Mil grullas y pide tu deseo
Deco & Diseño
La uruguaya Estefanía Berti y la argentina Verónica Mastronardi se destacan en el arte del origami
El origen del origami es tan viejo como incierto; según algunas versiones comenzó en China hace unos 2.000 años, con la invención del papel. Pero lo que sí es seguro es que con el tiempo el origami ha evolucionado de una manualidad ceremonial a una forma de arte moderno.
A ambas márgenes del Río de la Plata se encuentran Estefanía Berti y Verónica Mastronardi, uruguaya y argentina respectivamente. Estefanía, Minimor, tiene 30 años, estudió Diseño de Modas y actualmente está cursando Fonoaudiología; vive en Montevideo, en el barrio Palermo. Verónica Mastronardi, Origamimos, tiene 40 años, es traductora profesional de inglés y vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). No se conocen pero las une un mismo amor: el origami.
Por más que la técnica sea una sola, tanto Estefanía como Verónica estampan su personalidad en cada una de sus creaciones, disfrutando de cada uno de los tantos pliegues que hacen al día.
Dolores: ¿Cuándo y cómo empezó su amor por el arte del origami?
Estefanía Berti: Desde siempre, me encanta hacer cosas con mis manos, desde coser, hacer souvenirs, adornos o reciclar muebles para la casa, entre otras. Un día, en casa, leyendo una revista, tenía un tutorial de cómo hacer grullas de papel, y ahí empecé a probar y hacer. Cada vez más me fui adentrando en el origami.
Verónica Mastronardi: Cuando era chica vivía en Loma Verde, Escobar, donde hay una colonia japonesa importante. Durante la Primaria tuve varios compañeritos de ascendencia japonesa y las nenas siempre llevaban sus hermosos papeles de origami que a mí me fascinaban. Más adelante, ya en mi adolescencia, una amiga de la infancia, cuyos abuelos eran japoneses, me enseñó a hacer las grullas o tsuru, y me explicó que en Japón representan la paz, la esperanza, la integridad. La creencia popular japonesa es que si uno hace 1000 grullas se te cumple un deseo. ¡Pasábamos horas haciendo grullas de colores para que se cumplieran nuestros deseos!
D: ¿Cómo surgieron los nombres?
EB: El nombre Minimor surge antes de empezar a estudiar Diseño de Modas. Leyendo el libro 1984 (George Orwell) donde hay un Ministerio del Amor que se abrevia Minimor, me gustó el concepto y el nombre y dije que si algún día tenía una marca, ese sería el nombre. De ahí en más, todo lo que he hecho, desde ropa, origami, muñecos, souvenirs, es bajo este nombre.
VM: No fue fácil encontrar el nombre. Por suerte, los primeros que se me ocurrieron ya tenían «dueño» según Google. Me encantan las palabras y los juegos de palabras, y Origamimos es una forma de describir qué es para mí y lo que quiero transmitir: es un mimo, darse un gusto, regalar amor, algo bello y simple… Pero lleno de contenido.
D: ¿Qué variedades tienen?
EB: Hago grullas, peces, mariposas, corazones, vestiditos, pero en realidad siempre voy probando cosas nuevas.
VM: Hace poco conseguí unos papeles nuevos que son una belleza, así que estoy muy entusiasmada plegando muchos vestiditos de diferentes tamaños y con distintos fines: para colgar como guirnaldas decorativas, con imán para la heladera, para armar las tarjetitas que escribo con una vieja Olivetti. También estoy muy entretenida haciendo las tarjetitas con frases que se pueden usar como invitaciones de cumple, señaladores, con imán para la heladera, para hacer cuadritos, o con el fin que cada uno elija. Cuando tengo más tiempo hago las washi ningyo o muñequitas de papel, típicamente japonesas. Y todo esto lo complemento con unos minibroches de madera que forro con cinta washi (cinta adhesiva japonesa de papel) y quedan preciosos. También hago grullas de diferentes tamaños y colores para usar en los móviles y los diferentes vidrios (bochas, cilindros, etc) decorativos.
Los “origamistas”, a quienes respeto y admiro, hacen figuras complejas que son muy lindas. En mi caso, busco la sencillez, la simplicidad y la calidez. Y la recepción de la gente me demuestra que somos muchos los que estamos en una búsqueda similar.
D: ¿Cuáles son sus favoritos?
EB: Las grullas, sin duda, siempre que las veo colgadas me siguen gustando, son como mi debilidad (risas).
VM: En este momento, ¡los vestiditos y las tarjetas! Me divierte mucho hacerlos. Seguramente será así hasta que se me ocurra algún otro diseño.
D: ¿Y los que más les piden?
EB: Depende, porque también hago móviles con varios tipos juntos, entonces es difícil decir uno. Creo que lo que más le gusta a la gente son los pececitos, supongo que porque son más originales y también porque son muy lindos (risas).
VM: Me piden de todo un poco, por ahora, no he tenido un favorito.
D: ¿Los hacen solas o tienen una socia?
EB: Los hago sola.
VM: Sola, con la compañía de las personas a quienes está dirigido lo que hago y con el apoyo de quienes compran las grullas, los vestiditos y demás creaciones de origami. Siempre recibo mensajes donde me cuentan lo que sienten, la alegría de llenar de color un rincón de la casa, de hacer un regalo original y único a sus hijos y amigos.
D: ¿Dónde los venden?
EB: Actualmente están en Quien te viera, una tienda muy linda en la Ciudad Vieja, Montevideo.
VM: Los vendo a través de Facebook, donde me pueden escribir para coordinar las entregas o los envíos. Allí también está mi celular por si alguna persona quiere hacerme consultas. Muchos clientes llegaron por el boca en boca de los que compran y regalan. En Uruguay, pueden encontrar las guirnaldas de vestiditos en el Almacén La Carlota, en Colonia del Sacramento.
D: ¿Hacen por pedido?
EB: Sí, me pueden contactar a través de Facebook.
VM: Sí, me gusta que sea personal. Ahora estoy preparando dos pedidos. Uno es para una amiga de la facultad que festejará sus 40 aquí y en Alemania, su lugar de residencia actual, que me pidió tarjetitas para sus invitados argentinos y alemanes, y guirnaldas de vestiditos para decorar las habitaciones de sus hijas; lo bueno es que pudo elegir los colores predominantes de los papeles para que combinen con la decoración de los cuartos. El otro pedido es un bowl de vidrio grande lleno de grullas con predominio de amarillo, para una abogada amiga que quiere tener grullas en su oficina para llenar de buena energía el lugar.
D: ¿Quieren decir algo más?
EB: Minimor, ya sea origamis o lo que haga (que pueden verlo en mi Facebook), está hecho con mucho amor, con mis propias manos, con mucha dedicación y cuidando cada detalle.
VM: Sí, contarles que Origamimos es un proyecto pequeño que crece poco a poco gracias a las personas que se acercan en busca de regalos originales y que comparten el gusto por la complejidad de lo simple. ¡Origamimos ya tiene un logo! Es un hermoso kanji (ideograma) japonés que significa «crear». Lo dibujó un señor japonés experto en caligrafía japonesa o shodó. ¡El primer registro del kanji es de 300 años antes de Cristo! En breve estará en la página de FB. ¡Gracias por la entrevista!
Contactos:
Estefanía Berti
Minimor, mimos para bebes
estefaniaberti@gmail.com
https://www.facebook.com/minimor.cositasconamor?fref=ts
099815531
Sus creaciones en origami: Quien te viera (Bacacay 1328)/Montevideo, Uruguay.
Verónica Mastronardi
Origamimos
veronica.mastronardi@gmail.com
www.facebook.com/origamimos
Sus creaciones en origami: Almacén La Carlota (Real 150) / Colonia del Sacramento, Uruguay
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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