A jugar y regocijarse, hijos y padres
LC en Portones
La psicóloga Mariana Díaz nos da su punto de vista acerca del juego en el niño. Una visión donde la alegría y la libre expresión son prioridad. Acompañando esta misma mirada, Portones inaugura Portones Kids para el disfrute de chicos y grandes
“La experiencia de jugar produce un creciente grado de madurez,
es decir, de riqueza psíquica”
Donald Winnicott
Por Dolores de Arteaga
Niños con agendas apretadas. Con pocos huecos para distenderse. Para el ocio. Para poder expresarse. ¡Poder jugar! Y acá estamos implicados los padres, por supuesto.
Me impresiona algo de hoy día. Niños que abren sus regalos de cumpleaños o de Navidad, y en vez de juguetes aparece ¡ropa! No sé, pero cuando yo era niña, en el momento que rompía el papel, esperaba ver solo juguetes. Como dice el artículo 7 de los Derechos del Niño: “… el niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones…”
Ante este panorama, me pareció interesante consultar a una psicóloga especializada en el juego infantil. La idea no es ser sensacionalista, todo lo contrario. Es objetivar la situación. Dar una vista aérea. Y, a partir de ahí, pararnos firmes para que nuestros niños sean niños. Para que jueguen. Sin tanta parafernalia tecnológica. Y que tengan sus cabecitas libres para desarrollar la creatividad que tanto les va a servir en la vida.
Mariana Díaz da Cunha (41), es psicóloga y mamá de Santiago, de 7 años, a quien cuando lo observa jugar, le provoca una gran alegría y ternura. En sus palabras: “Compartir sus juegos me acerca a él y nos permite conocernos desde un lugar pleno de riqueza.” Ella considera que “en el juego y la expresión infantil se da un tipo de comunicación natural, que surge de la necesidad del niño de conocerse y conocer su entorno, de su curiosidad y deseo de afirmarse, de reconocerse y reconocer al otro, en un clima de respeto y libertad. Bajo este encuadre que proporciona el juego, en ese tiempo y espacio, disminuye la presión y la persona se encuentra protegida, por lo cual surgen contenidos que de otra forma no hubieran emergido.”
Dolores: Hoy los niños tienen una agenda más apretada que un yuppie. Casi no tienen tiempo para jugar. ¿Qué decís al respecto?
Mariana Díaz: Ante estas agendas completas opino que hay que bajar la ansiedad. Antes que nada, no actuar sin sentido y preguntarnos qué buscamos. Conocer al niño, ver qué lo motiva es lo primero. El primer paso NO es anotarlo en todo. Así, no lo estaremos mirando, no estaremos contemplándolo como un ser único e irrepetible que es; nos estaremos perdiendo nosotros y ellos el milagro de ser quien cada uno es. Para saber qué desea, el niño necesita de esa pausa en la que surge la necesidad, el deseo y el sueño de volcarse hacia una actividad.
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“Conocer al niño, ver qué lo motiva es lo primero. El primer paso NO es anotarlo en todo. Así, no lo estaremos mirando, no estaremos contemplándolo como el ser único e irrepetible que es; nos estaremos perdiendo nosotros y ellos el milagro de ser quien cada uno es”
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D: Jugar…
MD: “El jugar” lo definiría como un encuentro entre el mundo interno y el mundo externo de la persona, en el cual suceden procesos que le brindan bienestar. Este estado se produce porque la persona se encuentra poniendo en marcha su libertad de pensamiento, de acción y su afectividad en una dirección determinada que consta de un significado. Es una herramienta con la que contamos para fortalecernos, ejercitando nuestras capacidades motrices, afectivas y cognitivas en forma integral. La mente y el cuerpo permanecen unidos en la actividad lúdica.
D: ¿Qué genera “el jugar” en los niños?
MD: Alegría. Preguntas y respuestas. Aciertos, errores, sorpresas. Y una actitud de aceptación que causa placer, caos y orden. Atención y distracción.
D: Hay muchas maneras de jugar. ¿Considerás que todo vale?
MD: Sí, hay muchas, todas tienen su valor y todas estimulan distintas áreas de nuestro cuerpo, desde la comunicación entre las neuronas y la liberación de neurotransmisores, hasta la estimulación de los distintos chakras. Esta es un área en la que personalmente quiero profundizar.
Cada niño tiene sus preferencias y respetarlo es apoyar su individualidad. Pero en este proceso de individuación (concepto creado por Carl Gustav Jung) podemos intervenir favorablemente, ayudando al niño a no quedarse en una modalidad de juego, sino a aventurarse a vivir por su propia experiencia los beneficios que cada tipo de juego nos brinda.
Para la psique del niño todo juego es válido: responde a aquello que está viviendo el niño en su presente; esto nos habla de la transparencia con que se nos presenta cada ser.
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“Para la psique del niño todo juego es válido: responde a aquello que está viviendo el niño en su presente; esto nos habla de la transparencia con que se nos presenta cada ser”.
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D: Juegos adentro, juegos exteriores, juegos inventados, juegos de caja, etcétera. Para la psique del niño, ¿algunos tienen más “valor” que otros?
MD: Todos se disfrutan y por ello se convierten en modelos de ser y transitar amablemente.
Entre los exteriores rescato las hamacas, las piruetas, la mancha, la escondida, la pelota, barrenar olas, chapotear en la orilla del mar, zambullirse en un arroyo y jugar a ser pez… ¡Cuánta riqueza en el contacto con los sonidos! El solcito, los aromas… ¡Puro regocijo en la naturaleza!
También están los juegos donde desarrollamos nuestra destreza manual y nuestro sentido estético, pintamos, jugamos con colores, formas y texturas.
Otros son un desafío a nuestro razonamiento lógico, a nuestro lenguaje y narrativa. Pero un desafío amigable, ya que si no fuera así, dejaríamos de considerarlos juegos.
D: Hoy día la tecnología son los juegos del Siglo XXI. ¿Qué opinión te merece?
MD: La moderación es una palabra clave en este sentido. Claro que los niños de nuestra época se ven tentados ante la oferta de juegos que ofrece la tecnología. Nosotros también vivimos esta sensación: repasemos nuestra infancia y recordemos aquellos: Atari, el ir a jugar a las maquinitas… Es cierto que esto contaba con el ingrediente de constituir un paseo realizado junto a amigos y existía un plan, una salida, un paseo.
Hoy en día en muchas casas está el I Pad, Play 2, 3, 4, Xbox, etcétera; y ninguna de ellas deja de ser buena. Si sabemos poner los límites, dejándolos que las utilicen un rato, y conversamos con el niño acerca de que nada es malo o bueno, sino en su justa medida, está todo bien.
El problema es cuando el tiempo destinado a la tecnología es excesivo, coartando la interacción entre las personas; este es el punto clave. Cuando jugamos con otros, atendemos a sus emociones, dialogamos, ponemos en marcha nuestra capacidad de ponernos en el lugar del otro (nuestra empatía), nuestra capacidad de convivencia, lo que ocurre luego en la familia, en la escuela, en los centros deportivos y culturales, en la sociedad. La tecnología nos pide rapidez de reacción, no una respuesta elaborada ante lo que estoy viviendo; no atendemos a lo que estamos pensando y sintiendo, sino que reaccionamos ante algo que ya nos viene dado.
D: ¿Qué consecuencias puede tener a futuro, que un niño no haya jugado lo suficiente?
MD: Las consecuencias pueden ir desde falta de flexibilidad, dificultad en la superación de obstáculos, baja tolerancia a la frustración, hasta una poca capacidad para actuar cooperativamente, exponerse, sentirse aceptado y aceptar al otro.
D: Volverías el tiempo atrás, ¿o considerás que hay que tomar las cosas buenas que nos da cada época?
MD: Considero que tenemos que hacer nuestra propia “búsqueda del tesoro” y poner en la cancha y sobre la mesa todas las ideas de juegos que nos benefician como seres humanos.
D: Como reflexión final…
MD: A padres, madres y docentes les diría que cuidemos la seguridad en que se desarrollan los juegos, así como también que tengamos una mirada singular con cada niño que se involucra en el juego. También sugiero que nos cuestionemos, que nos comuniquemos e intercambiemos distintos puntos de vista.
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“(El juego genera) alegría. Preguntas y respuestas. Aciertos, errores, sorpresas. Y una actitud de aceptación que causa placer, caos y orden. Atención y distracción”.
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Sumándose a este espíritu lúdico y a este deseo de disfrute, Portones quiso honrar a los “reyes del juego” por excelencia, a nuestros niños, brindándoles un espacio donde ellos puedan desplegar su energía y alegría sin límites, a sus anchas.
Por eso, inauguró Portones Kids, un espacio pensado especialmente para los pequeños, que cuenta con un área de juegos única en nuestro país. Más de 350 metros cuadrados y tres pisos de juegos, con tres enormes toboganes, cama elástica, túneles y laberinto. El área está dividida en dos sectores, según la edad y altura de los niños.
Mientras nuestros hijos disfrutan, nosotros podremos dar esas “vueltas” para las que nunca tenemos o nos hacemos tiempo. O quizás, solo disfrutemos de un cafecito.
Una linda manera de darle espacio al disfrute. Al juego. A los niños. Y a los padres, al permitirnos tener experiencias gratificantes mientras nuestros hijos la pasan tan bien. De eso se trata, también, ¿no?
Lugar: Segundo nivel del Shopping.
Horario: Lunes a viernes de 15 a 21 hs. / Sábados a domingos de 10 a 22 hs.
Edad: Hasta 8 años o 1,30 m de altura.
Portones Baby: Niños hasta 3 años o hasta 90 cm altura.
Portones Kids: Niños hasta 8 años de edad y que no superen los 1,30 m de altura (solo en este caso los padres podrán retirarse del espacio de juego).
Precio: 1 hora de Portones Baby, $ 150 / 1 hora de Portones Kids, $220 (pasada la primera hora, el costo es menor –consultar en el juego-).
Importante: Cuidado permanente y cámaras de vigilancia.
Fotos: Olivia Pérez (Mariana Díaz da Cunha).
Fotos espacio: gentileza de Portones Shopping (Portones Kids).
Contacto:
Psic. Mariana Díaz da Cunha
Mail espacioludica@gmail.com
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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