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Mensajeros del amor

Por amor al arte
Mensajeros del amor

En un café de Pocitos me encontré con cuatro de los ocho integrantes del Cuarteto del Amor

junio 06, 2014

 

Andrés Lazaroff, Ignacio Casarotti, Nicolás Almada y Javier Bellini son cuatro de los ocho “mensajeros del amor” (*1), como ellos suelen llamarse. Estos jóvenes que parecen salidos de una estampa antigua de los años ’20, eternos enamorados del amor, recién se encuentran pisando la treintena. Su misión es bien clara: reivindicar el amor a través de románticas serenatas que transportan a cualquier mortal a tiempos pasados, cuando el amor era casi un valor universal, prioritario, respetado y anhelado por todos. Cuando el amor todo lo podía.

Quizás uno de estos días se los encuentren por alguna calle perdida. Por si no tienen la suerte de que eso suceda, aquí se los presento…

Dolores: ¿Cómo surgió la idea del Cuarteto del Amor?

Andrés Lazaroff:  Se me ocurrió en un sueño, a finales de 2010,  y al otro día ya sabía todo lo que iba a hacer. Empecé a buscar a todas las personas necesarias para lograr mi objetivo. El 25 de julio de 2011 fue la primera vez que el Cuarteto salió a las calles, y ese comienzo fue en Córdoba, Argentina. Luego de algunos meses tocando en esa provincia argentina, me volví a Montevideo, donde “inauguré” El Cuarteto del Amor. De esa manera, quedaron formados dos cuartetos que trabajan simultáneamente, hasta el día de hoy, en dos ciudades diferentes, Córdoba y Montevideo.

D: Contame un poco más del sueño…

AL: En el sueño se escuchaba mucho una música, el Toc Toc, música romántica y cálida. Era de noche en ese pueblito adoquinado. Había una plaza mayor con luces prendidas y muchos arcos, a los cuales entrábamos y en los que cantábamos.

D: ¿Cual es el concepto del Cuarteto del Amor?

AL: Irrumpir en la sociedad siempre con una sonrisa y amor al prójimo. Queremos  enamorar los corazones. El Cuarteto del Amor es un concepto, un modo a seguir, no un grupo. Funciona de igual manera tanto en nuestro país como en Córdoba, como si fuera omnipresente y omnipotente.

D: ¿Qué caracteriza al Cuarteto?

AL: Nos caracteriza  la cercanía de la música con el ser humano. En los grandes shows los músicos no ven la cara de las personas; incluso al Carnaval le ha pasado eso. El  Cuarteto ve la cara y la emoción de la gente frente a frente.

D: ¿Ustedes componen la música?

AL: Hay muchas canciones que sí y otras que no. Hay canciones hechas por el Cuarteto desde sus inicios, y otras rescatadas de antaño, como «Amapola», «Mariposa Consentida», «Rumba Internationale», «Usted», «Sh-Boom», entre otras. Los arreglos musicales del pasado son mucho más interesantes que los de hoy día.

D: ¿Cómo definen su estilo musical?

Ignacio Casarotti: Son estilos de distintos lugares del mundo: foxtrot, swing, boleros, rancheras, hasta música caribeña, cubana…

AL: …Pero abordadas desde el punto de vista rioplatense.

D: Cantan en calles y también por pedidos…

AL: Ambas cosas, pero lo más importante es salir a la calle, incidir en el barrio, directamente en la sociedad. Entramos al Palacio Legislativo, al Hospital Vilardebó, a facultades, carnicerías, panaderías, verdulerías, ferias, al agua en las playas,  andamios de obras, a casas sin pedir permiso…También hemos cantado para personas que están a horas de morirse, para recién nacidos, para personas que están festejando sus 100 años. Hacemos mucha calle.

D: ¡¿Y nunca los sacaron para afuera?!

AL: (risas) Sí, nos sacaron.

IC: Del Vilardebó nos sacaron… Pero después nos invitaron a entrar (risas).

D: ¿Qué es lo que más les gusta hacer? ¿Calle o serenatas a pedido?

AL: Todo.

IC: Cantar en la calle, donde suceden cosas inesperadas. Hay más magia; puede pasar que cantemos en un lugar donde no está pasando nada, y al rato empiezan a suceder cosas…

AL:…Como ver salir las cabecitas por los balcones y sacar las reposeras para afuera, en Barrio Sur.

D: ¿Cómo organizan las salidas?

AL: Salimos cuatro días a la semana a la calle, ese es el concepto y es lo que nos importa.

IC: Las serenatas a domicilio son producto de la calle.

D: ¿La gente se concentra para escucharlos?

AL: Hay veces que sí y otras que no.

Javier Bellini: Bueno, fue gradual. Al principio la gente no nos miraba, se iba directo a sus trabajos o estudios, pero de a poco empezaron a hacerlo. Ahora hay veces que escuchamos: “¡Mirá! El Cuarteto del Amor”.

IC: Nosotros nos ponemos a cantar donde sea. A veces no pasa nada y a veces sí.

D: ¿Cómo evalúan lo logrado hasta ahora?

AL: Realmente estudio la música uruguaya, la escucho, me encanta…Y no conozco a nadie que haya trabajado tanto en tan poco tiempo, que haya recibido las emociones que hemos recibido nosotros. Desde los comienzos hemos tocado cinco mil veces, y eso es difícil de conseguir.

D: Por ejemplo, ¿después de acá cual es su próximo destino?

IC:  En un rato nos vamos para Lezica. Ponemos estuche, tarjetitas, y nos dan lo que pueden. Cuando vamos a asentamientos no ponemos el estuche…

D: Sin embargo, en los lugares carenciados  la gente da lo que no tiene.

IC: Esa es la regla.

D: ¿Cuánto cobran por las serenatas a domicilio?

AL: Cobramos $ 2.800 por 20 minutos, más $ 200 de transporte.

D: ¿Tienen pensado grabar un CD?

AL: Ya hay un CD.

IC: Lo sacamos en Córdoba. Fue innovador, El Cuarteto del Amor funciona al revés de todos los grupos. La mayor parte de los grupos graban algo y usan ese CD como caballito de batalla, en cambio nosotros salimos como caballito de batalla y después sacamos el CD.

AL: Ahora vamos a grabar otro CD, pero en Uruguay. Siempre en forma independiente, sin productor.

D: Estoy segura que ya tuvieron propuestas comerciales para apadrinarlos…

AL: Ya nos han ofrecido de muchos lados. Yo creo que si aceptamos alguna propuesta sería el punto final del Cuarteto del Amor.

D: ¿Les gustaría llevar este concepto a otros países?

AL: Claro. Este año nos vamos a Estados Unidos; los yanquis no tienen idea lo que es una serenata, y es un desafío mayor. Vamos primero a Miami y después a Boston, sin parar.

D: Para las serenatas se visten como si estuvieran en los años ‘20. ¿Dónde se lookean?

AL: En Emaús (*2). Me encanta porque ahí hay de todo, y comprás a precios muy accesibles. Nos gusta vivir en el presente los momentos románticos del pasado, con la ropa característica de aquellos tiempos, precisamente de los años ’20 o ’30. Sombreros rancho, panamá, bombín y chambergo. Infaltable el moño en el cuello. Cuando nos vemos con ropa “normal” es rarísimo (risas).

D: Me imagino que tendrán más de una anécdota con 5.000 toques en su haber…

AL: Las anécdotas se dan en cada una de las serenatas que hacemos (risas). Me acuerdo de  una mujer a la que se le había muerto su marido hacía poco tiempo cuando la encontramos en la calle y le cantamos “Amapola”, y ella, emocionada, nos dijo que era la canción que le cantaba su marido.

IC: La anécdota que más me tocó fue una que pasó hace poco, en Florida. Nos llamó un hijo para que le cantáramos a su madre que estaba a horas de morirse. Fue emocionante, muy fuerte. Fue una sorpresa para la madre y el hijo registró el momento.

D: ¿Cómo se proyectan de acá a unos años?

AL: Con más compromiso todavía, dejando una impronta en el mundo. Esto es el comienzo de una cuestión histórica. Estoy seguro que en nuestro país las personas nos van a invitar a pasar a sus casas… Ya hay algunas que lo hicieron.

D: Para cerrar la entrevista, ¿qué les gustaría decir?

AL: Nuestro fin no es ganar fans y dinero  (obvio que nos sirve hacer dinero, negarlo sería un disparate). Nuestra misión es llegar al corazón de la gente, eso es lo único que queremos lograr. También me gustaría comunicarle a los músicos, en general, que se animen a cantarle a la gente a la cara, porque eso es comunicación constante.

 

Contacto:
Andrés Lazaroff
098 153 482
cuartetodelamor@gmail.com
elcuartetodelamor.blogspot.com

(*1) Mauricio Sepúlveda, Federico Strauch, Ismael Varela, Christian Cedrés.

(*2) Comunidad de voluntarios, dirigida al trabajo en la inserción del ser humano en el sistema laboral y educativo. Gestiona un sistema de donación-venta, con la cual solventa gran parte de su trabajo.

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Durante la entrevista.

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Andrés Lazaroff

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Ignacio Casarotti

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Javier Bellini

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Nicolás Almada

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Los cuatro integrantes que estuvieron representando al Cuarteto, después de la entrevista.

 

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Acerca del autor

Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!

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