Armonía de colores
Deco & Diseño
Entrevista a Madelón Hill y Soledad Moratorio, quienes nos transmiten su amor por el crochet
Por Dolores de Arteaga
Colores tónicos. Vibrantes. Enérgicos. Colores que no combinan y, sin embargo, armonizan a morir. Y la armonía es el descanso del ojo. Por eso resulta tan placentero mirar el crochet artesanal de estas dos mujeres. Madelón Hill y Soledad Moratorio, las caras visibles detrás de Guadita, un emprendimiento que comenzó en febrero de 2014. Es que cuando uno mira sus tejidos, en ellos se ve reflejada la impronta de ambas. Mantas, pie de camas, cartucheras, almohadones, bolsos y bikinis, hablan por sí solos.
Madelón tiene 44 años y está casada desde hace 17 años; es mamá de Juan (13) y de Sol (11): “Soy mamá gallina, los tendría siempre a mi lado. Nací a destiempo, me hubiera gustado vivir en la época que las mujeres usaban vestidosenormes.” Maquilladora de profesión desde hace 23 años, trabaja freelance con productoras de comerciales y películas: “Ahora estoy en una etapa que me estoy dedicando mucho a hacer sociales, graduaciones. Quiero abrirme un poco de la publicidad que es cansadora.” Ella rescata la libertad que le da el trabajar en forma independiente, y dice no cambiarlo por nada en el mundo. Y agrega: “El crochet es terapéutico, es como una forma de meditar.”
Soledad, con 45 años, está cumpliendo 25 de casada: “La idea es hacer fiesta, hay que festejar y celebrar la tolerancia y el respeto.” Tiene tres hijos: Josefina, de 22 años, Milagros de 20, y Mateo de 16. Estudió un tiempo Derecho y después trabajó como secretaria en un renombrado colegio de Montevideo que cerró sus puertas hace unos años. Así se define: “Soy muy tranquila pero también muy a millón. Soy madrugadora y me acuesto temprano.”
Made y Sole, como las conocen sus allegados, son vecinas desde hace 14 años. Vive una frente a la otra. Como todas las vecinas, comparten charlas, saludos y se hacen algún que otro favor. Y como no podía ser de otra forma, en las vecindades las ventanas también hablan. En palabras de Made: “Yo veía a Sole ‘crocheteando’ todo el día y en una le dije que me enseñara porque me divertía; y atrevida ella, porque solo había ido a tres clases (risas).”A lo que Sole agrega: “Yo empecé clases de crochet con unas amigas que agarraron la mano enseguida, ¡y yo no enganchaba una! Hasta que un día logré hacer un cuadrado de los Granny, ¡y ahí no paré nunca más! Lo primero que hice fue un pie de cama.” Y parece que del papel de alumna, Sole pasó a ser maestra. Y así empezaron Sole y Made, entre ensayo y error, con su Guadita. Pero la cosa empezó a tomar un serio matiz cuando la cartuchera para Sol, la hija de Made, hecha con un rejunte de cuadrados de crochet en desuso, fue un éxito total tras su publicación en Facebook. A partir de ahí, los pedidos se fueron sumando sin parar. Y parece ser que Made resultó ser la emprendedora del grupo, siempre confió en que la gente iba a morir con todo lo que hacían. Entre risas, Sole agrega: “Lo gracioso es que no queremos vender nada, ¡nos queremos quedar con todo!”
Se complementan a la perfección. Comulgan un estilo de vida muy parecido. A las dos les gusta manejar sus horarios y estar en sus casas. Sole deja claro: “Pocas veces nos juntamos para tejer, lo hacemos en nuestros tiempos y en nuestras respectivas casas. Cada una hace lo que le gusta y lo que se le ocurra. Y lo lindo es que lo podés hacer ya sea conversando con la familia, en el auto mientras esperás a alguien…Los días de lluvia me encanta, me quedo todo el día tejiendo.” Y Made agrega: “ Cuando estamos locas, nuestros maridos nos mandan a tejer.”
Y para terminar, cuando les pregunto qué es lo que les deja el crochet, más allá de lo meramente económico, las dos coinciden en la amistad que surgió entre ambas: “Si bien como vecinas siempre tuvimos buena onda, ahora somos amigas y nos queremos.”
Contacto:
Guadita
Madelón Hill y Soledad Moratorio
Cels. 099 612 465 (Madelón) / 099 176 810 (Soledad)
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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