Soltar amarras
Cuerpo & Alma
Cinco propuestas para dejar atrás los escenarios cotidianos y lanzarnos a conquistar nuevos espacios
Por Martina Pérez
Sí, el calor de la estufa tienta. Sí, las Olimpíadas desde el sillón tiran con fuerza… Pero, ¿quién no experimentó la sensación inigualable de volver a casa cansado, todavía con el frío en la cara, soñando con esa taza de café caliente, que nos espera a modo de recompensa?
La Citadina y la guía Indi K te proponen cinco rincones de bajo perfil, al oeste del departamento de Colonia, que vale la pena visitar.
Calera de las Huérfanas
Detenerse frente a la gran capilla y colarse por las ruinas de los hornos de cal. Imaginar cómo fue la vida de la Hermandad de la Santa Caridad, la cual se hizo cargo del lugar y regenteó allí un hogar para niñas huérfanas durante gran parte del siglo XVIII. Son experiencias que bien valen la escapada. La Calera de las Huérfanas es un viaje en el tiempo. Si uno va sin prisa y con ánimo de conocer, se sorprenderá de rincones poco comunes (imperdibles los hornos de cal antes de llegar a la estancia) y las vistas panorámicas del entorno desde las zonas más altas. Ruta 21, km 256.
Capilla San Roque
Enclavada en el hermoso y pujante paraje Colonia Estrella, a pocos kilómetros de la ciudad de Carmelo, la capilla de San Roque fue fundada el 16 de agosto de 1869. Desde entonces es administrada por una comisión privada integrada por descendientes de aquellos inmigrantes italianos que trajeron la imagen del Santo desde su tierra. La llegada al lugar es uno de los mayores encantos de esta iglesia. Se avanza por un camino de viñedos y quinta de frutales, y uno tiene la sensación de estar llegando a un trozo de Italia trasplantada. Es una hermosa y gran iglesia rural. Desde 1870, cada 16 de agosto, Colonia Estrella celebra a San Roque, el santo protector de humildes y enfermos, patrono de esta región. Paraje Colonia Estrella. Al norte de Carmelo.
Capilla Narbona
Una construcción perdida entre caminos de tierra y monte nativo. Debe su nombre a Juan de Narbona, un constructor aragonés que residía en Buenos Aires a mediados del siglo XVIII y que participó en la construcción de importantes edificios argentinos, como el Cabildo y la Iglesia del Pilar. Adquirió la estancia en 1732. Es un ejemplo contundente del estilo arquitectónico del período colonial. La belleza de su pequeño oratorio es como una minúscula joya que se destaca aún más en medio del estado ruinoso de la construcción. Ruta 21, km 263.
Punta Gorda
Agreste, única y poco conocida. Desde las alturas se puede apreciar una espectacular vista del encuentro de tres grandes ríos: el Uruguay, el Paraná y el de la Plata. En Punta Gorda se encuentra el Rincón de Charles Darwin. El legendario naturalista inglés realizó investigaciones en la zona hace más de 180 años. Hay también una batería de cañones que perteneció al ejército de Fructuoso Rivera durante la Guerra Grande. En la cima de la barraca se encuentra la pirámide a Juan Díaz de Solís, el descubridor del Río de la Plata, y a pocos metros el mojón que marca el fin del río Uruguay y el kilómetro 0 del Río de la Plata.
Bodega Irurtia
Cuenta la historia que Don Lorenzo encontró en Carmelo el monte de piedra donde miles de ciudadanos, inmigrantes como él, buscaban en estas tierras la oportunidad de afincarse con sus familias. Así inició el vasco Irurtia el cultivo de la vid, valorando las posibilidades descubiertas en el suelo. Ese fue el nacimiento de la bodega que en 1913 dio sus frutos con la primera cosecha. Transcurrió el tiempo y cinco de sus ocho hijos se dedican al viñedo y la pequeña bodega que ofrece recorrido por los viñedos, la bodega, el museo, la cava familiar y la cava de barricas. Hay una degustación de vinos acompañada por quesos de la región y panes artesanales. Paraje Colonia Estrella. Teléfono: 099 692 545.
Fotos Olivia Pérez. Agradecimiento a Indi K Colonia.
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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