Cabezal

redes sociales

728 X 90

“Nuestros mejores murales son aquellos donde nos dieron mayor libertad”

Deco & Diseño
“Nuestros mejores murales son aquellos donde nos dieron mayor libertad”

Los murales pintados a mano son el sello que distingue al emprendimiento Blanco & Madera, de las argentinas Magdalena Casá y Soledad Miguens

junio 06, 2016

 

BLANCO-MADERA-slide

 

Por Dolores de Arteaga

El arte ya estaba en sus manos. Con ese don se nace. Lo que faltaba era que el destino las reencontrara. Que permitiera sacar lo mejor de cada una de ellas. Y eso fue lo que sucedió con Magdalena Casá y Soledad Miguens, creadoras de Blanco & Madera, emprendimiento que se destaca por sus murales pintados a mano.

Male y Sole, como la llaman sus allegados, compartieron los mismos salones de clase y los mismos recreos, pero en aquellos momentos no eran íntimas amigas, si bien siempre tuvieron la mejor onda. De niña, Male disfrutaba muchísimo de las clases de pintura del colegio. Más adelante, tomando clases en distintos talleres de pátinas o de dibujo. Pero lo que nunca soñó fue que esa actividad se convirtiera en su oficio: “Se fue dando sola al encontrar el disfrute pleno de trabajar pintando con una amiga de toda la vida. Es una combinación fantástica, la pintura y la amistad. ¡¡No todo el mundo tiene la misma suerte!!” En cambio, Sole no era de esas chicas fanáticas por dibujar o pintar, es más, le daba bastante frustración sentir que no lo hacía bien. En la Secundaria, gracias a buenos profesores, descubrió que el arte era su camino: “Disfruto muchísimo mi trabajo y especialmente hacerlo con Male, creo que juntas, además de divertirnos, hemos crecido un montón.”

Male, con quien me puse en contacto, me cuenta cómo fueron los comienzos: “Empezamos a trabajar juntas en el año ‘94. Como las dos habíamos estudiado decoración, surgió la idea de juntarnos y hacer las dos cosas, decoraciones y pátinas. Empezamos con trabajos a familiares y conocidos donde pudimos mechar la pintura y la decoración. Además, la suegra de Sole, María Carmen Firpo, era una conocida decoradora que nos daba muchísimos trabajos, y como nos tenía confianza, nos desafiaba a hacer siempre cosas nuevas y súper originales.”

Su nombre, Blanco & Madera, remite al blanco de la ropa de cama y a la madera de los muebles. Porque al tiempo de empezar con su trabajo basado en pintar paredes y muebles, agregaron la confección y la pintura de ropa blanca. Pintaban sábanas con monogramas o con dibujos para bebes. A lo que agrega Male: “A la larga, tener que ocuparnos de la confección y las entregas nos quitaba tiempo para pintar, por lo que dejamos de hacer las sábanas, hoy en día pintamos para terceros. El nombre quedo por default.”

Y así, poco a poco, fueron pasteurizando la personalidad de su emprendimiento, tomando cada vez más fuerza. Las decoraciones, a las que al principio respondían con un sí fácil, las fueron cansando: “Teníamos que lidiar con los diferentes rubros y hacernos responsables del trabajo de terceros.” Comenzaron a perfilarse hacia la pintura, que era lo que les daba más placer. Y tenían cada vez más pedidos. Por eso pudieron optar.

En estos 20 años maduró no solo la estética a nivel mundial. Sino que ellas fueron tomando cada vez más confianza en sí mismas. Sus primeras pátinas, texturas e imitaciones, así como dibujos infantiles, supieron quedar en el olvido. Internet y el mundo globalizado empezaron a actuar sobre ellas. “Nos divierte mucho probar materiales y dejarnos llevar. Aunque no siempre tengamos el fin tan claro desde el principio.”, me comenta Male.

Desde la textura de un caño oxidado a un pedazo de género, todo las inspira. Pintores clásicos o contemporáneos, libros o exposiciones de arte. Todo las nutre. “Hoy, con internet y el mundo a nuestros pies, la fuente de inspiración es infinita. El desafío es saber aplicarlo a nuestro trabajo.”

Male y Sole se complementan muy bien. Cada una domina distintas técnicas y tiene su percepción personal del color y de la composición. Male agrega: “De esta manera el resultado siempre es lo que cada una se imaginaba desde diferentes concepciones. Aunque en el momento de dibujar y pintar pareciera que las dos trabajamos igual.” Hoy en día ya no discuten mucho ningún proyecto, ni hacen bocetos previos, simplemente escuchan al cliente. Quizás miran alguna imagen orientativa, cada una arma en su cabeza la idea y se largan manos a la obra. Sobre la marcha se van adaptando la una a la otra, hasta que queda una obra totalmente integrada. Son años de mutuo conocimiento. Dice Male: “A veces, durante este proceso, el cliente opina y aporta su visión, aunque muchas veces ellos no entienden el camino y se ponen ansiosos por ver el final. La mayoría de la gente que nos llama son personas que vieron algo nuestro en otro lugar. Entonces buscamos que se copen con la idea de pintar algo que se diferencie de lo que vieron, para que puedan tener algo único y original. Generalmente nuestros mejores murales son aquellos donde nos dieron mayor libertad.”

Un mural les puede llevar desde uno a 15 días. Algunos tienen gran complejidad, como los que llevan una textura previa, que serían como dos trabajos en uno. Agrega Male: “No tenemos ningún registro de cuántos murales o pátinas de ambientes enteros hemos hecho hasta hoy, ya que hay muchos que hasta nos olvidamos de sacarles fotos. Nos pasó de volver a lo de clientes y encontrarnos con trabajos que hicimos hace 15 años, totalmente borrados de nuestras cabezas. Nos da mucha satisfacción ver que el cliente los sigue disfrutando, siendo quizás lo que le sigue dando carácter y personalidad a esa casa.”

“¿El trabajo que más disfrutamos?”, piensa Male… “Uy, sin duda varios murales que hicimos en una misma oficina, para una empresa dedicada a la informática. Esto nos exigió tener en cuenta a los distintos empleados, gente joven con ideas muy precisas sobre sus gustos. Ahí estuvimos en contacto con el arte urbano y la impronta del graffiti, donde varias ideas conviven superpuestas. Como pintamos en varios ambientes, sentimos la libertad de mezclar nuestro propio estilo con las ideas originales de ellos.

Otro trabajo que disfrutamos mucho fue restaurar una pátina antigua que apareció debajo de un papel, en una vieja estancia de Córdoba.” Y me cuenta que uno de los trabajos más clásicos que hicieron, fue un mural inglés para un escritorio de hombre. Parece que lo más “loco” que les pidieron fue una cocina-comedor diario pintada en un color turquesa frenético, que daba la sensación de estar dentro de una piscina vacía. Lo hicieron porque los dueños estaban totalmente convencidos y no había lugar a medias tintas.

Su arte no tiene límite. Casas particulares, así como también instituciones privadas, tuvieron la suerte de ser tocadas por sus manos. Palliers. Halls. Comedores. Toilettes. Dormitorios. Pasillos. Terrazas. Bares. Oficinas. Colegios. Hospitales. Tiendas. Muebles. Telas para cortinas y tapicería. Zapatos. Vestidos de novia. Cascos de polo. “Nunca pintamos ninguna fachada, nos encantaría, es algo pendiente.”, agrega Male.

¿Sueño por cumplir? Pintar cada una sus cuadros. Algo así como murales-cuadros.  Salir de los pedidos de los clientes y plasmar lo propio. Lo personal. Que las paredes hablen más de cada una de ellas. Y seguramente se cumplirá el sueño. Porque cuando las cosas se hacen con pasión, amor y dedicación, no falla la ecuación.


Contacto:

Blanco & Madera
Magdalena Casá y Soledad Miguens
Mail  blancoymadera@me.com

 

BLANCO-MADERA-foto-1 BLANCO-MADERA-foto-2 BLANCO-MADERA-foto-3 BLANCO-MADERA-foto-4- BLANCO-MADERA-foto-5 BLANCO-MADERA-foto-6

 

BLANCO-MADERA-foto-8 BLANCO-MADERA-foto-9 BLANCO-MADERA-foto-10 BLANCO-MADERA-foto-11IMG_7849IMG_7854

 

 

 

¿Qué opinás?

Acerca del autor

Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!

Ver todas las entradas de lacitadina.

Banner observador 1 interna

Banner observador interna 2

Otra Noticias

banner observador interna 3

Not3