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“Todos los animales terrícolas comen crudo o vivo. El hombre es el único que cocina”

Lo gourmet
“Todos los animales terrícolas comen crudo o vivo. El hombre es el único que cocina”

Entrevista a Diego Castro, el abanderado del rawfood en el Río de la Plata

marzo 30, 2015

 

Por Dolores de Arteaga

Su nombre es Diego Castro y hacía tiempo que lo quería entrevistar. Y así tenía que ser, porque no creo en las casualidades sino en las causalidades. Entré a Mercado Verde de tardecita, horario en que no suelo frecuentarlo, y justo estaba Diego dando clase a los cocineros del lugar…

Tiene 46 años, es argentino, y un referente en el Río de la Plata en cuanto al concepto de alimentación viva (rawfood). A pesar de que viaja bastante, su casa está en Buenos Aires. Está de novio y tiene dos hijos: Bruna (16) y Félix (8).

Según me cuenta, recién de adulto comenzó a cambiar su forma de alimentarse: “De niño me alimentaba de una forma en la que en ese momento mis padres creían que era saludable. Hoy te puedo decir que no era saludable en absoluto, ya que abundaban las harinas blancas, el azúcar blanco, los fritos, los lácteos, las carnes, etcétera.” Parece ser que en una oportunidad, estando en Nueva York conviviendo con vegetarianos, comenzó a hacer varios cambios en su forma de alimentarse. Primero dejó de comer animales. Luego se encontró con la alimentación viva y decidió especializarse en el tema. Así fue que estudió en Nueva York, donde se formó como Life Food Chef, en Jubb’s Longevity. En 2003, una vez finalizados sus estudios, volvió a su Buenos Aires natal dispuesto a empezar de cero. Igualmente deja bien claro que “no es una religión, nunca me reprimí ni lo hago ahora.”

Y yo me quedo pensando que no debe haber sido fácil doce años atrás…

 

Dolores: Alimentación viva, rawfood, lifefood. Varios términos para un mismo concepto. ¿Cómo la definirías? 

Diego Castro: Es utilizar productos del reino de las plantas, casi todas las frutas y casi todos los vegetales, algas, semillas, frutos secos, aceites, especias, así como también utilizar técnicas para germinar, combinar, fermentar y deshidratar. Siempre sin exponer los alimentos a temperaturas por encima de los 44 grados, para evitar que se destruyan las enzimas. En mi caso prefiero relajar y solo digo que soy cien por ciento vegetariano, así que nada animal.

D: Hay tantos conceptos hoy en día en cuanto a la alimentación saludable, que marean a cualquier mortal. ¿Opinás lo mismo? 

DC: Creo que cada uno tiene que recorrer su propio camino. Hay mucha gente haciendo este tipo de comida y me imagino que habrá de todo: rico, no tanto, bueno, no tanto, verdaderos y no tanto. Comer comida cruda o vegetariana o vegana no es necesariamente saludable. Comer en forma equilibrada puede resultar algo mejor para la mayoría. Pero somos todos diferentes y no me gusta generalizar.

D: ¿Por qué suelo escuchar “alimentación consciente”? ¿Por qué se le llama así? 

DC: Me imagino que debe ser por el libro del Dr. Gabriel Cousens: Alimentación Consciente (Editorial Antroposófica). Es como la Biblia del rawfood y la comida saludable.

D: ¿Cuándo y por qué creés que empezó esta tendencia mundial de consumir alimento vivo? 

DC: Comenzó a difundirse en la década del ’60, cuando médicos naturistas estudiaron las costumbres de los diferentes grupos étnicos más longevos del planeta. Para muchos es la manera más antigua de alimentarse. Todos los animales terrícolas comen crudo o vivo. El hombre es el único que cocina. No tiene nada de malo comer comida cocida, aunque creo que comer ciertos alimentos crudos es mucho más saludable a nivel nutrientes.

D: ¿Por qué decidiste investigar y dedicarte a la alimentación viva? ¿Qué beneficios tiene alimentarse así?

DC: Porque es lo que más me gusta y me sale fácil. Tiene miles de beneficios, te sentís bien, cada día mejor tanto a nivel físico como emocional. Tenés más energía, rejuvenecés, cuidás el medio ambiente, no matás animales, no usás venenos, no comés venenos, ¿querés más?

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“Me parece que la gente está cada día más intoxicada, y al mismo tiempo cada día más gente se da cuenta de esto y busca salir del rebaño y liberarse”

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D: ¿Creés que lo mejor para una persona es alimentarse enteramente con alimentos vivos? ¿O ningún extremo es bueno?

DC: Creo que cada uno debe encontrar su equilibrio. Yo estoy en busca del mío, que va cambiando constantemente. No creo que comer cien por ciento crudo sea un extremo. Determinar que algo es extremo es muy arriesgado. Para mi comer un animal es un extremo. Pero que cada uno coma lo que quiera o lo que pueda. Mi hijos, por ejemplo, comen animales. Yo nunca les doy y a mi ni se les ocurre pedirme. Pero no se los prohíbo. Y como los amo, nunca los llevaría a comer un pancho, hamburguesas, carne o golosinas.

D: Tuviste un restorán de comida raw en Buenos Aires, Verde Llama. ¿Por qué lo cerraste? ¿Creés que la cabeza de los argentinos no estaba preparada aún?

DC: Lo cerré porque cumplió su ciclo. Tanto el público como yo estábamos muy verdes. Ahora es un buen tiempo para probar nuevamente. De todas formas fue una experiencia genial y estuvo muy bueno. Verde Llama marcó el punto de partida.

D: ¿Actualmente estás en algún medio de comunicación?

DC: Hoy en día solamente en Green Vivant (Facebook). Pero se vienen algunas cosas que no puedo adelantar.

D: ¿Cómo es un día tuyo? 

DC: No tengo una vida rutinaria, ni un día tipo. Trabajo con rawfood, soy free lance. Asesoro, hago cenas privadas, caterings, doy cursos, hago productos. Practico kick boxing tres veces por semana. Disfruto con mis hijos el mayor tiempo posible. Viajo mucho; gracias a la alimentación viva tuve experiencias en varios países: Estados Unidos, Suiza, Inglaterra, Alemania, Noruega, Hawaii, Colombia, Uruguay, Chile, Panamá, etcétera.

D: Un desayuno tuyo…

DC: Voy cambiando, aunque normalmente arranco con un vaso con agua, luego agua con camu-camu, espirulina y msm (metilsulfonilmetano; msm por sus siglas en inglés). O pomelo con espirulina. O alguna fruta.

D: Un almuerzo…

DC: Un licuado de superalimentos y leche de almendras. Y con eso tiro hasta la tarde-noche que como mi comida principal. Cuando me junto con amigos como otras cosas, casi siempre hojas verdes, palta y lo que sea.

D: ¿Alguna vez vas a algún restorán que no se coma rawfood?

DC: Sí, y pido alguna ensalada o algo vegetariano y si tengo ganas de una copa de vino, la tomo feliz.

D: Algún alimento que no sea vivo y con el que te guste “pecar”… 

DC: Maní salado, pero cada día menos. O un trozo de algún buen pan… Pero solo si es bueno. Y si quiero algo como un poco, ya que después me siento mal y no me gusta.

D: ¿Pero a veces no te tienta comer un chorizo, papas fritas, milanesa…?

DC: No me tienta para nada todo eso, sobre todo luego de hacerme limpiezas colónicas, de las piedras de la vesícula y de las del hígado, a través de enemas y ayunos. Si nos tienta es por que estamos llenos de parásitos, sí, así como suena. No somos nosotros, son nuestros parásitos que necesitan que los alimentemos. A los parásitos no les gusta el rawfood. Y se van a otros lugares donde les den «mejor» comida: azúcar, harinas, carnes, lácteos, fritos, gaseosas, café, alcohol, etcétera.

D: ¿Cómo te sentís alimentándote de esta manera? 

DC: Me siento mucho mejor que cuando tenía 30 años. Me encanta, quiero seguir así y aprendiendo. Hubo un antes y un después.

D: ¿Creés que la alimentación viva es una tendencia, o que va a perdurar en el tiempo?

DC: No me pongo a pensar en eso. Para algunos puede ser una cosa pasajera. Pero esto viene desde hace miles de años. Para mí no hay vuelta a lo anterior, ya que no siento que sea algo que me cueste. Me da mucho placer y me hace sentir cada día mejor. ¿Cambiar? ¿Qué?

D: ¿Cómo ves la alimentación a nivel mundial?

DC: La industria de la alimentación está manejada por grandes corporaciones que solo quieren hacer dinero. En general la calidad es cada día peor. La veo pésima. Claro que cada día hay más gente que se está ocupando en todo el mundo de producir comida apta para humanos, es decir sin veneno, orgánica. Me parece que la gente está cada día más intoxicada, y al mismo tiempo cada día más gente se da cuenta de esto y busca salir del rebaño y liberarse. Creo que llegó el momento de probar otra cosa. El momento es ahora. Esta es la única oportunidad de vivir nuestra vida. Y no hay riqueza más importante que la salud.

D: ¿Creés que una persona adulta está a tiempo de cambiar su tipo de alimentación? ¿o ya es tarde por estar las costumbres tan arraigadas?

DC: Creo que a cada uno le llega en el momento justo. Ahora.

D: Alimentos que sí o sí deben estar en un menú de un ser humano…

DC: Hojas verdes orgánicas. Vegetales y frutas orgánicos. Paltas, algas, quínoa, superalimentos, semillas, almendras, buenos aceites.

D: Alimentos que prohibirías…

DC: No prohibiría nada, hay para todo, libre albedrío. Lo que haría es concientizar y dar herramientas para una elección mas elevada. En China ya están vendiendo arroz sintético, de plástico, imagináte. Busquen en Youtube, es un escándalo.

D: Restoranes que recomendarías en Argentina, Uruguay y el mundo…

DC: Cualquiera de producción orgánica. En Buenos Aires me gusta Bio, que es vegetariano, o Sucre, donde se usan productos de la más alta calidad. En Estados Unidos, Nueva York, me gusta Pure Food and Wine o Dr. Cow. En Inglaterra Wild Food Cafe. En Uruguay Mercado Verde, La Caracola, Rincón Verde, Posada Paradiso y Comedor Santa Teresita. En Lima Raw Café. En Berlín Veganz.

D: Algún blog…

DC: www.greenvivant.com

D: Una receta que nos puedas brindar…

DC: Hummus de girasol.

Ingredientes: 2 tazas de semillas en remojo, 1/2 taza de agua, 1/4 taza de jugo de limón, 1 cucharadita de sal marina, 1/4 taza de aceite de oliva, 1/4 cucharadita de pimienta de cayena, 1 cucharada de comino en polvo y 1 taza de perejil fresco picado.

Procedimiento: Licuar todo menos el perejil, hasta lograr una textura uniforme. Agregar el perejil antes de servir.

D: Indudablemente disfrutás de tu trabajo. 

DC: Disfruto muchísimo, me encanta, no me cuesta. Paso horas, medito mientras preparo comidas, me gusta el silencio cuando trabajo. A veces escucho música. Y cuando cocino en eventos o cenas pongo atención en la reacción de la gente: la lectura de los gestos, si les gusta, el efecto que les causa. Para eso cocino, eso es lo que me mueve.

D: ¿Te gusta Uruguay?

DC: Me encanta Uruguay, voy todo el tiempo. Punta de Este es mágico hasta José Ignacio. Rocha es genial. ¡Y el pueblo! Yo me llevo muy bien con los uruguayos y tengo un hijo viviendo allí, además de varios de mis mejores amigos. El artista plástico Sebastián Mederos es como un hermano, además del padrino de mi hija Bruna. Y cuando viajo, siempre aparece algún uruguayo; son pocos pero están en todo el mundo.

D: Una reflexión final…

DC: No hay una verdad absoluta. Cada uno que vaya por su camino, a su ritmo. La única posibilidad de vivir esta vida es esta. Ahora y para siempre.

 

Contacto:
Diego Castro
Mail: comidaconvida@gmail.com

Fotos de Diego Castro: greenvivant.com
Fotos de comida raw: Mercado Verde

 

Mercado Verde refleja el espíritu que nos transmite Diego Castro, por eso elegí varios de sus platos para ilustrar la nota…

 

Buñuelos de algas con ensalada de quínoa roja

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Lasagna raw

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Ensalada de lentejas con hummus de morrón

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Ensalada de lentejas y especias

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Ensalada de arroz integral a la marroquí

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Ensalada de trigo sarraceno al mejor estilo mediterráneo

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Ensalada de porotos azuki

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Ensalada de arroz integral con tomates cherry, brotes de alfalfa, paltas y más…

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Acerca del autor

Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!

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