“Siempre le entrego algo a la lámpara”
Deco & Diseño
Valeria De Bellis y sus lámparas creadas con utensilios de cocina y vajilla
Por Dolores de Arteaga
Sobre su mesa de trabajo se despliegan tazas, servilleteros, cucharas, torteras, monedas. Todo delicadamente cuidado, como si fueran estampillas antiguas. Quizás lo último que uno se pueda imaginar cuando mira ese escenario, es que esos elementos van a ser utilizados para crear lámparas. Y es Valeria De Bellis (42) la responsable de armar estas maravillas.
Su pasión por el rejunte de tazas, platos y cucharas no es algo nuevo. Lo hizo en todos los momentos de su vida: “Estos objetos siempre me llamaron la atención. Viajaba y siempre me traía algo…” Valeria estuvo casada tres años con un argentino y vivió en Buenos Aires donde estudió Diseño de interiores y de muebles en el ABM Instituto Superior. Una vez separada e instalada en Montevideo nuevamente, decoró su nuevo loft con lámparas hechas por ella misma: “Las hacía a mi gusto, las diseñaba y armaba. El taladro siempre fue un amigo. Jamás tuve una pareja que tuviera una mejor caja de herramientas que yo.” Pero en esa etapa hacía las lámparas para ella misma. Comercializarlas ni se le ocurría, su cabeza estaba puesta en su rol de directora de arte freelance, actividad que ha desempeñado desde 2001 y continúa estos días, aunque ahora con menos intensidad. En ese ínterin tuvo a Lucio (6), su único hijo.
Desde hace cuatro años Valeria decidió dedicarle el mayor tiempo posible a sus lámparas y a la crianza de su hijo: “Ahora quiero dedicar parte del día a mi hijo. Ir a buscarlo al colegio y poder compartir momentos con él.” Ella trabaja en las lámparas de una manera admirable. Las arma colgadas a un tiento de hierro: “Primero ensamblo y después voy acercando lo que quiero poner. Tengo puestas todas las posibilidades arriba de la mesa, y voy probando.”
Tiendas secondhand, la Tristán Narvaja o tiendas online americanas, son algunos de los lugares donde Valeria prefiere abastecerse de material para su arte en iluminación. Entre sus hallazgos, se encuentran tazas de ponche de los años ’60, copitas de licor color uva, moldes de gelatina. Eso sí, todo tiene que estar flamante: “Soy muy exigente conmigo misma. Los caireles me gusta que estén impecables, los antiguos vienen de diferentes colores.” Ella no duda ni un instante al momento de despojarse de alguno de sus objetos favoritos: “No me da lástima usarlos en las lámparas, porque no me gusta que queden en un cajón. Es como darle un nuevo uso, es como reciclar algo. Siempre le entrego algo a la lámpara.”
Su inspiración está en lo visual, en los coloridos y las combinaciones, en todo lo que ve a su alrededor. El verde y el ámbar son sus colores favoritos, preferencias que usa para las combinaciones que suele hacer: “También descubrí que el coral y el turquesa quedan muy alegres”, comenta Valeria. Realiza cuatro tamaños de lámparas, y sus precios van desde los 280 a los 680 dólares.
Hubo solo una ocasión en la que Valeria recuerda haberle costado desprenderse de una lámpara: “Le había puesto dos vasitos de licor, que eran de la casa de mi infancia. Vino una mujer a elegir una y le gustó tanto justo esa, que lo primero que me salió fue: ‘¡Esta es mía!’ No me insistió y me conmovió tanto cómo le había gustado, que al final se la llevó. Todo lo que hago para mí es lo primero que la gente quiere comprar, ¡y no es porque quede más lindo!” Y yo digo, es algo que siempre le pasa a las almas creativas…
Contacto:
Valeria De Bellis
Cel. 099216689
Mail debellisvale@hotmail.com
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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