Películas de ayer y de hoy / 3 millones
Por amor al arte
Documento de Jaime Roos y su hijo Yamandú, donde acompañan y registran la aventura del equipo uruguayo durante el Mundial 2010
Es difícil poner en palabras lo que sentí cuando terminó el documental (3 Millones/2011). Risas y lágrimas entremezcladas. Emoción, orgullo, patriotismo, empatía y un sinfín de adjetivos relacionados con sentimientos que salen de lo más profundo del alma.
He aquí la crítica de Majo, a la que me adhiero totalmente.
Esa extraña emoción colectiva
Por Ma. José Borges
Creo poder afirmarlo: en 2010 fuimos felices. Pero no yo, ni La Citadina, ni usted en su vida, sino todos juntos. Claro que hay excepciones, pero ese año sucedió algo que trascendió el gusto por el fútbol. El uruguayo caminaba sonriente por la calle, manejaba alegre (excepto las horas previas a los partidos) y hasta sonaba optimista, cosa rara. Para bien o para mal, el fútbol tiene en este país el poder de transformar el humor colectivo. Y la película de Jaime y Yamandú Roos -padre e hijo- cumple la misión de revivir esos meses de felicidad patriótica, tan gratamente irracional.
Durante sus dos horas de duración el espectador pasa por todos los estados de ánimo, recordando dónde estaba los días de los partidos, en qué casa o bar vio la infartante definición contra Ghana, o cómo esos jugadores que salieron de Montevideo con la simple ilusión de cada mundial, volvieron al país con estatus de estrellas de cine. “3 millones” viene entonces a cerrar el círculo, la hazaña del cuarto puesto en el Mundial convertida en película y los deportistas convertidos en actores, protagonistas de una historia que volveremos a contar y escuchar más veces de la que imaginamos.
Pero el documental tiene una historia paralela: el encuentro de un hijo holandés con un padre uruguayo en un país africano. Los une una cámara que pocas veces deja de filmar, el amor por el arte y por “la celeste”, y la certeza de que están viviendo algo que van a recordar. Cuando comenzaron a filmar, de todas formas, era un experimento, que nadie sabía cómo iba a terminar.
Es difícil afirmar desde este lugar del mundo si se trata de un film capaz de generar las mismas sensaciones en un extranjero. La película carece de toda objetividad, y quien escribe, en este caso, también. Tal vez, como sucede con las fotografías de viajes, sólo quienes los vivieron pueden sentir la emoción original, porque lo que ven es mucho más que lo que está encuadrado. Jaime Roos relata los hechos desde su punto de vista personalísimo, pero Uruguay se lo permite. Así revive este film esa época de triunfos inesperados, finalmente reconocidos por el mundo. La combinación de deporte, cine, victorias y derrotas, es infalible. A prueba de uruguayos indiferentes.
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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