Como en el almacén de Don José
Lo gourmet
Un lugar donde uno se siente y come como si estuviera en casa es el gran mérito de “El Viejo y Querido”
Domingo de mañana. Preparar el desayuno a los chicos, tender las camas, planificar qué comemos, no parar de trabajar, ¡tanto o más que entre semana al fin y al cabo! Y de repente me iluminé: “Hoy quiero hacer algo diferente a todos los domingos”. Ahí fue cuando vino a mi mente “El Viejo y Querido”. Hace un tiempo habíamos ido de noche con un matrimonio amigo y lo pasamos bomba. Ese domingo, nuevamente, era el día para disfrutar de comida como hecha en casa…¡ Pero sin tener que ensuciar mi cocina!
Marchamos en familia y entramos en ese lugar tan especial, decorado con detalles antiguos, como de remate o de alguna feria de antigüedades. Piso de mayólicas en tonos de azul y amarillo, despensas como las que encontraba a fines de los 70 en el almacén de Don José…Ahí fue cuando me enteré que el 80 por ciento de la decoración está a la venta.
Nos atendió una moza muy buena onda que colocó los individuales de papel embalaje y todos platos diferentes, algunos de cerámica y otros de loza esmaltada, antiguos y cascados.
De entrada me pedí una sopa de calabaza y de plato principal una merluza grillada con torre de vegetales. ¡Riquísimos!
También habían otras opciones muy buenas como entrada o plato principal: Gazpacho Andaluz; Abadejo al Pil Pil (vino blanco, ajo, oliva, con papas al natural); Salmón a la plancha (con volcán de quinoa, espinacas, queso crema); Sorrentinos Squarza (de jamón y queso salteados); Wok oriental de pollo (con arroz integral) y ¡hasta guiso de lentejas!
Postre no comimos, porque no tenemos la costumbre después de almorzar, pero las opciones no se quedaban atrás: Brownie (con dulce de leche o helado de crema); Tarta tibia de manzana (con helado de crema); Torta helada; Marquise de chocolate (con salsa de frutilla); Frutas flambeadas (con helado de crema); Copa light (helado de crema, granola, frutilla o yogurt); Helados.
Lo recomiendo totalmente, un lugar digno de conocer.
Contacto: Francisco Ros 2748 esq. Luis de la Torre (Punta Carretas, Montevideo) / 2711 56 08 / elviejoyquerido@gmail.com / www.elviejoyquerido.com.uy/facebook
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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