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Un verdadero culto al flamenco

Por amor al arte
Un verdadero culto al flamenco

Una noche con clase de baile, cantes, zapateado y palmas. Así es La Guapetona, peña flamenca itinerante

mayo 23, 2014

 

“Qué suerte que vine”. Fue lo primero que pensé cuando me subí al auto. Son las 2 de la mañana y acaba de terminar la peña. Cuántas veces da pereza arrancar, pero hay acontecimientos que lo valen… ¡y cuánto!

De a momentos siento que estoy en Sevilla. Una sensación extraña me invade. Pienso si será la sangre española que corre en mis venas la causante de tanta emoción. Los bailaores sí que llevan el  flamenco en su ADN.  Después hago una vista aérea del lugar y caigo a la realidad. Estoy en Tristán Periferia, un espacio cultural en Tristán Narvaja 1632, en el centro de Montevideo.

La Guapetona estaba festejando su tercer aniversario y lo hizo con mucha alma. Se preguntarán: ¿Pero qué es La Guapetona? Una peña flamenca itinerante que nos permite disfrutar de un rato de baile flamenco, de puro estirpe andaluz. Itinerante porque se hace cada tanto y en diferentes puntos, por tal motivo es imperdible cada vez que tiene lugar en Montevideo.

Los que están a la cabeza de este emprendimiento cultural son los andaluces Iván Carrillo,  Zësar Bahamonte, y el uruguayo “Bronis Scavia”.  La clase abierta de baile, por rumbas, al mando de Iván, agregaba adrenalina al espectáculo de cantes profundos, la compañía de las guitarras, el ímpetu del zapateado, las palmas y los bailes de varios artistas. Todo en  perfecta sintonía con  la obra que Zësar pintaba en vivo.

Antes de empezar la movida, converso un rato con Iván Carrillo, andaluz de pura cepa, quien  actualmente reside en Buenos Aires…

Dolores: Como quien dice, vivís en el Río de la Plata.

Iván Carrillo: Sí. Llevo cinco años por el Río de la Plata. Estoy radicado en Buenos Aires pero vengo mucho a Uruguay. Intento venir una vez al mes y siempre hacer una peña o al menos dar cursos intensivos. En Buenos Aires estoy más instalado, doy clases regulares de flamenco, bailo y hago La Guapetona allí también.

D: ¿Cómo surgió el concepto de La Guapetona?

IC: Se me dio porque un amigo en Buenos Aires me ofreció un espacio para organizar una noche de Flamenco, y luego otros amigos me dijeron por qué no organizaba algo como en España, donde hacen peñas con clase de baile, aparte del show. Y ahí dije “¡Uyyy!”. Y a partir de ahí, lo único que faltaba era el nombre…

D: Me encanta el nombre La Guapetona. 

IC:  Guapetona es como algo más gracioso que la palabra guapa, más usado con los niños. En España se utiliza mucho ese término, es común, ahí no hubiera pegado el nombre; en cambio por esta zona no existe, es muy original.

D: Veo que el espacio está ambientado con onda sevillana…

IC: Sí, con La Guapetona siempre intervenimos los espacios donde se va a desarrollar el show.  En la entrada siempre ponemos farolillos, mantones, castañuelas, etcétera.

D: Son tres los que están al frente de  La Guapetona…

IC: Si yo no estoy, no se hace la Guapetona, porque yo le pongo toda la energía, organizo, junto a la gente para bailar. Pero Zësar y Mauri también son muy importantes. Zësar es quien le ha dado toda la imagen; pinta en vivo en el escenario durante el baile y, además, hace todos los afiches. El cuadro de Zësar siempre se sortea entre los espectadores cuando  termina el show. Y Mauri interpreta el papel de Bronis Scavia, abre el show e interviene en varios momentos.

D:  ¿Qué sentimientos te genera La Guapetona?

IC: Saber que la gente viene y saber que ha tenido una noche especial, me pone contento. No se trata de un show del que la gente se va a olvidar rápidamente. Aquí se reúne gente vieja con gente joven; los jóvenes  fuman marihuana y la gente mayor no se siente incómoda. La Guapetona es algo alternativo, under, donde todos se sienten cómodos.

D: La Guapetona es itinerante. Montevideo, Buenos Aires…

IC: Si bien estas dos ciudades son los sitios donde más la hemos hecho, también estuvimos en Córdoba y Rosario, en Argentina, y en toda la costa de Rocha, en Uruguay. En Montevideo siempre la hago en este espacio, Tristán Periferia, y en Buenos Aires vamos variando. Igualmente, el hecho  que yo viva en Buenos Aires no quiere decir que yo haga La Guapetona más  allá que en Montevideo.

D: ¿Qué diferencia percibís entre el público uruguayo y el argentino?

IC: En Uruguay el público explota, es muy agradecido. En Buenos Aires es diferente, porque allí hay mucha oferta cultural, la ciudad es más cosmopolita. En Montevideo hay actividad cultural pero no tanta, es más tranquilo.

D: ¿Te gusta Buenos Aires para vivir?

IC: Me gusta porque hago lo que quiero. Tengo una acogida grande con el flamenco, pero es muy brava Buenos Aires…

D: ¿De a momentos te dan ganas de volver a España?

IC: Sí, pero de paseo o a estudiar. Un rato, para estar con los amigos y familia.

D: ¿Te gustaría que La Guapetona siga creciendo?

IC: Hombre, ¡esto ya es un logro! Publicar por Facebook y saber que vienen más de 150 personas…

D: ¡La clase abierta antes del show me parece genial!

IC: Es que la idea es no sólo venir a ver el show; antes del mismo siempre va a haber una clase abierta de rumbas, donde puede participar gente que sabe y gente que no. Es una hora de clase donde las personas terminan bailando una coreografía. Es como otro contacto con el flamenco.

 

Contacto:
La Guapetona
Peña flamenca itinerante
Facebook: https://www.facebook.com/laguapetonaflamenca?fref=ts
¡Muchas gracias Paola Gallarato por brindarme tus espectaculares fotos!

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Con mi amiga Cecilia

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Entrevistando a Iván Carrillo

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Clase abierta de rumbas

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Iván Carrillo, “Bronis Scavia” y Zësar Bahamonte

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Acerca del autor

Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!

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