¡Gracias, Brigadier!
Lo gourmet
La cocina de su abuela fue su escuela. Allí, Male adquirió esas lindas mañas que hacen de sus brigadeiros delicadezas inolvidables para cualquier paladar
Por Dolores de Arteaga. Fotos Olivia Pérez
Después de probar los brigadeiros de Male, estoy segura que aunque me dedicara un día entero a catar todas las brigaderias (tiendas de brigadeiros) de San Pablo, no voy a encontrar otros que se le acerquen en gusto ni en calidad. Son una delicadeza. Una cosa que ya raya lo sublime. Se hacen agua en la boca. Difícil frenar una vez que probás uno.
Decir que Marianela Pereira, la creadora de la marca La Brigaderia de Male, es nueva en el arte de hacer brigadeiros, sería faltar a la verdad. Oriunda del departamento de Rivera y criada por sus abuelos desde sus dos años, la frontera con Brasil tuvo una fuerte influencia en su educación. Y en su paladar. Durante toda su infancia la cocina familiar latía con un ritmo muy brasileño. Sus aromas. Sus sabores. Las recetas de su entrañable abuela. En palabras de Male: “Yo sabía hacer brigadeiros porque mi abuela me había enseñado a hacerlos desde chica y me encantaba. ¡Soy loca por lo dulce! Y me encantaba comer la leche condensada con el chocolate por hobby.”
Hoy Male tiene 22 años, aunque aparenta más por la madurez que muestra. Está de novia desde hace tres años con Nicolás Varela, de 32, con quien sueña casarse algún día no muy lejano. Divide sus tiempos entre la recepción de una agencia de viaje a tiempo completo, y su emprendimiento, que ya lleva un año y medio de vida. Empezó, como tantos casos similares, compartiendo “los brigadeiros caseros” entre sus compañeros de trabajo. Ahí comenzaron a surgir encargos para el cumpleaños de una sobrina, para el tío, un novio, etcétera. Pero fueron sus mismos amigos los que la alentaron para que lo implementara como un negocio. “Llegó la Pascua del 2015 y mi casa estaba llena de cajas de brigadeiros y dulce de leche por todos lados. ¡No esperaba tantos pedidos! Los primeros, claro está, fueron de mis compañeros (risas). Estoy muy agradecida con ellos por la mano que me dieron”, comenta Male emocionada.
Dolores: Cómo me gusta la relación abuelas-nietos-cocina. Contame algo más.
Marianela Pereira: Mi abuela cocinó toda la vida y sigue cocinando hasta el día de hoy. No es porque sea mi abuela, pero es la mejor cocinera del mundo. Me hacía mucho dulce de chica, el tema es que yo era muy comilona, entonces de a poco empezó a hacerme menos. El brigadeiro es un dulce típico del Brasil, y en mi casa, al vivir en frontera, era algo que hacíamos todos los fines de semanas. Yo probaba diferentes sabores. Y, uno se queda con ese recuerdo…
D: Tenés una relación especial con tu abuela, más allá de la cocina. Me contabas que ella te crió.
MP: Exacto. Fui criada por mis dos abuelos porque mis padres se separaron y mi abuela de repente se encontró criando a una niña de 2 años. Mis mayores aspiraciones son ellos, de los que he aprendido mucho, sobre todo el sacrificio. Mi abuelo con 86 años y mi abuela con 79, siguen viviendo con mucha energía.
D: ¿Cómo fue dejar tu querida Rivera para venirte a Montevideo?
MP: Me vine a estudiar a Montevideo cuando tenía 18 años. Me gané una beca por un año que se llama Yo estudio y trabajo que da el Estado a 300 jóvenes por año, para trabajar en cualquiera de sus entes; a mi me tocó ANCAP. Era un trabajito que hacías durante seis horas y te daban herramientas. Una vez que se me terminó la beca, empecé a trabajar en la agencia de viajes. Empecé una carrera de Licenciatura en Gerencia y Administración en la ORT, pero cursé solo una materia porque no me daba el tiempo para todo.
D: Y llegó el momento de tu emprendimiento, con solo 21 años. Chica para empezar con un emprendimiento. ¿Tuviste apoyo familiar?
MP: Mi abuela todavía no lo puede creer. Al principio no tenían mucha fe, preferían que me dedicara a otra cosa o que estudiara, como que me ponían un palito en la rueda. Pero ahora que me va bien, todos me dicen que ellos sabían que así iba a ser.
Tengo una frase de cabecera: “Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas. Cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, te dirán que siempre creyeron en ti”. Y la verdad, la única persona que me daba para adelante cuando empecé con esto era mi novio. Hoy se dieron cuenta que yo me lo propuse y lo logré.
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“Al principio no tenían mucha fe, preferían que me dedicara a otra cosa o que estudiara, como que me ponían un palito en la rueda. Pero ahora que me va bien, todos me dicen que ellos sabían que así iba a ser”
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D: ¿Tu única escuela fue la cocina de tu abuela?
MP: Casi. Tuve la oportunidad de ir a San Pablo por dos días a hacer un curso chiquito donde te especializabas en lo que eran los brigadeiros y los dulces finos. Sentía que necesitaba una ayuda profesional para entender lo que estaba haciendo, las razones del fundido del chocolate, los procesos, el por qué de la composición, etcétera, ya que la cocina también tiene su lado químico.
D: ¿Cómo hacés para que te alcancen las 24 horas? Trabajás todo el día y después tu emprendimiento…
MP: Esa es la gran pregunta. Todo con muchas ganas. Por suerte tengo un gran compañero en mi novio Nicolás, y entre los dos sacamos todo adelante. Uno hace el esfuerzo para llegar a lugares que uno quiere, y esto lo hacemos como para ahorrar y poder casarnos. Es como el extra como para pagarnos la fiesta. Yo sueño con casarme, el vestido; siempre dije que si me caso lo quiero hacer a lo grande. Cada uno tiene su trabajo aparte que nos ayuda a vivir el día a día y por suerte nos va bien, pero con los brigadeiros podemos hacer un extra.
D: ¿Cómo definirías en “uruguayo” al brigadeiro?
MP: Viene a ser como una trufa pero más dulce, más cremosa. Es como una bomba deliciosa completamente diferente.
D: ¿Sabés cómo nació el brigadeiro en Brasil?
MP: Hay varias versiones. Una de ellas es que había un Brigadier (Brigadeiro) de la Fuerza Aérea Brasileña, Eduardo Gomes, popular por poner fin a una rebelión comunista en Río de Janeiro en los años ’20, y que después fue candidato a la presidencia pero fue derrotado. Parece que en su honor quisieron hacer un dulce, pero debido a la guerra no conseguían varios ingredientes que consumían siempre, como leche y azúcar; entonces mezclaron cacao en polvo y leche condensada, y de su mezcla obtuvieron el luego famoso brigadeiro.
D: ¿Por qué tus brigadeiros son tan, pero tan ricos?
MP: (Risas) A veces no es solamente los ingredientes que se usan, sino cómo uno cocina y el cariño que le pone. Además de las mañas que uno adquirió en la cocina de la abuela. Y no es lo mismo usar chocolate en polvo que chocolate en barra, cambia completamente el sabor; yo lo hago con chocolate belga que es exquisito, y también lo hace mas gourmet, más fino.
D: ¿Te siguen tentando los brigadeiros?
MP: ¡Sí! (risas). Me pasó que cuando vine a vivir a Montevideo, me compraba trufas en las panaderías y ¡me llevaba un disgusto al morder eso! No tienen sabor a nada.
D: Gustos…
MP: Los ingredientes principales del brigadeiro son chocolate belga, leche condensada y manteca. Después tengo 30 sabores que la mayoría son producto de sugerencia de gente del trabajo. Sabores clásicos, frutales y varios; y también algunos otros con frutos secos y licores.
Chocolate semi amargo belga; Chocolate blanco belga; la unión de esos dos que yo llamo Blend dúo chocolates belga; Dulce de leche (que lo hago con el dulce de leche Conaprole); Dulcelate, que fue bautizado por mi novio, ya que es un contraste entre el chocolate y el dulce de leche, y es una bomba; Oreos; Nutella; Baileys; Ron; Whisky; Coco; Nueces; Avellana; Almendras; Damascos; Café; Menta; Churros, que es una masa de brigadeiro de vainilla cubierta de azúcar con canela, con relleno de dulce de leche; ¡el de Maracuyá, que vuelve loca a la gente!; Frutilla; Naranja; Limón; y los que amo hacer para Navidad son los de Cereza, que los hago con cerezas al marrasquino por dentro y con el licor de la cereza en el brigadeiro; y los de Champagne, que están cubiertos con ralladura de limón y quedan deliciosos también.
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“Tengo de esos clientes fijos que todas las semanas me hacen un pedido de una cajita de seis, por ejemplo, para sacarse el gusto. Muchos que trabajan en Ciudad Vieja me encargan para el viernes y pasan a buscarlos por la agencia”
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D: A vos, ¿cuál es el que más te gusta?
MP: Para mí, el de Baileys es el mejor del mundo. Pero todos son muy ricos; la verdad, son dulces que no empalagan.
D: Cuándo hacés un sabor nuevo, ¿quién lo cata?
MP: El primer catador es mi novio, que es el que está al firme. Pero como él es muy básico con los sabores, a veces recurro a mi padre que tiene un paladar diferente y prueba todo. El de Cognac con damasco lo hice inspirada en mi abuela, porque le encanta el damasco, y cada vez que viene a Montevideo me pide por favor que le haga una cajita de brigadeiros de ese sabor.
D: ¿Tenés muchos clientes enviciados?
MP: Sí. De esos clientes fijos que todas las semanas me hacen un pedido de una cajita de seis, por ejemplo, para sacarse el gusto. Muchos que trabajan en Ciudad Vieja me encargan para el viernes y pasan a buscarlos por la agencia.
D: ¿Cómo te ves a futuro?
MP: Trato de no pensar en el futuro, porque me gusta que me sorprenda. Pero mi sueño es tener lo que en Brasil se llama una “brigaderia”, o sea, como una tienda donde pueda tener postres o tortas con brigadeiros.
D: ¿Qué sacás en limpio de todo lo vivido hasta ahora?
MP: La parte más linda es cuando me dan la devolución de los dulces y me dicen que son deliciosos, además del cariño que te da la gente que es tan atenta.
Contacto:
Brigaderia de Male
Marianela Pereira
Cel. 098 047 242
Fb: Brigaderia de Male
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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