Pablo de Loy

Uruguay lo vio crecer. En la adolescencia, precisamente a sus 13 años, se trasladó con su familia a Milán, donde realizó la secundaria y luego estudió fotografía y diseño gráfico. En 2000, con 27 años, Pablo de Loy se radicó en Estados Unidos donde se dedica a su gran pasión, la fotografía. Todos los años viaja a diferentes países para capturar con su cámara la esencia y la cultura de su gente y su tierra. Exhibe permanentemente en Washington DC, Virginia y Nueva York, además de tener en su haber varias publicaciones y fotos en los mejores periódicos del mundo y una participación especial en uno de los libros del reconocido cocinero español José Andrés.

Así se define él: “Soy muy romántico y vivo con mucha pasión, me encanta cocinar, ¡ y cocino rico! Lo hago con amor y no me molesta. Soy metódico, hasta que no consigo lo que quiero no paro. Me gusta coleccionar discos de pasta…”

Actualmente vive en Virginia, Washington DC, con su mujer Paula Mardegan, y acaba de tener a Santi, su primer hijo. 

Dolores: ¿Cuándo empezaste con la fotografía?

Pablo de Loy: Profesionalmente en el 2004.

D: ¿Qué significado tiene para vos la fotografía?

PdeL: La fotografía para mí es pasión, es un arte que nunca va a estar muerto. No descanso hasta que logro sacar la foto que quiero. Tengo memoria fotográfica, hay fotos que veo en internet y digo: “Mirá que buena esta foto, me gustaría aplicarla al lugar donde estoy”…  Es como una obsesión que tengo, pero con las pasiones no se puede ser egoísta, hay que compartir esa pasión, hacer algo positivo y generar un cambio. Siento que ya saqué un montón de fotos a barcos, puertas etc. y ahora quiero empezar a meterme en la fotografía que tenga más sentido, algo que sea más fuerte. Lo bueno de la fotografía es que continuamente te podés reinventar hasta llegar al éxtasis. Todo el mundo tiene un fotógrafo adentro y es capaz de sacar buenas fotos, lo importante es la foto, no como la sacás ni su técnica.

D: ¿Cómo creciste a lo largo de estos años?

PdeL: El crecimiento va por dos lados. Por un lado la técnica, que es algo que nunca se termina de aprender porque va cambiando mucho la tecnología, una maquina que sale hoy mañana es obsoleta; aunque mis máquinas son viejas son excelentes, no me interesa tener lo último. Y por otro lado es lo que va logrando uno personalmente como fotógrafo; me gusta mostrar lo pequeños que somos como personas y la grandeza del mundo. A mi siempre me han categorizado como un fotógrafo que le gusta la soledad; cuando viajo no voy a lugares turísticos, agarro para cualquier lado. La última vez que estuve en Uruguay fui a sacar fotos a Tacuarembó, Artigas, Rivera, a lugares que nadie va y esas son las mejores fotos; esa es la vida real del país. Hace unos años me llamaron  para sacar fotos en la Fiesta de la Patria Gaucha; a mí me atrae el rostro, las texturas de las manos, gente que te demuestra con la cara lo que vivió.

D: ¿Qué técnicas utilizás?

PdeL: Desde el año pasado estoy haciendo fotografías con una técnica que no se cómo se llama en español, con las que incluso gané dos muestras, que las logro manteniendo el obturador muy abierto durante mucho tiempo (largas exposiciones), entonces todo lo que se mueve queda borroso, por ejemplo: imaginate un mar y un muelle, el mar se mueve y al dejar el obturador abierto todo lo que se mueve queda como una seda…

D: Un día perfecto para Pablo de Loy…

PdeL: Para mí el día perfecto es agarrar a mi gorda, el perro y la camioneta y buscar un  buen lugar para ir a sacar fotos; hay que ir a buscar los lugares, ser creativo, ver la foto, y viajar te permite desarrollar tu arte. Acá, cuando llega el verano, tengo una lista de lugares para ir; hay mucho lugar abandonado, cárceles, casas. Sacás una fotos impresionantes, me gusta ver como el tiempo pasa y deja la marca en lo material, que puede ser un auto, una casa, una puerta, la gente, las caras, y eso no es Hollywood, es la vida. Sacar fotos me hace feliz.

D: ¿Qué tiene que tener  en cuenta un fotógrafo para destacarse?

PdeL: La composición, la luz, la voluntad y que mantenga siempre su estilo, aunque todo el mundo le diga que hagas otra cosa.

Me recibí de diseñador gráfico en Italia y eso me ayudó mucho en la composición. La fotografía está muy trillada hoy, todo el mundo se siente fotógrafo, pero si no tenés la composición en la cabeza no podés hacer nada. Lo que te puede llevar toda una vida es masterizar la luz, saber leerla, conocerla. Si no sabés cómo manejar la luz la foto es mediocre. Si no hay luz no hay fotografía, no ves nada: “It´s simple as that”. El cielo te trae un montón de azules, ese es el amansa loco del fotógrafo. Los mejores fotógrafos del mundo son los que dominan el tema del manejo de la luz. La voluntad de hacerlo y volver a hacerlo también es fundamental.

D: ¿Qué libro de fotografía recomendarías?

PdeL: The digital photography de Scott Kelby; el mejor libro de fotografía, la biblia fotográfica.

D: ¿Qué agradecés de haber vivido en el exterior?

PdeL: Yo agradezco a este país, Estados Unidos, que me dio la oportunidad de seguir un sueño; tengo ciudadanía americana. Estados Unidos es un país increíble por los diferentes climas y la  gran variedad cultural, te da la posibilidad de sacar todo tipo de fotos. Uruguay es hermoso, me encanta, pero lamentablemente mi experiencia de vida no me permitió realizarme como persona en sus tierras. No fue fácil pero tuve la oportunidad de viajar por todo el mundo sacando fotos; estuve en China, India, Europa, África, entre otros.

D: ¿Qué extraña de Uruguay el Pablo nostálgico?

PdeL: Los veranos en La Paloma; el olor a mar; tomar mate en la rambla; el olor a campo; el olor a lluvia en el asfalto. La época en La Paloma fue muy linda; me crié en el campo en Flores y me acuerdo que volvía hecho un indio…Son cosas que uno lleva adentro, eso es lo que extraño. Todo el tiempo me viene nostalgia de Uruguay.

D: ¿Proyectos?

PdeL: Me gustaría sacar fotos de niños en los lugares más pobres de Uruguay y en lo posible hacer una muestra de esas fotografías aquí, en Estados Unidos, tratar de vender las fotos y lo recaudado mandarlo a Uruguay. Sería algo muy rústico, sólo llevar una tela, la cámara y sacar fotos. Me encanta retratar la inocencia de los niños.

D: Y además, estaría bueno regalarle una foto a cada niño, que quizás sea la única  que tengan de su infancia…

PdeL:  Sí, seguro, no sólo dejarles el dinero recaudado de la muestra, sino a cada niño una foto…

Contacto:
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