Volver a la filosofía para pensar al mundo
Cuerpo & Alma
“Ludosóficos” viene a sacudirnos de tanta modorra y tecnología, invitándonos a pensar y cuestionarnos, desde la infancia: ¿Por qué?; ¿Para qué?; ¿Qué harías si pudieras volar?; ¿Qué es lo peor que harías si fueras invisible? Invitación sólo para algunos valientes.
“No puedo enseñar nada a nadie. Sólo puedo hacerles pensar”
Sócrates
Por Verónica Correa. Fotos Olivia Pérez.
Cuando nos hablan de filosofía, muchas veces, pensamos en algo críptico, una materia que dimos allá en el liceo, que por lo general requería tomar muchos apuntes. Quizás, hasta imaginemos a unos señores acartonados de barba dando cátedra y nos suenen algunos nombres: Sócrates, Kant, Nietzsche, Descartes y poco más. Por lo menos es la corta y acotada experiencia que, personalmente, tengo con esta disciplina, que ahora de adulta, y en ese sentir reflexivo que nos dan los años, vengo a encontrar fascinante.
Pero, ¿cómo es esto de Filosofía para niños? Suena aburridísimo. En plena era de la inmediatez, las pantallas y los video juegos, hablar de Filosofía para chicos parece una utopía. Sin embargo, Vera Navrátil Picún, actriz, egresada de la EMAD (Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático), formada en Pedagogía Teatral y cursando una Maestría en Teoría e Historia del Teatro en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, se ha enamorado de un proyecto que se llama Wonder Ponder, que nace en España y que, justamente, hace de la Filosofía una materia divertida para descubrir y reflexionar el mundo.
“Los niños tienen una capacidad filosófica natural, se pasan preguntando todo. El tema es que uno como adulto les da respuestas cerradas: ‘Esto es por esto’. Es algo que no podemos evitar porque necesitamos explicar el mundo”, dice entusiasmada. Con la creación de “Ludosóficos”, Vera busca trasladar todo lo que aprendió en esta búsqueda de la recuperación de la capacidad de asombro en los chicos, hacia nosotros los adultos que, con los años, y en sus palabras: “Vamos adormeciendo esa capacidad de preguntar con la que nacemos”.
Mate y pastafrola mediante, conversar con Vera fue un placer. Fui con toda una serie de preguntas armadas que no pude hacer porque nos fuimos por las ramas. Quizás, hasta filosofamos y todo. Sobre los hijos, las dificultades de criar hoy, los retos, los miedos y cómo nos vamos acartonando. Me volví a casa con uno de los libros, Mundo Cruel, y le ofrecí a mi hijo menor (12) vicharlo juntos. Aclaro que mi hijo puede estar mil horas jugando on line al Play Station con amigos, por lo que sacarlo de ese círculo era todo un desafío. Hoy, no hay noche en la que no me pida, antes de acostarse, mirar una de las láminas y hacernos preguntas. Próximo paso: invitar al resto de la familia para enriquecer las respuestas que hemos encontrado ante cada imagen.
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Ya 400 años antes de la Era Cristiana, Sócrates tenía claro que pensar era la llave para el conocimiento. Hoy, en pleno siglo XXI, con todos los avances tecnológicos que tenemos, pareciera que hubiéramos dejado de lado esta antigua práctica y vamos por la vida automatizados, buscando que no nos compliquen demasiado y si las respuestas vienen con múltiple opción, mejor.
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Verónica Correa: ¿Cómo surge Ludosóficos?
Vera Navrátil: Ludosóficos surge a raíz de una experiencia que tuve el año pasado trabajando en una escuela donde daba la materia Artística. Lo que antes era Música, ahora contempla: Teatro, Danza, Expresión Corporal y Música. Empecé a preparar las clases y me di con una realidad que no era compatible con eso que yo iba a enseñar. Si bien el encuadre no es sacar artistas, vi que no podía trabajar bien y eso me empezó a frustrar mucho.
VC: ¿Qué pasaba?
VN: Había una falta de escucha muy grave, con una respuesta hostil a la propuesta de ejercicios que les hacían y a su vez se veía la necesidad q tenían estos gurises de un lugar de reflexión y de pregunta. Sentía la carencia de la reflexión pura y dura; que se reconocieran como sujetos valiosos, sujetos pensantes, independientes, que podían tener opiniones diferentes a lo que dice un libro, la maestra o la institución. Sentía que no se les fomentaba, de alguna forma, la independencia. Y después observando vi que no era un tema de esa escuela puntualmente, sino que era algo que ya me había pasado trabajando como educadora en el Museo de Arte Contemporáneo, cuando daba talleres para niños y adolescentes. Eran grupos que no se paraban a pensar sobre su vínculo con el mundo, sobre su lugar en el mundo, veía niños como adormecidos.
VC: Esa frustración de alguna forma, ¿es el motor para buscar una solución a esta carencia?
VN: Sí, totalmente. Ahí fue que me acordé de unos libros/caja que había traído mi mamá (Cecilia Picún, propietaria de la librería Libre Rio de la Plata en Barcelona) con tarjetas que trabajaban lo que se llama “Filosofía visual para niños”. Las autoras, Ellen Duthie y Daniela Martagón, trabajan el concepto de Filosofía Visual y son las creadoras del proyecto Wonder Ponder. Duthie, es anglo española, tiene un Postgrado en Filosofía de la Universidad de Edimburgo y siempre investigó y trabajó la Filosofía para niños. Es autora de muchos libros infantiles que, junto a su socia, la ilustradora mexicana Daniela Martagón, publican bajo su propio sello editorial (Traje de Lobo/Wonder Ponder), ya que en los comienzos nadie les quería publicar nada. Ahora explotan, no dan abasto. Lo que hacen es elegir un tema, por ejemplo el primero es “la crueldad” y mediante escenas muy provocadoras, con colores vibrantes te plantean: una escena, una pequeña bajada a esa situación que proponen con un comentario y, en el dorso, preguntas que se desprenden de lo que ves, para que vos empieces a reflexionar sobre lo que está pasando ahí. Las tarjetas/libros tienen imágenes muy provocadoras con detalles, con ilustraciones fuertes, no está infantilizado. Eso es algo que los niños valoran mucho: que no los subestimes, que no los filtres.
VC: ¿Lo que propone Wonder Ponder es trabajar a partir de la provocación?
VN: Sí. El objetivo es pararse desde un lugar cuestionador y reflexivo frente a fenómenos del mundo y pensar sobre nuestro vínculo con el mundo. Si ves la tapa del libro, es una niña matando hormigas. Eso despierta la curiosidad pero al mismo tiempo un montón de pre conceptos y convicciones que todos llevamos adentro. El proyecto, o lo que ya se está llamando “método” Wonder Ponder, propone salir de la estructura que ya tenemos armada, lo que está bien o lo que está mal, lo que es bueno o malo, y poder llegar a a esa cantidad de grises que existen en la vida.
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“El método Wonder Ponder, propone salir de la estructura que ya tenemos armada, lo que está bien o lo que está mal, lo que es bueno o malo, y poder llegar a a esa cantidad de grises que existen en la vida”
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VC: ¿Se busca cambiar de opinión?
VN: No. Se invita a la reflexión, a la escucha de otras opiniones, a la argumentación pensada y fundamentada. La pluralidad de miradas en un colectivo es mucho más enriquecedora que un mandato bajado. Por ejemplo, en la escuela, los niños, a medida que planteábamos las preguntas hacían una elaboración para esa respuesta; pero a medida que nos íbamos escuchando y se desprendían de ese filtro que nos dice: “Esto sí, esto no, esto es un divague, esto está mal, esto está bien”; cuando apagábamos esa voz, empezábamos a tener una escucha honesta, y si alguien opinaba algo distinto empezábamos a generar pensamiento crítico. Y cambiar de opinión también es válido.
Nosotros cuando aprendemos algo, nos tenemos que conmover. La etimología de la palabra conmover viene de “mover todo”, de “cambiar todo de lugar”, como acomodar la cabeza y recuperar la capacidad de asombro y poder reflexionar. Esto implica dejar de lado las verdades dadas, que están bien, nosotros necesitamos verdades para la vida, pero no por ello dejar de cuestionar las cosas.
VC: Vuelvo a la pregunta del comienzo, ¿cómo y para qué surge Ludosóficos?
VN: Una noche a las tres de la mañana (risas). Luego de esa experiencia en la escuela, que fue alucinante y muy enriquecedora, quise hacer algo más, compartir todo lo que había encontrado investigando sobre el tema, quería que lo conociera todo el mundo. Fue una historia de amor lo que me pasó con Wonder Ponder. Pero tenía que darle un marco, hacer un proyecto que envolviera todo eso, y así nació Ludosóficos. El proyecto se desarrolla en cuatro áreas, que son: talleres, venta de libros específicos de filosofía para niños, investigación y capacitación. Estas dos últimas áreas las proyecto a futuro, a más largo plazo.
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“La etimología de la palabra conmover viene de ‘mover todo’, de ‘cambiar todo de lugar’, como acomodar la cabeza y recuperar la capacidad de asombro y poder reflexionar”
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VC: ¿Cómo funciona, cómo se puede acercar una persona a Ludosóficos? ¿Hay que saber de filosofía, tener estudios en el tema?
VN: No. Yo no soy filósofa, no estudié filosofía, y me pasó que cuando estuve en Madrid con las autoras (Duthie y Martagón) les decía: “Por favor, sáquenme el ruido que me hace estar trabajando en esto y no ser filósofa. Y Ellen (Duthi), me decía que, justamente, no son libros para filósofos, sino para que los agarre una madre, un padre, un abuelo, un educador. Y es un material tan permeable y maleable, que permite que cualquiera pueda tomarlo y trabajarlo. De todas formas, Ludosóficos tiene su contraparte más académica en la persona de Fernanda Diab, Grado 2 en Filosofía, quien me está dando una gran mano con la elaboración del Proyecto.
VC: ¿Cómo definirías Ludosóficos?
VN: Ludosóficos es un proyecto educativo, focalizado en la Filosofía y en la práctica e investigación de la Filosofia con niños, que tiene un aspecto lúdico, literario y educativo. Una de las áreas en la que se desarrolla, los talleres, son en base a los libros. El primero que vamos a lanzar es Mundo Cruel, luego viene Yo Persona y después Lo Que Tú Quieras. Los libros se compran on line, la tienda está en la página: www.ludosoficos.com. Mundo Cruel habla sobre la violencia, el género, los adultos, los niños y ancianos, responsabilidad, empatía, víctima, agresor, amor y robots. Habla de la humanidad.
VC: Con todo lo bueno y lo malo…
VN: Exacto. Se cuestionan cosas que no las pensás porque ya de pique tenés el botón de la censura. Todos tenemos miserias humanas, porque es parte del ser humano, estamos hechos de eso, y no está bueno negarlo, está en el mundo. Entonces, hablar de eso, ayuda a que los chiquilines afiancen su autoestima y su personalidad. Porque un niño que es súper protegido y piensa que hay una mirada de la vida como naif, que la vida es bella y buena, cosa que no lo es… Está bueno que pueda ver otras cosas y animarse a pensarlas.
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“En un momento en que los procesos que llevan tiempo están tan bastardeados, es difícil, pero también es importante tener espacios con estas propuestas, y yo creo que un niño que se siente sujeto activo de una consigna, y se siente valioso, y que su opinión es valiosa, sin duda que eso afirma y te independiza de alguna forma”
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VC: ¿A quiénes están dirigidos los talleres?
VN: Los talleres están destinados a centros educativos: colegios, escuelas, liceos, centros que trabajen con niños y adolescentes, museos, centros comunales, centros culturales, Caif, dependencias del INAU, club de niños y hasta grupos de padres que quieran trabajar esto con sus hijos.
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“Cuando uno tiene herramientas, no tiene miedo”
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VC: ¿En qué cosas puede ayudar a un niño la Filosofía?
VN: En su autoestima, en la confianza y sobre todo en la creación de pensamiento crítico. En este momento, estamos en crisis con el tema de la autoestima en los niños y adolescentes. Estamos viviendo un momento de mucha exigencia alrededor de la belleza, del éxito, del impacto en las redes; estamos en tiempos de las pantallas, la virtualidad, la inmediatez, que no está bueno negarlo ni diabolizarlo, sino que dar alternativas, dar espacios complementarios. Hay un tiempo que no es el tiempo de los videos, ni de Internet, sino de preguntas y respuestas pensadas y razonadas. Tiempo de la escucha, de la reflexión del otro.
Y claro, en un momento en que los procesos que llevan tiempo están tan bastardeados, es difícil, pero también es importante tener espacios con estas propuestas; y yo creo que un niño que se siente sujeto activo de una consigna, y se siente valioso, y que su opinión es valiosa, sin duda que eso afirma y lo independiza de alguna forma. Cuando uno tiene herramientas, no tiene miedo.
Ludosóficos
Tiene dos series de libros: la serie de Wonder Ponder, Filosofía Visual para niños de 8 en adelante, y otra serie: Los filosos, que son libros de Filosofía para niños en primera infancia. La serie de libros de Wonder Ponder se puede adquirir on line y son importados por Ludosóficos de Argentina donde los trabaja Editorial Iamique. El formato caja se realiza en Uruguay y sólo es comercializado por Ludosóficos.
Contacto:
Vera Navrátil Picún
Cel: 098 898 779
Mail: veranavratil@ludosoficos.com
www.ludosoficos.com
@ludosoficos
www.wonderponderonline.com
www.ellenduthie.com
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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