El Estrecho y su interminable barra
Lo gourmet
Un restorán no sólo para turistas y yuppies del lugar, sino para los montevideanos que buscamos opciones distintas.
Siempre tuve por costumbre analizar el “por qué” de los nombres de los lugares que visito. Pero no es el caso del Estrecho, ya que sólo basta con atravesar la puerta para que la razón del nombre escogido quede en evidencia.
La interminable barra de roble es lo que determina la personalidad del lugar. Su cocina a la vista y un personal meticulosamente formado por sus dueños forman un binomio en perfecta sintonía con el sitio. Celeste, naranja y rojo son los colores que rodean a las personas que diariamente lo visitan.
Le pedí a Vero, una de mis mejores amigas, que me acompañe al Estrecho para hacer una nota. Ni bien entré supe que era “el” lugar. Eran pasadas las 14 horas cuando llegamos y habían cuatro personas delante nuestro. ¡Pero bien valió la pena esperar 20 minutos!
Todo empezó 10 años atrás, cuando Benedicte Buffard y Alejandro Morinigo decidieron instalar un restorán en la capital de Uruguay. Ella, francesa. El, uruguayo. Vivían en Europa cuando tomaron la decisión de sus vidas, arriesgándose a vivir de la gastronomía en un país del tercer mundo. Lejos estaban de imaginar un futuro en el que New York Times iba a recomendar su anhelado restorán.
Nacida en la campiña francesa y con un gran amor por el arte culinario, Benedicte diseña junto con su marido la carta de este enigmático lugar. Tienen un menú fijo en el que encontramos, entre otros: baguette de salmón ahumado (salmón, palta, láminas de pepino y mayonesa de Wasabi) y ensalada de lomo (espinaca, rúcula, queso de cabra, almendras tostadas, lomo marinado en semillas de Corendro y aceto balsámico). Además tienen opciones rotativas, como Gazpacho; pesca del día con papitas asadas, aceitunas y tomates secos; sopa de pescado estilo tailandés (los días que no hace mucho calor).
“¡No puedo creer lo que es este Gazpacho”, le comentaba a Vero mientras disfrutaba este típico plato andaluz. “¿Cómo nunca había captado el manjar de los platos agridulces?”, se preguntaba Vero tentada de si misma cuando saboreaba el queso Camambert sellado al sartén, acompañado por una salsa “sweetchilli”.
Antes de irnos le pregunto a Benedicte qué diría si le tuviese que contar a alguien cómo es su restorán. Su respuesta, fiel a su bajo perfil, fue: “Prefiero que la persona tenga una sorpresa”. Ni una palabra más.
Contacto:
Sarandí 460 Esq. Misiones (Montevideo, Uruguay)
2 915 61 07
Gazpacho
Queso Camambert sellado al sartén
Lenguado con papitas asadas, aceitunas y tomates secos
La dueña y chef Benedicte Buffard
¿Qué opinás?
Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
Ver todas las entradas de lacitadina.Por amor al arte
Otra Noticias
-
Entre nudos de amor
21 febrero, 2017
Not3
-
Mi blankape, mi mundo
11 abril, 2017
Instalar la versión de