Prof. Nuria Sanguinetti.

Con una vasta formación y experiencia en el área de la educación, Nuria Sanguinetti aplica  yoga en sus clases desde hace 20 años. Su experiencia con los talleres de concentración para adolescentes data de tres años a esta parte, sumando alegrías por los resultados obtenidos.

He aquí la entrevista a Nuria…

Dolores: ¿Se educa la atención?

Nuria Sanguinetti: Sí, se educa, se entrena. Hay varios abordajes para el desarrollo de la atención. Yo conozco y utilizo la metodología del yoga, que son  ejercicios específicos para aquietar la mente. Está comprobado que la concentración es un estado que está favorecido por la serenidad y la relajación. Un adolescente en paz consigo mismo y centrado, va a rendir más en todas las áreas y muy especialmente en lo intelectual. A veces es tan simple como respirar con conciencia, frenar el ruido interno y externo y aquietarse.

Son ejercicios de tres o cuatro minutos que básicamente dejan a los adolescentes más disponibles para la tarea académica que viene después. Sirven para promover la escucha, la atención y generar espacios de calma que nos dejan más disponibles al ejercicio de matemática, a la lectoescritura de un texto de geografía, a leer un cuento en Literatura o a la asignatura que venga después. El otro día un adolescente me dijo:“Esto es como bajar un cambio”.

En el libro Atención Plena de Gallagher, Richard Davidson (neurocientífico de la Universidad de Wisconsin) plantea que hay que ejercitar el cerebro, así como el violinista ejercita el violín o el deportista ejercita el músculo; y que la gente a la que le cuesta concentrarse tiene que ejercitar la atención.

D: ¿En qué consisten los talleres?

NS: Básicamente lo que hacemos en estos talleres para adolescentes, tanto grupales como individuales, es reflexionar juntos sobre los recursos internos que cada uno tiene para concentrarse.

Escuchás de todo: “Yo me concentro con la tele.”; “Yo tengo que trancar la puerta con llave porque preciso silencio total.” Está bueno ver que cada uno tiene sus propias estrategias. Conocerlas y respetarlas si son eficaces, y si no cambiarlas o mejorarlas.

Después lo que hacemos es presentar herramientas básicas desde un abordaje holístico que  integra el cuerpo, la mente y las emociones. Por ejemplo, se le dan consejos muy simples como:“No estudies muchas horas seguidas”; “Cortá si te desconcentrás”; “ Salí a caminar”; “Sacá a pasear al perro”; “Andá a jugar al futbol y después volvé…” Y algunos te dicen: “Ahhh, ¿entonces es bueno salir a jugar al futbol?” Y les explicás que alternar espacios de desgaste de energía mental con otros de desgaste físico es bueno, porque el cuerpo y la mente están conectados. Al adolescente eso le parece maravilloso: “Pa, no sabía que era bueno ir a jugar un rato al fútbol o caminar por la playa y después volver a estudiar”….

D: Indudablemente todos usan distintos recursos para concentrarse…

NS: Mas allá de las características distintas de cada uno, es bueno como proceso de metacognición, ver qué es lo  efectivo para mí, cómo me concentro yo, qué me distorsiona. Es interesante ver como cada alumno puede descubrir su propia  modalidad atencional. Para uno puede ser realmente terrible entrar a Facebook, como distractor, mientras que para otro eso mismo significa darle una mirada y ya está, sigue estudiando sin problemas.

D: ¿Tratan el tema del estrés?

NS: Lo que trabajo bastante es la diferencia entre el estrés positivo y el estrés negativo; algunos lo llaman estrés puntual y estrés crónico.

Para los adolescentes es una novedad el hecho de que el estrés pueda ser positivo. Yo les pregunto: “¿Antes de un examen hay estrés?”, y me contestan “Si”. Luego les explico que no es malo, que es la adrenalina necesaria para ayudarnos a estudiar y dar un examen. Hay que aprender a manejar el estrés positivo porque es el que vivimos a diario: por estar alertas, por estar vivos, por tener que afrontar situaciones de la vida cotidiana que pueden ir desde un embotellamiento del  tráfico hasta la prueba final de un curso.

D: ¿Y qué herramientas usan para aprender a  manejarlo?

NS: La respiración es una herramienta simple y maravillosa para bajar el nivel de estrés y para conectarse con las emociones positivas y la creencia del “yo puedo”.

El eje de nuestro trabajo con los adolescentes es enfatizar la relajación como herramienta de concentración. La clave es darse cuenta que un cuerpo y una mente relajados van a estar más disponibles para el aprendizaje y que, como dice Micheline Flak, la tensión, tanto física como mental, es enemiga de la atención.

Por eso tendemos a empezar los talleres estirando la espalda, aflojando los hombros y respirando hondo, para luego leer el libro, teniendo en cuenta el cuerpo, la respiración y la mente.

D: ¿Y cómo viven esa relajación?

NS: Hay que lograr una alerta relajada o alerta consciente, que implica un difícil equilibrio, es un estado óptimo entre dos polos, ni totalmente dormidos ni totalmente excitados. Es el estado ideal para el aprendizaje, para la concentración.

Te leo algunas frases que dicen los adolescentes después de la relajación: “Me gustaron mucho estos tres minutos de tranquilidad”; “Me desestresó”; “Me gustó la relajación”; “Me sirvió para descansar”; “Me encantó tener un rato para mi”; “Me gustó saber cómo funciona el cerebro”; “Me rindió el estudio”; “Pude estudiar mejor y con más claridad después de un poco de silencio.”

D: ¿Qué inquietudes surgen de los adolescentes durante los talleres?

NS: Un adolescente precisa saber la explicación científica de todo, por ejemplo, si vamos a escuchar música uno o dos minutos tenemos que explicarles para qué escucho música. Es importante que sepan que esa música que escuchan por uno o dos minutos es muy buena para el cerebro. También es relevante que sepan  algunos de los avances de las neurociencias: que en un estado de aparente relax los lóbulos frontales del cerebro siguen en actividad, entonces la relajación no es sólo placentera, sino útil desde el punto de vista cognitivo; que lo que estudiamos antes de ir a dormir, la mente lo sigue procesando; etc.

D: Para terminar…

NS: Es increíble ver cómo los adolescentes de hoy, que optan por varias pantallas a la vez y la música a todo volumen, son capaces de tener una actitud reflexiva y valorar estos espacios de silencio, de calma y de concentración.

Me gustaría citar las palabras de Micheline Flak, fundadora de RYE, en su libro Niños que triunfan: “La meta es reunir los manojos dispersos de la atención habitualmente repartida en los diversos campos sensoriales, para focalizarlos hacia un punto central que se convierte en el blanco.”

A veces la dificultad de atención es porque todo nos interesa, la mente va como un pájaro de rama en rama. Para concentrarse hay que llevar la mente a un punto y superar esa dispersión mental que todos tenemos. Esta bueno dispersarse  en algún momento, la dispersión es natural y parte de la vida, pero también es necesario poder volver al centro, especialmente cuando de estudio se trata. A veces es tan simple como sentarnos en la silla, poner los pies en el piso, sentir la espalda derecha y simplemente cultivar el aquí y el ahora a través de la conciencia de la respiración. Y después sí, empezar a estudiar.

Contacto:
Nuria Sanguinetti
Profesora de Historia e Inglés
Instructora de Yoga
nuriasanguinetti@gmail.com
ryeuruguay.blogspot.com

Instituto YOGA CARRASCO: Cooper 2018
Casa Verde: Divina Comedia 1632/2 600 57 84

¿Qué opinás?