“En cuanto aparecía la música uno ya se imaginaba que estaban en una elite de amor ¡y apenas se estaban rozando!”
Por amor al arte
Sin cita previa aterricé en Movie Classic, en plena avenida Corrientes de Buenos Aires, una casa especializada en vender películas nuevas, tanto clásicas como contemporáneas.
Recorriendo el lugar me sumergí en mi niñez. El Corcel Negro, Melody, así como series completas de La Mujer Maravilla y La Familia Ingalls son algunos de los muchísimos títulos que encontré entre las góndolas de ese mágico lugar dentro del Paseo La Plaza en plena avenida Corrientes.
Alejandra Lara es la segunda generación a cargo de Movie Classic, una casa especializada en vender películas nuevas, tanto clásicas como contemporáneas. Hace 15 años que su familia está en este rubro y siete que ella está a cargo de esta sucursal. Hablar con Alejandra fue un verdadero disfrute, ya que el cine lo lleva en la sangre.
Después de presentarme, felicitarla por haber apostado a este negocio y preguntar sobre algunos títulos clásicos, comenzamos a hablar.
Dolores: ¿Quién compra cine clásico?
Alejandra Lara: Hay como un furor por el cine clásico. La persona que consume este tipo de cine empezó a consumirlo con su abuelo, su papá, sus tíos…Es un tema generacional.
D: ¿Entre qué décadas ubicamos el cine clásico?
AL: Hay un estimativo que va entre 1920-30 hasta 1980.
D: ¿Y del ´80 en adelante?
AL: Lo llamamos cine moderno o cine contemporáneo. Si tomamos como ejemplo a Woody Allen te digo que es del 70 hasta la actualidad.
D: ¿Qué directores abarcan las dos generaciones del cine?
AL: Hay muchos. Te nombro a uno, Akira Kurosawa, que empezó con el cine blanco y negro, pasó por el cine a color y cuando llegó al estrellato de Hollywood falleció. Hay directores que han trascendido en el tiempo y dejan generaciones de sabios, de discípulos que siguen adelante con las tradiciones de sus maestros.
D: ¿Cuáles escuelas del cine clásico fueron el punto de partida del cine contemporáneo?
AL: Las tres grandes escuelas del cine contemporáneo fueron: Kurosawa, Tarkovski y Bergman. La escuela de lo que hoy se llamaría “la puesta en escena” con luces artificiales es la de Tarkovski. La escuela de Woody Allen es Bergman; la diferencia es que Woody Allen saca todos esos conflictos del mundo del ser humano y lo hace tragicómico, mientras que Bergman se quedaba sólo en los conflictos.
Hitchcock, a modo de ejemplo, es el punto de partida de lo que hoy sería el cine de terror. El le dio a la ciencia ficción el suspenso, porque no existía, él fue su creador.
Si uno conoce lo suficientemente el cine clásico quizás se de cuenta que hay muchas películas en la actualidad que son copias.
D: ¿Considerás que hoy en día se le exige más al actor?
AL: Hoy en día ya está todo muy visto, entonces si sabés actuar toman una parte de tu actuación, si sabés cantar toman una parte de tu canto. Antes sólo se explotaba una faceta de ese actor. Por ejemplo: Cary Grant hacía películas cómicas y fue Hitchcock el que lo sacó de ese prototipo de lo clasicista, de carilindo, y lo puso como protagonista de una película de suspenso.
En el cine contemporáneo empezaron a innovar con nuevos caminos. Antes no había protagonismo en un bailarían cuando actuaba, el bailarín se limitaba sólo a ser bailarín. Por ejemplo, la película Las zapatillas rojas fue la primer película en la cual una bailarina actriz era la protagonista. Hoy en día, en el cine contemporáneo, además de saber actuar, tenés que saber bailar y cantar, es decir se utilizan todas las partes de lo que se llama “el actor”, antes era muy encasillado.
D: ¿Considerás que el cine moderno tiene poco de innovador?
AL: Está todo copiado. Si uno compara Yojimbo, de 1961, con alguna película de western de Clint Eastwood uno puede decir que tiene mucho que ver; pero las de Eastwood son un plagio, una copia. Yojimbo es cine bien japonés en blanco y negro.
D: ¿Hay algo del cine contemporáneo que te guste mucho?
AL: Sí, algo que me apasiona porque uno siempre tiene alma de niño es Pixar, logran poner creatividad. Tenés Nemo y Toy Story que están a la altura de Laberinto y La Mujer Maravilla, que son películas con contenido e hicieron historia entrando a los ‘80. Hay amor, amistad y valores. Pixar fue el único que los recuperó y los afloró con la tecnología 3D o tridimensional.
D: ¿Qué me podés recomendar del cine clásico francés?
AL: Algo que te puedo recomendar y que refleja el gran contenido del cine francés clásico es Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch. En cuanto aparecía la música uno ya se imaginaba que se estaban besando, que estaban en una elite de amor, ¡y apenas se estaban rozando!
Después tenés a François Truffaut y Jacques Tati, ambos innovadores para la época; al día de hoy muchos copian de ellos seguro.
Alain Delon ha hecho películas desde torpes hasta profundas. Brigitte Bardot es una mujer que ha trascendido hasta el día de hoy, no se si es buena actriz o no, pero vos la nombrás y hasta la gente joven alguna vez la vio, escuchó hablar de ella, es un ícono sexual francés.
D: ¿Cómo es tu público?
AL: Viene todo tipo de público, de todos lados y de todas las edades. En estos últimos tres años cambió el consumo un 100%. Antes nuestra clientela era un mundo selectivo, una elite, eran “yo estoy coleccionando” y ahora son “yo quiero buen cine”. Igualmente seguimos teniendo clientes que son coleccionistas.
Así como venís vos, viene gente de todo el mundo; en noviembre y diciembre es cuando más vienen extranjeros.
D: Para terminar…
AL: La tele no nos llena, ya que está cada vez más en decadencia no sólo en Argentina, sino en todo Latinoamérica.
Querés mirar tele y en su gran mayoría son programas de chimentos, malas noticias, etc. Si querés ver algo en la web te pasan un pedacito, se cuelga, y si bajás películas tenés que conseguir el subtitulado.
Por todo eso funciona tan bien Movie Classic…
Contacto:
Av. Corrientes 1660/Paseo La Plaza local 4 (Buenos Aires, Argentina)
Av. Corrientes 1699 Esq. Rodríguez Peña (Buenos Aires, Argentina)
alejandralara@live.com.ar
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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