Comer, amar … y volver a comer
Te paso un pique
LC recorre tres imperdibles de Montevideo, Pellegrin, La Linda y Gourmeat, e invita a tomar nota .
Por Adriana Trinidad. Fotos: Florencia Lorenzo y Gonzalo Ruíz
A quienes nos gusta comer rico también nos gusta hablar de comida, pasarnos datos, recomendar lugares y productos. Una vez entregados a este juego, toda excusa nos rinde.
Por eso, descubrir que las tarjetas de crédito Oro, Platinum, Infinite y Black, de Itaú, tienen un 25% de descuento en tres de los lugares más recomendables del mercado local, resulta toda una invitación.
Empecemos por Pellegrin Boutique Gourmet, pionera en ofrecer delicias inspiradas en la pastelería francesa, que sumará a su ya clásico local en Punta Carretas (Gregorio Suárez 2734), una sucursal en Carrasco, que se prevé abrirá sus puertas a mediados de agosto en la avenida Rivera 6634, esquina Arocena. La idea es acercar la oferta de Pellegrin al público de Carrasco, complementándola con una propuesta de take away de salados y dulces. El local contará con mesas de cortesía, de modo que quienes estén de paso, puedan degustar algunos de los productos allí mismo.
Los chefs Cecilia Pellegrin y Eduardo Iturralde crearon a principio de los años 2000 esta boutique en la que los dulces seducen desde el vamos, al punto que cuesta sacar la mirada de las masitas y postres individuales, para dirigirla a las propuestas saladas que ofrece la rotisería. Pero les aseguro que el esfuerzo realizado es bien recompensado, porque la variedad de tortas saladas y fundamentalmente las picadas, que incluyen la clásica terrina de ave con licor de Tannat, además de macarons, budines, galletitas y postres individuales, no deberían pasarse por alto. En términos de picadas, vale destacar la incorporación de una terrina de queso azul con higos y nueces, mini pimientos rellenos de queso de cabra y almendras, galletitas saladas de curry y panes artesanales hechos a partir de masa madre.
Pero el producto estrella indiscutido de Pellegrin son sus masitas. Éstas bien pueden describirse como pequeñas esculturas en las que predominan los sabores frutales como maracuyá, coco, frambuesa, pistacho, y en las que por supuesto no faltan el chocolate y el dulce de leche.
Desde hace 14 años, quienes eligieron estas masitas continúan fieles, encantados por la calidad, la variedad y el rendimiento que ofrecen.
Pellegrin está abierta de martes a sábados de 10 a 20 horas y los domingos de 10 a 14 horas y, de verdad, todos nos merecemos una incursión en su delicioso mundo.
Sigamos con La Linda, la panadería-café que desde octubre del año pasado se instaló en Carrasco (Potosí 1666, abierto todos los días de 8 a 20 horas) y tiene, también desde 2011, una sucursal en Manantiales, que permanece abierta todo el año entre las 9 y las 18 horas.
El secreto de La Linda es que revaloriza los panes y las comidas típicas del Río de la Plata. Su carta fue elaborada tras una exhaustiva investigación realizada en ambas orillas del Río, y a la hora de concretar los platos, los consejos y trucos fueron aportados por Mimí, la abuela de su creador, de ahí que las empanadas y las milanesas de lomo tengan un rol protagónico.
La Linda se propone rescatar las variedades de panes típicos rioplatenses: las cremonas; el pan de campo; los cuernitos, no son como los de cualquier otro lado, tal vez porque tienen altas dosis de amor y se degustan en un entorno muy bello. El reciclaje realizado en la casona de Carrasco, invita a quedarse un rato, tanto adentro, como en el patio interno, especialmente acondicionado. Allí, una amplia pared de vidrio permite ver las instalaciones de la cocina, los hornos de pan y cómo es el proceso de elaboración de los panes y platos. Divinos los aleros calefaccionados que ofrecen resguardo en los días más fríos, y un staff joven y bien dispuesto, garantiza el buen momento.
Los variados cafés que integran la carta es otro fuerte de La Linda. Aquí, lo más complicado es decidir con qué se acompañan. Sugerencias: la piadina de jamón crudo con queso brie, rúcula y tomates secos; el budín de zucchini con dulce de membrillo y semillas de chía (a esta altura un clásico del lugar), en el que el zuchini humedece la masa y la chía le aporta textura y crocante para después encontrarnos con la sorpresa del membrillo sobre la base. Y por supuesto está la tarteleta de limón, montada sobre una masa brisée muy bien lograda y perfectamente quebradiza, que es coronada por la crema de limón sedosa y el merengue bruleado. Vale la pena probarlo todo, a riesgo de sumar adicciones.
La Linda ofrece desayunos, almuerzos, mesas de té y tragos de autor todos los días, y los fines de semana un brunch que incluye cinco platos diferentes y no falta el Bloody Mary.
Para el final de estas recomendaciones dejamos a las carnes. Pero no cualquier carne sino las de Gourmeat, la primera boutique de cortes de exportación envasados al vacío de Uruguay, cuyos locales están en Carrasco (Alberdi 6548, esquina Jamaica; abierto de lunes a domingos), y en Punta Carretas (José María Montero 3061; abierto de lunes a sábados).
Gourmeat está presente en el mercado local desde 2013. Sus directores cuentan con 25 años de experiencia en el manejo y la venta de los mejores productos, los mismos que suelen degustar los exigentes mercados de países a los que Uruguay exporta sus mejores cortes.
La boutique cuenta con personal especializado que realiza el seguimiento del proceso de producción de la carne desde adentro del frigorífico. De esta forma, logra seleccionar lo mejor entre lo mejor, y este no es un dato menor.
En la oferta de Gourmeat no falta el bife angosto Feedlot trozado; el matambrito, el ribs y el kasler de cerdo; y las más variadas opciones de bife ancho. A la hora de elegir un par de productos para destacar, nos quedamos con el asado y las mollejas.
El asado está compuesto por cuatro costillas de Feedlot envasadas al vacío en una presentación que salvo en Gourmeat, es muy difícil de encontrar. Estas costillas, elegidas y envasadas especialmente, son ideales para asar en la estufa a leña, es decir, ideales para preparar en los días de invierno.
Un consejo: si al sacarlas de la parrilla se logra contener la ansiedad y dejar que las tiras reposen por tres o cuatro minutos, el sabor se potencia. Pocas veces esperar tan poco tiene tan alta recompensa.
En cuanto a las mollejas, vienen envasadas al vacío y en dos tipos: de corazón y de timo o cogote. La de corazón presenta más grasa y son un poco más sólidas, en tanto la de cogote no tienen nada de grasa y son muy buenas para preparar comidas que no impliquen necesariamente asarlas o que pasen por la parrilla. Por ejemplo, quedan exquisitas selladas en un sartén de hierro y terminadas con crema de verdeo.
La campaña de descuentos con las tarjetas exclusivas de Itaú está vigente hasta el 30 de setiembre de este año. ¡A estar atentos!
Créditos fotográficos: Florencia Lorenzo (Pellegrin) y Gonzalo Ruiz (La Linda y Gourmeat)
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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