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Mi mundo adentro de una carpa

Deco & Diseño
Mi mundo adentro de una carpa

Soledad Rodríguez y Eugenia González nos cuentan sobre Kikapoo, su reciente emprendimiento

junio 09, 2014

 

La idea nació en noviembre 2013 y recién hace algunas semanas terminó materializándose. Soledad Rodríguez, 31 años, mamá de Francisca (2) y Eugenia González, 35 años, mamá de Ema (5), son las creadoras de Kikapoo, marca de carpas para niños que parecen salidas de cuentos.

Las creaciones de Kikapoo me retrotraen a las carpas de los indios, pero en una versión siglo XXI, donde la imagen y la estética son cuidadas hasta el mínimo detalle.

Soledad y Eugenia, ambas diseñadoras textiles, trabajan ocho horas en una trading. Desde hace nueve años comparten no sólo trabajo, sino un sinfín de intereses. Entre risas, Eugenia comenta: “¡A esta altura conozco más a Soledad que a mis mejoras amigas de toda la vida!” Así fue que, entre charlas y tareas, empezaron a buscar algo para hacerles a sus hijas. “¡Carpas!” Y llevadas al plano de la realidad, una vez que vieron que las niñas no querían salir de adentro, enseguida vino el chispazo, hacer más para vender. Y así surgió Kikapoo. “Queríamos un nombre relacionado con tribus indígenas”, aclara Eugenia.

Después de probar con varios géneros y controles de calidad, Soledad y Eugenia llegaron a la conclusión que las telas de grosor fino eran las mejores. Sus pequeñas hijas Francisca y Ema, así como también hijos de amigas, fueron los conejillos de India. Si las carpas pasaban la prueba de fuego de sus interminables juegos dentro de ellas, ¡aprobadas!  Eugenia comenta que “A los niños les gusta tener su refugio, les gusta esconderse, incluso mi hija Ema la primera vez que entró a la carpa pasó toda la tarde ahí adentro. Se llevó su mesa de pintar, comió ahí y ¡miraba la tele desde ahí! No había forma de sacarla”.

Confeccionaron algunas… Y tal parece que se vendieron como pan caliente. Florcitas, rayas, lunares y jean, son los diseños más utilizados para la producción de estas  carpas que, una vez armadas, ocupan aproximadamente un metro cuadrado. “En Uruguay no hay mucha variedad de telas, así que empezamos a hacer pedidos al exterior”, comenta Soledad.

Desde el diseño del logo hasta el  packaging, absolutamente todo lo diseñan ellas. También son ellas mismas las que se ocupan desde el primero al último detalle del proceso de producción. Estampan, cosen, pegan y agujerean. Taladros, agujas y lacas son materiales con los cuales, últimamente, conviven. “Nosotras las entregamos prontas para usar, son desmontables, las abrís y listo. Son súper prácticas, se ensucian y las lavás en el lavarropas”, explica Eugenia, muy contenta.

También me cuentan que el objetivo es irlas mejorando, agregarles un piso desmontable para poder sacarlas al jardín, hacerles ventanitas y, de a poco, agregarles más accesorios.

La misión principal es que tanto niñas como varones, indiferentemente, disfruten de estas carpas de ensueño. ¿Quién no soñó alguna vez con tener una carpa?

Contacto:
Kikapoo
kikapookids@gmail.com

KIKAPOO-Soledad-Rodriguez-y-Eugenia-Gonzalez

Soledad Rodríguez y Eugenia González

 

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Acerca del autor

Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!

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