“La gracia de Chill Pill es que fue la primera marca y hecha a mano”
Deco & Diseño
Un mano a mano con Camila García de Zúñiga y Maximiliano Arrieri, las caras visibles detrás de Chill Pill, lentes de madera hechos artesanalmente por ellos mismos
Camila García de Zúñiga y Maximiliano Arrieri, ambos de 21 años, están de novios hace casi dos años. Son estudiantes de Diseño Industrial y ya tienen un emprendimiento en común. Son los creadores de los novedosos lentes de madera Chill Pill. Y cuando digo creadores, es en sentido literal. Ellos mismos, artesanalmente, hacen uno a uno los pares de lentes. Hablando con ellos observo un gran entusiasmo y amor por lo que están haciendo, y a las claras se ve su esfuerzo en el excelente producto que logran.
El proyecto empezó con otro enfoque: “Al principio empezamos haciendo remeras con serigrafías y en un viaje vimos los lentes de madera y nos copamos. ¡Pero eran carísimos!”, comenta Maximiliano. Así fue que llegaron a Montevideo con las pilas cargadas para ponerse a investigar. En marzo de este año empezaron a pensar el proyecto. Luego, tras varias y largas pruebas, en junio lanzaron la marca Chill Pill. “Significa pastilla tranquilizante”, agrega Camila.
Parece resultarles difícil no hablar de trabajo: “Está bueno, compartimos ideas.” Maximiliano cursa la facultad de mañana. Ni bien llega a su casa, almuerza y se pone a trabajar en el taller que armó en su casa: “Igual trabajo de corrido hasta las 12 de la noche.” La rutina de Camila es distinta, porque a veces va de mañana y otras en la tarde a la facultad: “Pero el rato que tengo libre siempre estoy haciendo algo para Chill Pill. Generalmente me pongo las pilas los fines de semana.”
Dolores: Cuando empezaron la carrera, ¿ se veían en este proyecto?
Camila García de Zúñiga: Yo me veía haciendo muebles, es algo que me encanta también.
Maximiliano Arrieri: No sé si en esto exactamente, pero siempre me gustó trabajar para mí.
D: Con 21 años, ¿cómo empezaron económicamente?
CG: El equipo de rugby de Maxi se fue de gira este año y nosotros les hicimos las remeras; esa ganancia fue entera para empezar con los lentes. Toda la primera inversión de maquinaria fue gracias a nuestros padres básicamente, ¡porque era muy cara!
D: Viendo la variedad y la calidad que logran, no se puede creer que hayan empezado hace tan poco…
MA: ¡Y lo que avanzamos es increíble!
D: ¿Cuáles fueron las primeras impresiones que recibieron?
MA: Todo el mundo se quedó copado, hasta lo profes nos preguntaban. Enseguida tuvimos muchos pedidos.
CG: Empezamos por Facebook presentando la marca antes de lanzarla, como la primera en Uruguay, si bien ya aparecieron otras.
D: ¿Ya hay otras?
CG: Sí, pero importadas. La gracia nuestra de Chill Pill es que fue la primera y hecha a mano.
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“Por ahora hacerlo todo nosotros es lo que más nos gusta”
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D: ¿Ustedes hacen absolutamente todo?
MA: Todo menos los cristales, que los mandamos a hacer a una óptica, y las bisagras que las importamos de China. El resto lo hacemos nosotros en nuestro taller. Curvamos la madera, la tallamos, le colocamos las bisagras, le hacemos las patillas, y le damos el sellador. El packaging también lo hacemos nosotros, así como el manejo de las redes sociales. Por ahora podemos solos, esperemos que a futuro la gente se siga copando y ahí contrataremos a alguien. Por ahora hacerlo todo nosotros es lo que más nos gusta.
D: En el ensayo y error, ¿tiraron muchos pares de lentes?
MA: ¡Muchísimos! Cerca de cincuenta pares.
D: Un momento inolvidable…
MA: ¡Cuando calzó el primer cristal fue impresionante! Porque se lo inserta en una ranura y se lo pone a presión, pero al ser hechos artesanalmente no es sencillo…
D: ¿Qué recuerdan como lo más difícil?
MA: Nos dimos cuenta que las maderas muy duras se nos partían al tratar de hacer un curvado para darle la forma de la cara al lente.
CG: Entonces tuvimos que averiguar mucho sobre los tipos de maderas, sus propiedades y el laminado que hace que sean más flexibles, pudiendo intercalar capas con vetas de madera, y eso hace que se fortalezcan mucho más. A medida que íbamos investigando cada vez quedaban más fuertes.
D: ¿Qué tipos de madera usan?
MA: Fresno, cedro rosa, bambú y a veces lapacho.
CG: Generalmente intercalamos maderas para darles diferentes colores. Usamos el fresno en el medio porque es más flexible y afuera usamos una madera que sea más “vetosa”, porque el fresno no tiene mucha veta.
D: Pero algunos parecen pintados…
MA: Sí, es que les damos colores, quedan más lindos. A algunos les pasamos aceite de oliva, que resalta más el color original, y cera de abeja. Estamos tratando de conseguir maderas oscuras, así ni siquiera tenemos que pintarlos.
CG: Le damos tinte o no, dependiendo del color que queramos lograr. El tema del tinte es que no deja ver mucho la madera y tampoco quedan tan prolijos, por lo cual estamos tratando de suprimirlo.
D: ¿Un pro para usar lentes de madera?
MA: Lo mejor es que cada par de lentes es exclusivo, porque nunca la madera es igual.
CG: Claro, al mezclar las maderas vamos probando, y nunca terminan siendo iguales.
D: ¿Al ser de madera requieren un cuidado especial?
CG: No, la madera posee un tratamiento especial para que no se deteriore si entra en contacto con agua.
D: ¿Cuántos modelos de lentes hay?
CG: Por ahora hay cinco: Kasabian, Marshall, Brisby, Glastonbury, Jones y Barbot. Empezamos con modelos clásicos, pero la idea es sacar nuestros propios modelos.
D: ¿Cuál es el modelo más vendido?
MA: El Kasabian.
CG: Porque es el más clásico y unisex.
D: ¿Por qué no hacen modelos envolventes?
CG: No se pueden hacer ya que la madera tiende a volver a su lugar. Solo se puede curvar.
D: ¿Hacen tamaños para niños?
MA: Sí. Hacemos tres tamaños.
CG: Y además las patillas son flex y se adaptan, se abren más de 90 grados.
D: Precios…
CG: Están entre los 2500 y los 2900 pesos, dependiendo del modelo.
D: ¿Tienen pedidos de gente de todas las edades?
CG: Sí. De mucha gente de nuestras edades, pero a la gente mayor también les encanta.
D: ¿Tuvieron pedidos de otros países?
CG: Nos han preguntado de Argentina y España para exportar, pero todavía no estamos preparados. También nos han propuesto mucho ser fabricantes de otras marcas, pero no tiene gracia.
MA: A nosotros nos gusta hacerlo nosotros y que sea nuestra marca y no la de otros.
D: ¿Tienen pensado extender las líneas de productos?
MA: Nos encantaría sacar más productos en madera, como relojes, billeteras, carcasas para ipads, computadoras, etcétera.
CG: La idea es sacar lentes pero con versión limitada, por ejemplo con grabados o dibujos que pueden quedar muy buenos.
D: Algo que quieran agregar…
MA: Ante todo estamos trabajando para brindar un producto de calidad y que se posicione la marca.
Contacto:
ChillPill
Cel.: 093 748 289 / 099 896 445
Mail: chillpillws@gmail.com
Fb: www.facebook.com/chillpillws
Instagram: @_chill_pill
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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