar.”

No sabe cuánto tiempo más va a durar en esto. Mientras tanto la va llevando. Porque puede manejar su libertad. Y porque sabe que, además, tiene que aprovechar que estos muebles que tanto le gustan están de moda. Así como también sabe que sus dos hijos, Emilio (25) y Pablo (24), ambos radicados en Estados Unidos, ya son grandes y no lo necesitan como antes. “Ahora me toca vivir a mí. No me quiero atar a un trabajo ni a nada.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Contacto: MCM Mid-Century-Modern
Eduardo da Costa
Dir. Colón 1451
Cel. 092 274 227

Horarios: Sábados: 11 a 15 hs.
Lunes a viernes: 11 a 14 aprox.
(entre semana: ideal coordinar horario)

Sylvia Pombo Sansberro

 

 

Su local no tiene nombre. Es el No. 6 de la Galería Diri, en pleno 18 de Julio. Su dueña se llama Sylvia, pero todos sus clientes la ubican como Sylvia Pombo Sansberro. Sí, así de largo. Acá pasa todo el día atendiéndolo personalmente, desde hace ocho meses, porque antes estaba en la calle Bartolomé Mitre y Rincón.

En cuanto llegué a visitarla, me sentí como en casa. La charla fue sentadas en el suelo. Lo único que nos faltó fue un cortadito. Parece que Sylvia tuvo su primer contacto con las antigüedades a sus 16 años, su papá tenía un anticuario. “A los dos nos fascinaban las antigüedades. Es que esto no se aprende en libros. Se aprende tocando, palpando, sintiendo. Mi papá siempre me enseñó que las cosas te comunican, y más hoy en día con todo lo chinesco.”

Me transmite a través de sus ojos y de gestos, el amor y la admiración que tenía hacia su padre: “Mi papá siempre decía ‘El comprador de antigüedades es inversamente proporcional al dinero que dispone. Con plata todos compramos, pero con refinamiento muy pocos.´”

Sylvia, además de amar las antigüedades, es coleccionista. “Hay cosas de las que no me desprendo. Colecciones de nácar y bronce del período de Napoleón III; también tengo una colección de paliteros Isabelinos, recontra difíciles de encontrar. Una colección no se termina nunca.” Se provee en casas de familias, a estas alturas casas amigas, que le abren sus puertas con confianza que se ganó en todos estos años de dedicación y trabajo serio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Contacto: Sylvia Pombo Sansberrro
Dir. Galería Diri: 18 de julio 1044 Esq. Río Negro
Cel.  094 207 451 / 092 909 402
Mail sbpombo@gmail.com

Horarios: lunes a viernes de 11 a 16.30 hs.

Perla Antigüedades

 

 

Los domingos desborda el anticuario de Perla. Claro está, porque queda en plena calle Tristán Narvaja. Perla Lamela tiene 70 años y empezó en este rubro a los 24, cuando comenzaba la década del ’70. Su mamá era loca por las antigüedades para su casa, iba mucho a los remates, y ella la siguió en la aventura. Empezaron en su casa familiar en Pocitos, luego en un local a la calle en Convención, y finalmente en el año ‘76 abrieron el local en donde están actualmente.

Cuando llegué, bajo la escalinata del gran local, me esperaban Perla y su sobrina Andrea de Castro (46), quien trabaja con ella desde hace 20 años. Después de un rato entre charlas informales y recorrida por el lugar, Perla se tuvo que ir y me quedé con Andrea, quien me contó: “Estudié Relaciones Internacionales, y mientras tanto me puse a trabajar en esto. A partir de ahí no paré más. Con mi tía nos complementamos bárbaro. Perla tasa muy bien y tiene mucha paciencia con los clientes. Yo disfruto mucho atendiendo a la gente y me encanta cuando vienen extranjeros y me cuentan que nunca en su vida vieron un negocio así. También me encanta ver cosas lindas.”

Entre sus famosísimos clientes figuran Doña Sofía de España, quien las visitó en el año ‘96, de la mano de Marta Sanguinetti, clienta fiel del local; Eduardo Galeano, hace 10 años; Joaquín Sabina, hace 15 años; Natalia Oreiro; en el 2006; Leonardo Sbaraglia el año pasado; etcétera.

Sobre lo chino, que es mi obsesión del momento, me comenta Andrea: “Es competencia, lamentablemente, porque la gente busca practicidad. Pero por suerte hay gente que todavía aprecia lo bueno. Un mueble bueno es una inversión para toda la vida. Son cosas únicas. No es lo mismo un Limoge actual que uno de antes. ¡Te aseguro que comprás un mueble antiguo y no lo vas a ver en la casa de una amiga!”

Y cuando le pregunto a Andrea algo que la emocione, me contesta: “La gente entra los domingos y dice: ‘¡Qué divino! ¿Puedo entrar y quedarme mirando un rato? ¡Parece un museo!’”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Contacto: Perla Antigüedades
Perla Lamela
Andrea de Castro
Dir. Tristán Narvaja 1745
Tel. 2409 0450

Horarios: lunes a viernes de 11 a 18 hs.
Domingos de 10 a 14.30 hs.
Sábados: cerrados.

 

 

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