“Los platos son sencillos, si es pesado nadie lo come, y si es estrambótico tampoco”
Lo gourmet
Philomène Café, una pintoresca esquina de Punta Carretas donde, desde hace cinco años, desayunar, almorzar y tomar el té es un verdadero placer
Ya hace cinco años que Philomène Café abraza una esquina en la zona de Punta Carretas. Una casa característica del arquitecto Alberto Reborati, fue la elegida por Marianne Caubarrère (32) y su hermana Valérie (actualmente radicada en Perú) para comenzar una vida laboral abocada al mundo gourmet. Pintada de celeste cielo, el color se prolonga en su interior.
Marianne viene de una familia dedicada al rubro restoranes. Su papá fue el dueño de Blue Cheese, en Punta del Este, y también el fundador de Clyde’s, actualmente en manos de un primo suyo. El Gran Pez, en El Pinar, también queda en familia, es de sus primos. “Estamos acostumbrados a comer rico y bueno, comida sencilla pero con muy buen gusto. También salir a comer afuera es algo que hacemos bastante.”
Me senté en una mesa de uno de los rincones de este espacio con múltiples recovecos. Enseguida, para no perder la costumbre, miré a mis alrededores. Carácter francés. Cálido sin perder la simpleza. Piso de pinotea. Barra de roble oscuro. Algunas paredes empapeladas. Todo en armonía. De entrada pedí una sopa de remolacha y después una ensalada tibia de pollo con sésamo y espinaca. Todo muy rico.
Charlando con Marianne, me contó que el menú del almuerzo lo cambian todas las semanas, cada día un plato diferente: “Siempre en base a sopas, tartas, ensaladas, sándwiches y flammkucken (comida típica de Alsacia), una masa parecida a la de una pizza crocante untada con queso crema. A veces le ponemos tomates secos y aceitunas negras, y viene servido con papas. Mucha gente lo pide de entrada. Dentro de la opción tartas ofrecemos dos tipos de masa: común e integral. Algo que piden mucho es la ensalada tibia de pollo y el soufflé de queso y cebolla. Todo se elabora acá. ” Marianne se inspira en los viajes y toma ideas que le envía su hermana y socia desde Perú: “Siempre estoy alerta. Pero los platos son sencillos, si es pesado nadie lo come, y si es estrambótico tampoco. La gente va a lo clásico. Me ha pasado de poner algo buenísimo y que no sea pedido, porque la gente si no sabe lo que es, no lo pide. Por eso prefiero lo simple y que se sorprendan”, comenta Marianne.
En Philomène no solo se almuerza bien, sino que el desayuno y la hora del té también tiene su público fiel: “Para la tarde sale el pan de nuez, lo rellenamos con queso crema, jamón y rúcula, estilo sándwich. Los más pedidos de la tarde son: el pan de nuez, que lo rellenamos con queso crema, jamón y rúcula, estilo sándwich; y el Croque Monsieur, que es un sandwich en pan tostada con jamón y queso, bechamel, gratinado en queso, similar a un sandwich caliente pero más mojado. En cuanto a lo dulce, los alfajores de chocolate, el lemon square y el brownie con helado, son todos muy ricos.” ¡Qué rico para acompañarlo con un submarino! Parece que te dan una cuchara con chocolate duro para que uno se lo prepare. Y los celíacos también tienen dos ricas opciones: brownies y waffles de harina de arroz.
Al mediodía concurre más gente de oficina, y de tarde el público tiene más presencia femenina. “Se juntan amigas, festejan cumpleaños. A veces vienen niños. También vienen muchos extranjeros.”
Philomène no solo es un lugar donde se come muy rico y se pasa un rato agradable, sino que Marianne está todo el día para lo que necesite el cliente: “Me deja contenta que la gente diga que comió bárbaro, que pasó bien, y que fue bien atendido.” Y así es. Philomène cumple con estas tres características.
Contacto:
Philomène Café
Dir.: Solano García 2455
Tel.: 2 711 1770
Mail: philomene.cafe@gmail.com
Horarios: Lunes a viernes, de 9 a 20.30 hs. / Sábados, de 11 a 20.30 hs.
Sopa de remolacha
Ensalada tibia de pollo, con sésamo y espinaca
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Acerca del autor
Me llamo Dolores de Arteaga y soy del 70. Amo la vida, con sus dulzuras y sus sinsabores, con mi pasado y mi presente. Tengo un largo camino recorrido como mujer y como ser humano, con todo lo que estas palabras implican. Fui niña y adolescente. Soy hija y madre, mujer de mi marido y amiga. ¿Mi marido? Mi pilar, el compañero que elegí desde que lo conocí, que nunca me cortó las alas para volar. ¿Mis hijos? Son lo más importante y fuerte que me pasó desde que nací. ¿Mis amigas? Son del alma, fueron mi propia elección, son mi otro yo, ven la vida con mis mismos lentes. sobremi Fui maestra, dueña de una tienda de segunda mano y ahora soy bloggera. Siempre digo que mis ciclos duran diez años; me gustan los cambios, reinventarme cada tanto. Me parece que las mutaciones forman parte del movimiento y de la riqueza de la vida. A partir de los 40 sentí que estaba empezando la otra mitad de mi existencia y se me despertaron gustos e intereses que quizás estaban dormidos. Me siento más entusiasta ahora que a los 20. Se preguntarán “¿qué se le dio por hacer un blog?”. Tengo intereses de todo tipo. Considero que leer es uno de los placeres de la vida, que el arte nos estimula los sentidos y que viajar nos enriquece el intelecto y el alma. Siempre me gustó descubrir la otra cara de las ciudades, hacer hallazgos donde no es fácil identificar a primera vista, descubrir y redescubrir lugares, conocer a la gente, estudiar la naturaleza humana en sus diferentes realidades, hurgar un libro hasta el cansancio, improvisar críticas de cine de lo más personales con amigas, salirme del clásico circuito pautado por unos pocos y estar pendiente de qué se puede hacer acá, allá o donde fuere. Pero sobre todo, me gusta reírme, y si es a carcajadas, mejor todavía. También soy una máquina de registrar datos. Siento un disfrute especial cuando lo hago. Mis amigas me llaman las “páginas amarillas”. Y hasta acá llegué para no aburrirlos hablándoles de mi. ¡Entren a descubrir el blog! ¡Para mí es un verdadero disfrute hacerlo!
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