Paraísos en medio de la ciudad
LC en Portones
Mi trajín por Montevideo incluye siempre una pausa en Portones, de donde vuelvo a casa con tesoros que se transformarán en preciados refugios de invierno
Por Dolores de Arteaga. Fotos Olivia Pérez.
Entre semana el ritmo de mi casa es una vorágine. De mañana, mi marido se va a trabajar y mis tres hijos al colegio. Arranco el día con una buena limpieza de cara, que me deja la sensación de limpia y fresca. Aprovecho la mañana para hacer ejercicio en la rambla y después empieza la jornada laboral. Todos los días tengo entrevistas y escribo para el blog. Entro y salgo de casa. Voy y vengo por toda la ciudad, cosa que disfruto mucho.
Entre las idas y vueltas diarias, nunca falta mi clásica parada por Portones, que me resuelve desde el útil escolar extraviado por mi hija Jacinta, hasta comprarle el blazer a Manuel para una fiesta de 15 (detalle que por supuesto me enteré 20 minutos antes que empezara la fiesta). Así son los adolescentes…
Y llegan los fines de semana. A quedarnos más tranquilos en casa. A disfrutar de estar juntos. A parar el ritmo acelerado de la semana. A veces no es fácil bajar la pelota. Me encuentro pintando libros de mandalas con Jacinta. Le gusta y lo disfruta. Yo también. Cada tanto nos peleamos porque ella quiere que yo pinte de tal o cual manera. Y yo quiero democracia. Después cocinamos una torta de arena para la tarde. Todo parece fluir. De fondo suena Las cuatro estaciones de Vivaldi, inundando cada rincón de mi casa.
En invierno nos viene muy seguido el antojo de torta de arena. Nadie se va de casa sin la receta. Queda esponjosa y suave. Una verdadera delicia.
TORTA ARENA
Ingredientes, en Devoto:
125 grs. manteca
1 taza de azúcar (200 grs.)
4 claras
½ cta. vainilla
2 tazas de harina (240 grs.)
3 ctas. Royal
¼ cta. de sal
½ taza de leche
Procedimiento:
Batir 1 taza de azúcar y 125 grs. de manteca hasta que quede una mezcla cremosa.
Agregar las 4 claras de a una y luego ½ cta. de vainilla.
Colocar alternado las 2 tazas de harina (con 3 ctas. de Royal y ¼ cta. de sal) y ½ taza de leche
45´ al horno
La tarde me encuentra mirando el cielo gris del invierno por una ventana de mi casa. La canción Esquela de Jaime Roos se cuela en mis pensamientos: “El paraíso en medio de los hombres y mujeres de la ciudad, que vuelven a sus casas un martes de invierno. Tenemos derecho a regocijarnos y a embelesarnos”. Ese paraíso que puedo encontrar sentada con un libro frente a la estufa de mi casa, o en un cafecito, mirando el ir y venir de los hombres y mujeres de la ciudad.
¿Qué opinás?
Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
Ver todas las entradas de lacitadina.