El discreto encanto del cuello tortuga
Vestir: una pasión
Desde Audrey Hepburn a Steve Jobs, un clásico que vuelve reinterpretado en infinitas versiones
Por Martina Pérez. Producción Olivia Pérez.
Sí, la primera sensación es negarlo, huir despavorida. Es que creo que muchas de nosotras recordamos cuando nuestras madres nos perseguían por toda la casa para ponernos esa polera taaan incómoda y asfixiante. Sin mencionar el horroroso cierre que picaba. Pero, luego, recordamos que somos adultas ya maduras… Vemos las imágenes, Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Greta Garbo o Dianne Keaton con cuellos de cisne… Y rápidamente la belleza gana a la incomodidad. Sin necesidad de agregar mucho más al look, el cuello tortuga da un aire de elegancia y distinción que pocas prendas logran. Los escritores y celebrities lo captaron y pululan las fotos del autor de un libro de polera, mirando reflexivo al infinito y tocándose la pera. ¡Esa austeridad y ese halo intelectual son infalibles y no tienen fecha de caducidad!
Hoy las variantes a la hora de combinar este cuello son infinitas: monocolor minimalista pero con prendas superpuestas, con blazers o abrigos o trench al mejor estilo Jackie Kennedy; también se ve completado con texturas totalmente opuestas como lentejuelas o terciopelo. Y en los pies, muchas optan por la fórmula clásica de Audrey: con calzado plano.
Por último, y sin entrar en análisis semióticos, sociológicos o psicológicos (que de hecho ya los hay), la actitud es también clave en esta tendencia. En algunas fotos el mensaje parece ser: “Me protejo del mundo exterior, tomo distancia”. Las modelos o bloggeras salen escondiendo su pelo dentro del cuello o estirando mangas para tapar muñecas y manos. Se tomaron en serio lo de la tortuga… ¿Tendrán la sabiduría atribuida a este milenario reptil?
En cualquier caso, el cuello tortuga es un aliado indiscutible y una tendencia más que bienvenida para otoño invierno.
¿Qué opinás?
Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
Ver todas las entradas de lacitadina.